Checos y eslovacos recuerdan el centenario de su común historia con una exposición extraordinaria

Checos y eslovacos recuerdan el centenario de su común historia con una exposición extraordinaria

Los zapatos de uno de los mejores actores eslovacos Július Satinský. La chaqueta que el general Milan Rastislav Štefánik llevaba puesta el último día de su vida, el jersey del presidente Václav Havel o la primera medalla olímpica de oro para Checoslovaquia que Bedřich Šupčík consiguió en el año 1924 en trepar la cuerda. Todo ello son los objetos que los visitantes pueden ver desde el pasado jueves en el castillo bratislavense en marco de la Exposición Checo-eslovaca/Eslovaco-checa. Se trata de un evento extraordinario, organizado por los museos nacionales de los dos países en la ocasión del centenario del surgimiento de la primera república de los pueblos checo y eslovaco. El director general del Museo Nacional de Chequia Michal Lukeš ha confesado que los empleados de los dos museos han tenido durante dos años mucho trabajo y a veces han tenido que afrontar momentos críticos y desentendimientos:

"Para mí este proyecto ha sido muy interesante debido a que realmente se trata de una obra checoslovaca. No es una exposición compuesta por la parte checa y eslovaca, todo fue creado en colaboración de ambas partes, lo cual a veces no ha resultado fácil. Los empleados de los museos buscaban la respuesta a la pregunta: "¿Cómo fue nuestra vida común?" Nuestras naciones juntas pasaron por el turbulento siglo XX, sus victorias, derrotas, momentos de alegría y también de tragedia, creando un proyecto exitoso y único en este mundo, incluida la separación, después de la cual vivimos independientemente, pero nunca hemos perdido el contacto cercano."

Sobre una superficie de alrededor de 1400 metros cuadrados se exponen más de 2000 objetos y piezas. Además, por primera vez es posible ver en un lugar todos los documentos más relevantes de la historia checoslovaca, por ejemplo los Acuerdos de Múnich. El director de Museo Histórico de Museo Nacional Checo Marek Junek asevera:

"Los acuerdos de Múnich aprobaron la incorporación de algunos territorios, en los que vivía la minoría alemana, a Alemania. Este acuerdo fue firmado el 30 de septiembre de 1938 por Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, mientras que a Checoslovaquia no le permitieron tomar parte en la conferencia."

Por este motivo, los checos llamaron a los acuerdos "la traición de Múnich" y censuraron las decisiones allí tomadas como un «acerca de nosotros, sin nosotros y contra nosotros». Los Acuerdos de Múnich fueron considerados desde el primer momento como una fecha negra en la historia de los checos y los eslovacos, al advertir ellos que Gran Bretaña y Francia cedían fácilmente a las presiones de Alemania y negaban todo apoyo a su aliada Checoslovaquia. De entre otros documentos expuestos en el castillo de Bratislava puedo mencionar el Acuerdo de Pittsburgh, que pone los cimientos del primer estado común de checos y eslovacos y también las ratificaciones de los acuerdos de Versailles, Saint Germain y Trianon, que convirtieron en realidad el deseo de crear una república común. Los visitantes pueden ver también la primera ley checoslovaca. El director general del Museo Nacional Eslovaco Branislav Panis:

"El proyecto común de los museos nacionales de Chequia y Eslovaquia narra la fascinante historia de un estado. El estado, que tuvo que luchar por su lugar en este mundo usando herramientas diplomáticas, pero también militares, económicas y culturales. Nació sobre las ruinas de Europa después de la Primera Guerra Mundial, desarrollándose, alcanzado su auge, pasando por períodos de la paz y de la guerra. Nos alegra que esta historia vaya a ser contada mediante muchísimas piezas y artefactos expuestos que provienen no sólo de Chequia o Eslovaquia, sino también de Alemania, Francia y los EE UU."

Los hitos históricos no son lo único que teje la historia. Lo son también la gente corriente y sus pequeñas historias. La exposición no las olvida. El visitante puede dejarse llevar por los testimonios del señor Rybář, que siendo soldado fue mandado a Eslovaquia donde se enamoró de una eslovaca. O de la señora Haluková que se trasladó a Praga en marco de las cuotas obligatorias, en base de las cuales muchos eslovacos iban a Chequia como constructores. O de la señora Pavlíková, de Eslovaquia Oriental que regularmente tomaba parte en las espartaquiadas, eventos multideportivos.

"Otros ámbitos que están representados en la exposición son el arte, la arquitectura y el diseño. Nos ha interesado también como la gente pasaba su ocio", añade el director del Museo Nacional Eslovaco Branislav Panis.

La exposición estará abierta hasta el septiembre. El 28 de octubre, día del surgimiento de la Primera República Checoslovaca, la exposición será estrenada en Praga.

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Mária Mangová Foto: TASR

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