Nemo propheta in patria (sua) - es decir, nadie es profeta en su tierra’. Este proverbio bíblico es aplicable en el personaje que les quiero presentar ahora mismo. Cumpliendo un deseo de uno de nuestros oyentes hablaremos de Jozef Murgaš, sacerdote, pintor, científico e inventor eslovaco que nació en 1864 en el pueblo pintoresco de Tajov. Su vida fue constituida de estudios, duro trabajo y experimentos. La idea, la filosofía de sus actividades fue pintar el mundo, educar, formar, unir a Dios, y finalmente conectar las gentes a distancia. Murgaš obtuvo 12 patentes en el campo de la telegrafía sin alambre. Incluso, varios expertos de aquel entonces decían que Murgaš con sus invenciones sobrepasó a Guglielmo Marconi. Por encima de su casa natal en Tajov, casi simbólicamente, se yergue una gigantesca antena del repetidor de radio. En 2004 salió un libro – una bibliografía de Murgaš escrita por Jozef Vranka e intitulada “Del valle creció hasta superando las montañas”. El libro describe también los lados tristes de su vida. Afortunadamente en cada dificultad se encontró alguien que le echó una mano a Murgaš. Uno de ellos, por ejemplo, fue el obispo de Banská Bystrica Imrich Bende que tuvo un fuerte sentimiento social, ayudaba a los pobres y sobre todo a los estudiantes, y también financiaba una parte de los estudios de Jozef Murgaš. Tras haber terminado los estudios, en 1896, Murgaš se fue a los EEUU donde ejerció una vida social muy rica. Cuenta el sacerdote Marián Červeňanský.
En 1896 fue inaugurada merced a la iniciativa de Murgaš la primera escuela eslovaca en los EEUU. Desde aquel momento los inmigrantes eslovacos empezaron a reunirse en forma de asociaciones y clubes nacionales, construir escuelas eslovacas, redactar revistas y periódicos. Por otro lado, mientras aumentaba el empeño social de los eslovacos, empezaron a aparecer conflictos y casos de opresión mostradas de parte de los estadounidenses. Y esto le daba mucha pena a Murgaš. Le quitaba energía y le distraía mientras realizaba experimentos científicos referidos a la telegrafía sin alambre.
En los EEUU, a parte las actividades nacionalistas, Murgaš desarrollaba también un trabajo científico, allí hizo todas sus invenciones.
En 1898 inauguró un pequeño laboratorio donde con su trabajo sistemático empezó a perfeccionar la telegrafía sin alambre. Estudiaba literatura científica y estaba convencido de que el sistema de Marconi podía ser mejorado. Varios expertos de aquel entonces decían que Murgaš con sus invenciones sobrepasó a Guglielmo Marconi.
Después de la primera segunda mundial, cuando se desintegró el Imperio Austro-Húngaro, Murgaš escribió su reflexión sobre con quién podrían juntarse los eslovacos.
La mejor opción consideraba juntarse a los vecinos checos que tenían un idioma muy parecido. En el nombre de los eslovacos estadounidenses escribió: “Proponemos que tengamos un gobierno superior conjunto, diplomacia conjunta y también el ejército conjunto. Sin embargo, todo el resto, es decir la administración, el parlamento y el idioma deberían ser separados, todo en base a la igualdad “.
En mayo de 1918 llegó a los EEUU el primer presidente checoslovaco Tomáš Garique Masaryk, donde se encontró con los eslovacos residentes en Nueva York, Chicago, Cleveland y Pittsburg.
Durante los encuentros prometía que las relaciones entre ambas naciones estuviesen basadas en principios de igualdad, diciendo que “los checos serán dueños de su tierra e igualmente los eslovacos de la suya “. En esta ocasión los eslovacos estadounidenses entregaron a Masaryk una colecta de un millón de dólares para los pobres eslovacos recién salidos de la opresión húngara.
Después de algunos años Murgaš llegó a Praga donde vivió una gran desilusión. En base a la invitación personal quiso encontrarse con Masaryk, pero en la oficina presidencial le dijeron que el presidente estaba ocupado.
En ese momento desaparecieron las promesas y sueños. Ni le posibilitaron a Murgaš enseñar en una escuela o de otra manera entregar los conocimientos adquiridos en los EEUU. Vivió una gran tristeza y dolor. Cuando preguntaba por el dinero de la colecta, nadie le sabía decir donde iban a terminar los dólares recogidos por los compatriotas. La colecta de la cual él fue responsable y él la entregó en manos de profesor Masaryk terminó con un gran punto interrogativo. Así pues, Murgaš cambió su decisión de pasar su vejez en Eslovaquia y decidió regresar a sus parroquianos a los EEUU.
Jozef Murgaš falleció en 1930 en Wilkes Barre, en el estado de Pensilvania.
Jozef Murgaš
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