Museo del astronauta Andrew Cernan en Vysoká nad Kysucou

Museo del astronauta Andrew Cernan en Vysoká nad Kysucou

El astronauta estadounidense Eugene Andrew Cernan ha sido el último hombre que ha caminado sobre la superficie de la Luna. Nació en Chicago en 1934 a una pareja checoslovaca y sus abuelos formaban parte de los miles de inmigrantes que vinieron a América en 1903 de su pueblo natal Vysoká nad Kysucou, situado en Eslovaquia. Por eso en esta población localizada al noroeste del país, en la región de Kysuce, la alcaldía instituyó en su sede un pequeño museo - una sala para rendir homenaje a este personaje importante que nunca se olvidó de sus raíces eslovacas. Nos la presentará su jefe, el alcalde de Vysoká nad Kysucou, señor Anton Varecha.

En el marco de las fuertes olas migratorias que afectaron a Europa durante la primera mitad del siglo XIX, partieron rumbo a América varios habitantes de nuestro pueblo. Entre ellos se fueron los abuelos del astronauta estadounidense de la NASA, hijo de madre checa y padre eslovaco, uno de los tres hombres que ha viajado a la Luna en dos ocasiones y uno de los doce hombres que han caminado sobre la superficie de la Luna. Sus abuelos se llamaban Štefan y Anna Čerňan. Partieron a EEUU en 1903, siendo aún novios, se casaron y un año más tarde nació su hijo Andrew. El astronauta Eugene Andrew Cernan es hijo de este hijo, es decir, nieto de la pareja emigrada.

¿Cuándo se puso en marcha su carrera de astronauta?

En 1965 fueron puestos en marcha los vuelos de las naves Gemini. El 3 de junio de 1966 se realizó el de Gemini 9A, cuya tripulación incluía a Andrew Cernan. Esta tripulación tuvo que cumplir dos tareas, salir al espacio cósmico libre y conectarse con un satélite. La salida de Cernan al espacio cósmico libre fue históricamente primera de este tipo.

En la sala de museo dedicada a este personaje se encuentran, aparte de las fotografías de Andrew en la Luna con la bandera estadounidense, también numerosas fotografías de su familia. Cernan le concedía mucha importancia a sus raíces, incluso visitó hasta dos veces el pueblo natal de sus abuelos - Vysoká nad Kysucou.

La primera vez que vino estábamos en pleno socialismo, en septiembre de 1974. Si bien los medios de difusión criticaron nuestro pueblo por haber acogido a este huésped de manera inadecuada, varias fotografías pueden confirmar la realidad opuesta, es decir, que lo habíamos recibido con mucho honor y cordialidad. Luego, por segunda vez, Cernan viajó el 28 de septiembre de 1994, invitado por la Academia de Ciencias Eslovaca y por el presidente Michal Kováč, que lo condecoró con la Orden de la Cruz Blanca de segundo grado. En aquel entonces desveló una placa conmemorativa dedicada a él en la escuela primaria del pueblo. Desde aquel entonces la escuela lleva su nombre. Con la misma ocasión inauguró en la alcaldía este museo o sala conmemorativa siempre dedicada a él y también visitó algunos de sus parientes. Más tarde, en 2004 visitó Eslovaquia por tercera vez, pero no vino más a nuestro pueblo. En Bratislava inauguró una muestra que se intitulaba "El hombre en la Luna", y la Universidad Técnica Eslovaca le otorgó el título de doctorado «honoris causa».

En la alcaldía de Vysoká nad Kysucou continúan conservando dos regalos muy preciosos recibidos de parte de Andrew Cernan.

El primero es el fragmento del módulo de aterrizaje de la nave que aterrizó en la Luna y otro es el fragmento de la capa de protección de su escafandra. Ambos objetos están parcialmente fundidos y quemados.

Eugene Andrew Cernan falleció el 16 de enero del 2017. Y Eslovaquia tiene como su recuerdo esta grabación de su voz, grabada durante su visita en 1994.

Me gusta volver a mis raíces, a mi historia familiar. Por eso fue muy importante para mí ver el lugar en el que nacieron mis abuelos. Yo soy representante de la segunda generación nacida en América y me recuerdo que mis abuelos a menudo hablaban de Eslovaquia llamándola "Old country", o la vieja tierra, vieja patria. Fue muy feliz cuando pude ver en Vysoká nad Kysucou la casa donde nacieron mis abuelos, la iglesia en la que fueron bautizados y el ambiente en el que se criaron. Los eslovacos son gente muy acogedora y la naturaleza aquí es maravillosa. La acogida que me han preparado ha superado todas mis expectativas. Si tengo que dejar un mensaje para los eslovacos, usaré las palabras de Henry Ford quien dijo: Si piensas que puedes o piensas que no puedes, ¡Tienes razón!

Usted tuvo el honor de entrevistarse en persona con Anderw Cernan. ¿Se recuerda de lo que le interesaba saber, a él?

Debo decir que fue una persona muy sabia y muy modesta. Como su abuelo que se dedicaba a la cría de caballos. Para confirmar esta tradición o afición familiar, Andrew, cuando tuvo que inaugurar la placa conmemorativa en la escuela, vino con un carro de caballos, y el mismo hacía de cochero. Hemos entendido que realmente le había querido bien a su abuelo y a sus actividades de granjero.

Es bastante raro el hecho de que sus abuelos, Štefan y Anna que de jovencitos se marcharon de Eslovaquia y pasaron gran parte de su vida en EEUU, volvieran a su pueblo natal para pasar sus últimos años aquí. Están enterrados en el cementerio de Vysoká nad Kysucou. Andrew, cuando en 1994 visitó este pueblo por la segunda y última vez vino también para colocar flores en sus tumbas.

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Ladislava Hudzovičová

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