Centenario del surgimiento del Estado checoslovaco

Centenario del surgimiento del Estado checoslovaco

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial el proceso de autodeterminación de los checos y eslovacos se vio relegado a un segundo plano. Sin embargo, con el fin de la contienda bélica las esperanzas asociadas a dicho proceso revivieron aún con más fuerza que antes de la guerra.

La capitulación del Imperio austrohúngaro en octubre de 1918 y la firma de un tratado de paz, que incluía como condición el reconocimiento de la autonomía de las naciones que formaban parte del Estado Habsburgo, fueron dos acontecimientos históricos que aceleraron el proceso que conllevó a la creación del Estado checoslovaco. Sin embargo, conseguirlo no fue nada sencillo. Matej Hanula, historiador del Instituto de Historia adjunto a la Academia de Ciencias de Eslovaquia, nos hablará de algunos de los sucesos que precedieron al surgimiento de un estado común.

Los movimientos nacionalistas en Chequia y en Eslovaquia se desarrollaron durante la segunda mitad del siglo XIX en dos entornos diferentes: el checo, en la parte austriaca del Imperio Austrohúngaro y, el eslovaco, en la parte húngara. Bohemia y Moravia, bajo el dominio austriaco, eran centros industriales de habla checa, mientras que Eslovaquia, que estaba bajo el dominio de Hungría, era una región agraria desarrollada. La representación política eslovaca exigía ciertas demandas culturales y autonomía en el ámbito de la educación. Estas exigencias fueron siempre ignoradas por el trono de Hungría, y no fue hasta principios del siglo XX que los políticos eslovacos consiguieron algunos logros. En el año 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y, en la medida en que la situación se iba tornando desfavorable para el Imperio austrohúngaro, el representante político checo Tomas Garrigue Masaryk se da cuenta de que con la disgregación del imperio se abría la posibilidad de poder unir a los checos y a los eslovacos en un Estado común.

Cuando se conoció la noticia de la capitulación del Imperio austrohúngaro y de la firma del Tratado de paz, la gente se lanzó a las calles de Praga para celebrarlo. Muchos albergaban la esperanza de que los derechos y libertades que los checos y los eslovacos llevaban tiempo demandando serían reivindicados.

Los representantes políticos checos, fundamentalmente los que estaban agrupados en Praga, reaccionaron ante la situación creada. El Comité Nacional tomó el poder y proclamó el surgimiento del Estado checoslovaco por medio de la aprobación de una ley que, por un lado, reconocía el surgimiento de un Estado común pero, por el otro, establecía que todas las normas existentes seguían vigentes. El mencionado comité también emitió una proclamación en la que se escribía que con la creación del nuevo estado los viejos anhelos de los checos y los eslovacos empezaban a cumplirse. También en ese documento daba las gracias a los representantes checoslovacos en el extranjero por las acciones que habían llevado a cabo.

La ley de creación del Estado Checoslovaco fue firmada el 28 de octubre de 1918 en Praga por los representantes políticos checos y por el representante político eslovaco Vavro Šrobár.

Vavro Šrobár era el político eslovaco más activo por aquel entonces. Desde 1917 impulsó una serie de actividades dirigidas a activar la escena política eslovaca, para que los políticos eslovacos se manifestaran públicamente a favor de unión de los territorios checos y eslovacos. Hasta el día de hoy se desconoce si su presencia el 28 de octubre en Praga fue casualidad o intuición política. Se encontraba recluso en un campamento y logró que le dieran un permiso de salida. Aprovechó ese tiempo para viajar a Praga, adonde llegó el 28 por la mañana. Fue uno de los cinco firmantes de la ley. Más tarde, se dijo que fue el firmante por la parte eslovaca.

La inteligencia y los representantes políticos eslovacos aprobaron el 30 de octubre la Declaración de Martin, un documento en el que se expresaba la voluntad de checos y eslovacos de formar un Estado común. El Consejo Nacional es elegido como único órgano soberano con autorización para actuar en nombre de la nación eslovaca.

Los firmantes de esa declaración no tenían conocimiento de lo que había pasado en Praga, ya que la administración de Budapest había decretado un embargo informativo. A pesar de ello, este documento, en el que se expresaban a favor de un Estado común, fue aprobado. Sabemos que en la reunión que el Partido Nacional Eslovaco celebró en mayo en la ciudad de Martin la representación política eslovaca ya estaba decidida a unirse al proyecto checoslovaco. Sin embargo, los firmantes se enteraron de los sucesos de Praga en la noche del día 30, cuando Milan Hoža llegó a Martin. Tras conocerse la noticia, se hicieron algunos ajustes al texto de la declaración, de manera tal que diera a entender que el Estado checoslovaco ya existía.

La Historia está llena de acontecimientos que han cambiado la vida del ser humano, y casi siempre al frente de esos acontecimientos han estado personalidades que con sus acciones han influido sobre estos de manera significativa.

En primer lugar hay que destacar el papel que desempeñó el trio formado por Tomaš Masaryk (iniciador de la idea de unir los territorios checos y eslovacos y, posteriormente, fue presidente de la nueva república), Edvard Beneš (mano derecha de Masaryk y promotor diversas acciones diplomáticas en el exterior) y Milan Stefanik (también promotor de muchas acciones diplomáticas). Hay que mencionar además a los representantes políticos que ejercían dentro del país y a los checos y eslovacos residentes en EEUU, sobre todo, a los firmantes del Acuerdo de Pittsburgh. En ese documento se escribía que serían los checos y los eslovacos quienes por medio de una Asamblea Nacional acordarían los pormenores relativos a la forma del nuevo Estado.

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José Portuondo Foto: TASR

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