La intervención pública del jefe de Estado Andrej Kiska en relación con el secuestro del empresario vietnamita Trinh Xuan Thanh mostró claros matices de objetivos políticos. Así se manifestó el fiscal general de la República Jaromir Čižnár, añadiendo que como resultado de esas declaraciones estuvo a punto de cancelar su reunión del lunes con las máximas autoridades del Estado.
Čižnar hizo hincapié en que el objetivo de la reunión era evitar la escalada de la situación en torno al secuestro del ciudadano vietnamita y pedir a las máximas autoridades del país que en medio de la situación actual intentaran transmitir la mayor calma posible.
El primer ministro Peter Pellegrini, quien horas antes se había reunido con el presidente, tras salir de ese encuentro declaraba que la ministra del Interior, Denisa Sakova, deberá garantizar una investigación imparcial sobre las circunstancias del secuestro del empresario vietnamita y que esa es su principal tarea.
El mandatario eslovaco, sin embargo, fue mucho más crítico con la ministra, de quien ha llegado a decir que ha perdido toda su confianza en ella, que la veía como un obstáculo para la investigación de este caso y que actuaba como si fuera la mano derecha del anterior ministro del Interior Robert Kaliňak.
Robert Fico, líder del partido gubernamental Smer-SD, declaró que el presidente se ha aprovechado del cargo que ejerce para hacer su entrada en la política de partidos y atacar a la coalición de gobierno. "Su único propósito es desestabilizar la situación política en el país. Instó al presidente a renunciar a su cargo", escribía Fico en un artículo en las redes sociales.
Bela Bugar, líder de Most-Hid, otro de los partido coaligados en el gobierno decía: Si las sospechas se confirman, no tengo nada que buscar en esta coalición".
El partido de oposición SaS ha pedido al primer ministro Peter Pellegrini que destituya a la ministra del Interior.
