¿Excluir a los comunistas de la vida pública?

La vicepresidenta del Parlamento eslovaco y representante de la principal fuerza política de la oposición parlamentaria, SaS, y el diputado del mayor partido político de la coalición gubernamental Smer-SD, Lucia Ďuriš Nicholsonová y Miroslav Číž, respectivamente, se encontraron el pasado fin de semana en el debate televisivo de la emisora pública RTVS para abordar el tema del aniversario de la llamada Revolución de Terciopelo que puso fin al régimen totalitario comunista en nuestro país. Nicholsonová alegó que le molesta que Eslovaquia no haya impedido a algunos de los representantes del régimen comunista seguir trabajando en la esfera pública y que el país se rompió de una forma muy suave con algunos de los principales protagonistas del antiguo régimen. Según sus palabras, en este sentido, en aquel entonces podíamos excluir de la vida pública a todos los personajes principales, que construían el sistema comunista en nuestro país, de una forma más radical. A decir de Miroslav Číž, nuestro país ha aprobado una serie de leyes para superar el período comunista, que a su entender son suficientes. A decir de Ďurišová, algunos de los principales protagonistas del régimen comunista siguen estando en la esfera pública. Según su opinión, en aquel entonces era importante, condenar y castigar a todas las figuras más representativas del régimen comunista. El vicepresidente del grupo parlamentario del partido Smer-SD Miroslav Číž no piensa que debíamos excluir de la vida pública a todos los comunistas. Él mismo se pregunta si la democracia debe excluir totalmente de la vida pública un tipo de pensamiento y comportamiento. En su opinión, hemos aprobado una serie de leyes que condenan el régimen totalitario comunista, pero en ninguna de éstas leyes se escribe que los representantes del antiguo régimen no pueden participar en la gestión del país. Nicholsonová se opone, destacando, que deberíamos castigar de la misma manera tanto los crímenes del fascismo como los del comunismo. A decir de Číž, el legado de la Revolución de Terciopelo y de noviembre de 1989 debería transformarse en una vida mejor para nuestros ciudadanos y no en una confrontación permanente. Según palabras de Nicholsonová, para poder cumplir el mensaje del noviembre de 1989, algunas personas concretas deben abandonar definitivamente la esfera pública.