Kiska se despide del cargo del presidente del país

Kiska se despide del cargo del presidente del país

El actual presidente de la República Eslovaca, Andrej Kiska, se despedirá de su cargo el día 15 de junio, día en que tendrá lugar la investidura de la presidenta elegida recientemente, Zuzana Čaputová. Con todo, Kiska no va a alejarse de la política, y tal y como ha anunciado creará un nuevo partido político, con el cual intentará atraer sobre todo a los votantes afines a la oposición. Se espera que dé a conocer el próximo lunes el nombre del partido. Según una encuesta de la agencia Focus sobre las preferencias prelectorales realizada este mes, el nuevo partido del presidente, Andrej Kiska, obtendría un 6,2% de votos. A decir del politólogo, Grigorij Mesežnikov, es un resultado excelente, si tenemos en cuenta, que este partido todavía no existe. Andrej Kiska en el año 2017 declaró que no iba a crear un partido político y no aspiraría al cargo del premier, sin embargo cambió de postura, informando en abril de este año sobre la fundación de su nuevo partido. "¿Hasta cuándo vamos a tolerar la situación actual de nuestro país? Tenemos que cambiarla", dice Kiska en uno de los vídeos de propaganda de su partido. A decir del politólogo, Juraj Marušiak, Kiska hace cinco años ganó las elecciones presidenciales porqué los ciudadanos querían castigar de alguna manera a Robert Fico, en aquel entonces el premier eslovaco, pero también a los líderes de partidos de oposición, a las élites políticas en general. "Kiska representaba una esperanza", alega Marušiak. Kiska entró en política sin experiencias previas en este ámbito, por lo cual el politólogo Marušiak opina que no es posible compararlo con sus antecedentes, todos políticos con rica experiencia en este terreno. "Su mandato ha sido basado en la mercadotecnia política, en la creación de un culto personal, lo que resultaba ridículo. Sin embargo ello demuestra que los ciudadanos necesitan ver personas humanas en los políticos", dice Marušiak. Kiska durante su mandato afrontó varias causas jurídicas vinculadas con sus negocios y con la propiedad de terrenos. Después del control tributario, en mayo de este año, le fue impuesta una multa por un importe de tres salarios presidenciales. Andrej Kiska se presentaba ante todo como crítico al Gobierno, lo cual, según Marušiak, no fue una postura acertada, ya que el más alto mandatario del país debería moderar la tensión en la sociedad, no incrementarla, lo que se demostró más evidentemente después del asesinato del periodista Ján Kuciak y su novia. "En aquel momento Kiska entró en conflicto abierto con el partido gobernante SMER-SD, al conseguir un cierto éxito, cuando Robert Fico se vio obligado a ceder de su cargo. No obstante, a la vez se mostraba que Kiska no conocía qué fines políticos quería alcanzar y cómo tenía que ser su futuro político", precisa Marušiak. La afirmación más recordada con Andrej Kiska y que entrará en la historia es su eslogan político: "Eslovaquia es un país mafioso". Diciéndolo con las palabras del politólogo, Ján Baránek, se ha tratado de una enorme metedura de pata internacional. "Kiska ha sido un presidente débil, sin actividades o éxitos que merecieran la atención. Pero si debemos buscar algo positivo, lo ha sido su crítica de la corrupción", opina Baránek

Mária Mangová Foto: TASR

Živé vysielanie ??:??

Práve vysielame