Eslovaquia sigue siendo considerado el país más escondido de Europa Central, por lo cual resulta complicado para las empresas eslovacas imponerse en el mercado mundial. La diplomacia económica, que es una de las labores del ministerio de Exteriores, pretende modificar esta situación y planea diferentes proyectos de apoyo a la exportación de productos eslovacos. De hecho, ya ha contribuido a la exportación de las pruebas del Covid-19 eslovacas o los ventiladores pulmonares, producidos en la fábrica Chirana, con la sede en la ciudad de Stará Turá. La secretaria de Estado de Exteriores, Ingrid Brocková, lo comentaba con estas palabras: "Estoy orgullosa de que la diplomacia eslovaca haya podido ayudar en la primera exportación de estos ventiladores a los EE UU".
