Cada año, a mediados de enero, en 9 países de Europa Central, tiene lugar el recuento de los pájaros y aves de rapiña. A decir de Stanislav Kováč, miembro de la Asociación Eslovaca para la Protección de las Aves de Rapiña, a los ornitólogos y medioambientalistas eslovacos les interesa, sobre todo, conocer y actualizar la situación de algunas especies concretas, es decir, especies raras, particularmente preciosas o en peligro de extinción.
Dedicamos particular atención al pigargo europeo, al halcón sacre y al águila imperial. Obviamente registramos a todas las aves de rapiña presentes en nuestro territorio. Solo que el halcón sacre y el águila imperial se encuentran en peligro de extinción. La presencia del pigargo europeo es muy esporádica, aunque debo decir que últimamente se han incrementado. Actualmente tenemos cerca de 20 parejas anidadas.
El recuento de las aves de rapiña no es por nada fácil. En algunas localidades los ornitólogos deben volver varias veces para averiguar la situación. Sabemos que para encontrar al pájaro en el lugar de su nido a veces hay que esperar varios días.
Nuestro trabajo consiste en la creación de una red de puntos permanentes de control, desde los cuales observamos a los pájaros con telescopios, empezando desde temprano en la mañana y terminando por la noche. En un mapa señalamos la presencia de nidos y de los llamados lugares de descanso. Estos puntos marcados solemos compararlos con los que hemos señalado durante la temporada veraniega y mediante una observación periódica llegamos a saber, además de otros detalles de su vida, si determinados pájaros suelen hibernar en nuestro país.
Stanislav Kováč nos ha explicado que el recuento de los pájaros suele complicarse con la doble detección, puesto que en un período de tiempo breve pueden sobrevolar decenas de kilómetros y aparecer en varios lugares del país o incluso en el extranjero. Para evitar la confusión y reducir al máximo el número de doble presencia, los ornitólogos realizan el recuento el mismo día.
Para excluir la duplicidad registramos en cada pájaro el tiempo preciso y las coordenadas GPS.
Los ornitólogos y protectores del medio ambiente que efectúan el recuento de pájaros y aves de rapiña regularmente, desde hace varios años, conocen ya a muchas de estas aves e incluso, les ponen nombres.
En el caso de las águilas imperiales conocemos a varias generaciones de familias - padres, hijos, etc. Los reconocemos por las manchas claras en la espalda o en las alas. Éstas, en el caso de águila imperial, son el signo de autentificación, algo así como las huellas dactilares en las personas. Gracias a estas manchas, somos capaces de identificar a casi el 80% de las águilas que viven en nuestro territorio.
Para los ornitólogos también la nula presencia de alguna especie de aves de rapiña en nuestro territorio tiene un valor importante. Habla Tomáš Veselovský.
Tras obtener un resultado nulo, nos empeñamos en investigar la causa de éste. Es decir, intentamos saber si se han mudado y por qué, si han muerto, etc. En todo caso, nos ponemos a buscarlos.
Dado que en el contexto mundial el número de pájaros y aves de rapiña continúa descendiendo, su protección es extremadamente importante. Y para protegerlos es necesario conocer las localidades que frecuentan, su número y el comportamiento migratorio.
Recuento de los pájaros
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