El 20 de febrero de 1999 se lanzó desde cosmódromo de Baikonur la nave espacial Soyuz TM-29, que transportó a la estación orbital Mir un equipo internacional de científicos, integrado por un cosmonauta ruso, uno francés y uno eslovaco. El nombre del cosmonauta eslovaco es Ivan Bella y hasta ahora ha sido único cosmonauta eslovaco que ha viajado a una estación espacial. Bella nació en Brezno en 1964 y su estancia en el cosmos duró casi 8 días. Los experimentos y estudios realizados en la estación Mir versaron sobre los aspectos fundamentales de los programas de vuelos espaciales tripulados, entre ellos la medicina espacial y la biología, la geofísica, la tecnología espacial, las ciencias del medio ambiente, los recursos naturales y la astronomía. Nosotros hemos elegido justamente este tema porque la semana pasada se celebró el 20 aniversario de este viaje y hemos querido ofrecerles nuevamente parte de la entrevista concedida por el cosmonauta Ivan Bella.
El proyecto Štefánik incluía cuatro experimentos, dos de medicina, uno de biología y otro de física. En el marco de los primeros dos estudiábamos la resistencia del organismo humano en las condiciones de un vuelo espacial, en varias situaciones de estrés combinadas con el estado de ingravidez, dedicamos especial atención al vestíbulo. El experimento biológico tenía que ver con la evolución postembrional y prenatal de las codornices japonesas. En lo referente a los experimentos de física, en ellos se observaba la carga y la especie de la radiación espacial. Este conocimiento sirvió de información básica acerca de la radiación a la que están expuestos los aeronautas durante sus vuelos espaciales.
¿Sigue usted el destino de los datos obtenidos en el cosmos, su empleo científico o aprovechamiento práctico?
A decir la verdad, al comienzo seguía el desarrollo científico de los datos que obtuvimos durante nuestra estancia en el universo, pero más tarde, puesto que soy el único cosmonauta eslovaco, he tenido demasiadas actividades y he perdido el contacto con el equipo científico. Seguía solamente la publicación de los resultados en los medios de difusión o en ocasiones en algunas conferencias y sé que han recibido muy buenas calificaciones y son muy útiles para el desarrollo científico.
Durante los últimos años se habla mucho del llamado cosmoturismo, ya varias personas se han pagado una excursión al cosmos. ¿Qué opina usted acerca de estas actividades, tienen alguna perspectiva?
Hay que darse cuenta de que estamos viviendo en tiempos de una economía de mercado. Entonces lo que mueve el mundo es el dinero. Hace algunos decenios nadie pensaba en la idea de un turismo astronáutico y hoy esto ya es algo normal. Claro está, es un producto extremadamente costoso, destinado a personas ricas, pero con el tiempo la tecnología mejorará, todo se simplificará y creo que más gente tendrá la oportunidad de viajar al espacio. Por ejemplo, volar en avión es hoy algo normal, común, accesible para todos, pero hace varios años, la gente ni se lo imaginaba. Lo mismo, en mi opinión, ocurrirá con el cosmoturismo.
El cosmonauta Ivan Bella estuvo seleccionado en 1997 por el teniente general Štefan Gombík. ¿Cómo se recuerda él de este acontecimiento?
En 1997 me encargaron la tarea de seleccionar entre los pilotos militares eslovacos que participarían en el proyecto internacional. Me comunicaron que sería el responsable de la preparación de esos astronautas. Elegimos a una parte de los pilotos en la base militar de Malacky y a la otra parte en el aeropuerto militar de Sliač. Luego tuvieron que someterse a varios exámenes médicos en el hospital de Košice. Sólo 6 pilotos de ese grupo lograron pasar todos los exámenes médicos y, seleccionamos a 4, que posteriormente enviamos a Moscú. Allí ese grupo se redujo a 2 - a Michal Fulier e Ivan Bella. Y, después de 6 meses de entrenamiento, fue elegido el que viajaría al cosmos y su sustituto.
¿Qué tipo de características o requisitos deben cumplir los candidatos que aspiran a formar parte de una tripulación espacial?
Los criterios y requisitos que deben cumplir los candidatos a vuelos espaciales están relacionados, sobre todo, con el estado de su salud y con la forma física. Por supuesto, el candidato también debe disponer de buenos conocimientos técnicos sobre los vuelos espaciales.
Seleccionar a los pilotas para una misión tan importante y tan difícil significa asumir una gran responsabilidad.
Yo, puesto que entre los años 1976 y 1978 participé en la selección de los pilotos checoslovacos para el vuelo espacial que se realizó en 1978, conocía bien todo el procedimiento. Así pues, en 1997 me encargaron la tarea de dirigir la selección de los astronautas. Tengo recuerdos muy lindos, porque en aquella ocasión tuve la oportunidad de tomar parte en la salida de Ivan Bella del cosmódromo de Baikonur. Fue una experiencia fenomenal, única. Sentí una gran satisfacción. En mi opinión es una forma de un reconocimiento para toda la aeronáutica eslovaca y para el país en general.
Según usted, podría próximamente aparecer el segundo vuelo espacial de un astronauta eslovaco?
No lo sé. Hoy en día es una cuestión exclusivamente financiera. Son realmente proyectos muy costosos. Si bien, la economía eslovaca está creciendo, aún se necesita voluntad política. Eslovaquia participa en varios proyectos relacionados con la cosmonáutica, pero para el envío de un astronauta tiene que haber voluntad política.
Ivan Bella_celebramos el 20 aniversario de su vuelo espacial
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