Aumento de las temperaturas, pérdida de agua en el paisaje y disminución del número de insectos en las ciudades. Estos problemas se debaten cada vez más abiertamente en Eslovaquia. Por eso, nuestros municipios están tomando poco a poco decisiones para contribuir a cambiar los cambios ecológicos negativos de nuestro país. Entre ellas, la plantación o creación de las llamadas "praderas de biodiversidad", es decir, zonas en las que debe aumentar la diversidad de especies tanto vegetales como animales. Por ello, en la región de Nitra, es donde tiene la sede la Universidad Eslovaca de Agricultura (SPU), se crean o como suelen decir sus autores, se fundan las praderas de biodiversidad.
Las zonas biodiversas aportan más insectos y praderas más diversas, además de ahorrar en la siega y la retención de agua en el paisaje, en el que contribuyen así a mitigar el cambio climático. El Jardín Botánico de la Universidad de Agricultura está preparando el proyecto BIO:VCEL:IN que incluye praderas de biodiversidad y un colmenar de demostración. Según los autores del proyecto, paulatinamente crecerán en el campo de la universidad grandes extensiones de praderas con flores que tendrán un gran impacto en el fomento de la biodiversidad. Nos lo explicó Jarmila Králová, impulsora del proyecto y presidenta de la comisión de medio ambiente, orden público y actividades comunales del ayuntamiento de Nitra.
Nuestros prados de biodiversidad forman parte del proyecto BIO:VCEL:IN. De las llamadas “praderas intensamente guadañadas” se difieren por su riqueza en la composición de especies, es decir, en la fuerte biodiversidad. No hablamos solo de insectos polinizadores o abejas, sino también de pequeños vertebrados y pájaros. Además, hablamos de una excelente calidad del suelo, de la mejora de sus capacidades de retención y de la variedad de especies de hongos presentes en ello. También mejoran el microclima del entorno y la higiene del aire, añaden valor estético y encajan con el colmenar de demostración.
Según sus autores, el proyecto será una zona de demostración y educación única, no sólo en el contexto nacional. Su alcance no tiene parangón ni siquiera en los campus universitarios de los países europeos vecinos.
Concretamente estos prados fueron fundados en marzo de 2024, sin embargo, la idea data del año 2022. Durante los dos años tuvimos que examinar minuciosamente el suelo, realizamos varios tipos de pruebas para conocer detalladamente sus características. Luego, en marzo de 2023 pusimos en marcha la fase de la preparación, tanto del suelo, como de la superficie.
Las zonas seleccionadas se segarán con menos frecuencia. Crearán espacio para pequeñas aves y, sobre todo, insectos polinizadores. Los prados biodiversos no sólo ayudan a los animales, sino también a mantener la humedad de la ciudad.
Los ecosistemas presentes en los prados son realmente riquísimos. En una superficie de una y media hectáreas tenemos 18 mezclas diferentes de, por ejemplo, amapolas silvestres, azulejos, leucantemum, neguillas o trébol rojo.
Los prados menos segados soportan mejor las altas temperaturas, que suelen secar el césped segado y ayudan a enfriar el entorno.
Aparte del punto de vista del medio ambiente, nuestro objetivo fue también el ahorro de medios financieros y de recursos humanos y, obviamente el apoyo a la biodiversidad. Si logramos fundar los prados bien, estos paulatinamente deberían llegar a ser autónomos. Basta segarlos dos veces al año, pero, si no se respetan todas las reglas establecidas los prados podrían representar también un problema.
Praderas de biodiversidad
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