Andrew Warhola, comúnmente conocido como Andy Warhol, fue un artista plástico y cineasta estadounidense, de raíces eslovacas, que desempeñó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del pop-art. Nacido el 6 de agosto de 1928 en Pittsburgh, falleció dos años antes de estallar la Revolución de Terciopelo en nuestro país, así que nunca volvió a Eslovaquia. Quién sabe si le hubiera apetecido venir a estos lares. Con la cultura estadounidense estaba fuertemente unido y también él estampó sus huellas en ella, desempeñando el papel de gurú de la modernidad. Warhol actuaba como enlace entre artistas e intelectuales, pero también entre aristócratas, homosexuales, celebridades de Hollywood, drogadictos, modelos, bohemios y pintorescos personajes urbanos. Utilizó diferentes medios para crear sus obras, como el dibujo a mano, la pintura, el grabado, la fotografía, la serigrafía, la escultura, el cine y la música. Desde su muerte en 1987 ha sido y sigue siendo objeto de numerosas exposiciones retrospectivas, análisis, libros y documentales.
Isabelle Collin Dufresne, escritora y artista francesa, llegó a conocer a Warhol en el año 1963, cuando era todavía un completo desconocido. Juntos rodaron una película y Warhol le pidió que cambiase su nombre para esta cinta. Así nació Ultra Violet. Les ofrezco un fragmento de la entrevista a Ultra Violet, hecha en la Radio Eslovaca en el año 2000:
"Andy Warhol es uno de los artistas contemporáneos fundamentales y es lógico que también Eslovaquia, país natal de sus padres, esté orgullosa de su obra y quiera divulgarla de todas las maneras posibles. ¿Y porqué Warhol se convirtió en un eslabón tan importante en el desarrollo de la cultura moderna? Representaba el sueño norteamericano, el que se ha convertido en sueño global y a la vez demostraba cómo este sueño dañaba nuestras vidas. Lo que considero más valioso de su obra son sus últimos trabajos, que son ya muy espirituales".
¿Guarda algún recuerdo alegre sobre Andy Warhol?
"Cuando llegué a conocerlo, quise seducirlo, pero mientras estábamos charlando, me di cuenta que se le movía el pelo, que llevaba peluca. Es más, me di cuenta, además, de que en su cráneo había un botón de hierro. En ese preciso instante dejé de tratar de seducirlo y empecé a concentrarme en su trabajo. No hay dudas de que Warhol fue un genio incomparable. Creó una fundación para el apoyo a los artistas, la que después de su muerte heredó sus bienes, por un valor de aproximadamente 800 millones de dólares. De esta manera, Warhol, que había empezado su carrera como un inmigrante de la lejana y desconocida Eslovaquia, se convirtió en un mecenas. Para realizar algo así, simplemente tienes que ser genial".
Ultra Violet fue musa de Salvador Dalí, siendo éste quien la presentó a Warhol, con quien luego pasó un par de años. Después de la Revolución de Terciopelo, en el año 1990 vino por primera vez a Eslovaquia, a Medzilaborce, ciudad en la que se halla el Museo de Andy Warhol. Cuando visitó la tumba de sus familiares, de repente salió una serpiente de la tierra. Para Ultra Violet eso representó un mensaje del fuerte espíritu de Andy Warhol:
"Warhol fue un hombre enigmático. Se comportaba de una manera muy cortés con los demás. A veces la gente pensaba que era mudo. También era muy pálido, parecía una caricatura o una estatua, no un ser humano de huesos y carne. Recuerdo que a menudo masticaba un imán en vez de un chicle, no sé si lo hacía para resultar atractivo a los demás. Por ejemplo, cuando le invitaron a la televisión, a un programa de debate, Warhol no dijo ni una sola palabra. Él hizo muchas cosas, creó un montón de obras, pero durante su vida dijo muy pocas palabras. Yo decía que era un extraterrestre. En Nueva York siempre se decía que no era sorprendente que pareciese ser tan distante, si provenía de un país tan alejado como Eslovaquia".
La vida de Andy Warhol está llena de misterios y también anécdotas. Tenía 365 pelucas, una para cada día. También era hipocondríaco y desarrolló un terror inmenso a médicos y hospitales. Ello tenía que ver con la enfermedad conocida como baile de San Vito, que sufrió siendo niño. Tampoco consiguió evitar grandes crisis o problemas personales, como los que comportaron el atentado sobre su persona, perpetrado el 3 de junio de 1968, cuando Valerie Solanas le disparó en la entrada de su estudio. Las secuelas físicas de este ataque le acompañaron el resto de su vida, y no es de extrañar que, por tanto, el recuerdo del atentado dejase una marca profunda durante el resto de la vida y la obra de Warhol.[