“Los Altos Tatras: cumbres, torres, picos y agujas. Sus paredes de granito forman un lugar en el cual el ser humano examina no sólo las fuerzas de su cuerpo, sino también la perseverancia de sus sueňos”, así suena la sinopsis del nuevo documental de Pavol Barabáš sobre los Altos Tatras.
Se trata de una serie de documentales, compuesta de 6 partes, titulada Las Historias de los Picos de los Altos Tatras. Los eslovacos la pudieron ver durante seis días a partir del primero de enero en la Televisión Eslovaca. La serie de Pavol Barabáš ha logrado ya 13 premios en varios festivales de Eslovaquia, Chequia y el extranjero. Estos documentales nacieron a menudo en unas condiciones muy complicadas. Además, varias escenas narran la historia del alpinismo en los Altos Tatras, por lo cual los protagonistas a veces sólo tienen el equipo que se usaba hace decenas de aňos... Nos contará más sobre ello su director, Pavol Barabáš: “Cuando se hace un documental sobre algún pico, evidentemente no basta con subirlo una vez, rodar lo necesario y bajar. Como mínimo hay que subir al pico dos o tres veces, claro si uno tiene suerte y hace buen tiempo. El tiempo es, de verdad, un factor importantísimo en este tipo de película. Para hacer una escena se requiere alrededor de 10 personas, entre los cámaras, los alpinistas y la gente vestida con ropa histórica. Hay que reunirles a todos en un momento oportuno. Me acuerdo que cuando necesitamos rodar Malý hrot (El ápice pequeňo), un pico difícilmente accesible, tuvimos que esperar hasta que le iluminase el sol de occidente para poder enfocarlo. Esperamos todo el verano hasta que, finalmente, en septiembre llegó el día que cumplía nuestras exigencias de tiempo y de sol. Subimos el pico, rodamos todo lo necesario con un ventarrón tremendo y bajamos con el anochecer. La misma noche nevó, así que no hubiera sido posible repetir aquella oportunidad otro día del aňo. Además, siempre hay que subir varias veces todas las cumbres colindantes para ver la cumbre de todos los puntos de vista. Yo subo anualmente alrededor de 40 picos de los Altos Tatras.”
Su serie de documentales no nació sólo en los senderos del macizo de los Altos Tatras, sino también en los archivos, ya que narra también las historias de los alpinistas, los primeros que alcanzaron a coronar esos picos inaccesibles.
“Por ejemplo, con la conquista de la Cumbre Aguda (Ostrý štít) se vinculan varias historias graciosas. Su pico lo alcanzó en el aňo 1902 Karol English, después de duros esfuerzos que habían durado un par de aňos. A mí me ha cautivado mucho que en cuarto lugar lo subiera Vítězslav Novák, el compositor checo, que lo hizo sin cuerda. No me lo puedo imaginar, pues aun con todo el equipo necesario es durísimo. Nosotros bajamos por la vía más fácil, pero él bajó por la pared más empinada, y además empezó a llover. Luego, en el mejor terreno, Novák acabó resbalando y cayó. Debido a esa experiencia cambió completamente el poema sinfónico sobre los Altos Tatras, que en ese momento tenía ya listo”, cuenta Barabáš.
Pavol Barabáš es el documentalista eslovaco más exitoso, por lo menos en cuanto al número de los premios que ha recibido por sus más de 30 documentales, en su mayoría sobre sus viajes por todo el mundo, a menudo extremos, como son por ejemplo el paso por el macizo venezolano Auyan Tepui, varias expediciones a África, y entre ellas la segunda navegación de la historia por el río Omo, o la navegación por el río Godžeb, también en Etiopia, el viaje a pie al Polo Sur, etc.. Una de las películas más apreciadas de Pavol Barabáš es Trou de Fer, sobre la conquista de un desfiladero inaccesible en la isla de la Reunión, en el Océano Índico. Este documental recibió también el premio Silver Edeweiss en el Festival de Cine de Montaňa y Aventura en Espaňa. El Cónsul General Honorario de Eslovaquia en Barcelona, D. Joan I. Torredemer, destacó en aquella ocasión que“el propósito común de todos los documentales del productor Pavol Barabáš, más allá de la diversa temática del riesgo, es el de mostrar al hombre expuesto a condiciones extremas, capaz de superar los obstáculos más difíciles, gracias a su fortaleza y a la labor de equipo. Sus reportajes muestran, en definitiva la capacidad del ser humano para conseguir sus objetivos aún en las condiciones más difíciles”.
Estamos en invierno, hasta ahora sin que llegase de verdad el invierno, pero a pesar de ello, se me ocurre otra pregunta: ”¿Le gusta esta temporada del aňo? ¿Y dónde prefiere pasarla?
“Estoy feliz de vivir donde vivo. ¿Qué puede ser más bello que disfrutar de cuatro estaciones del aňo tan diferentes? A mí la vida en los territorios colindantes a la línea equinoccial o en los países árabes me parece demasiado triste, es igual durante todo el aňo, mientras que nosotros podemos esperar con encanto los cambios espléndidos de la naturaleza. Ahora estoy contento de que nevara en los Altos Tatras y puedo esquiar. Somos unos afortunados.”