Va finalizando el mes de noviembre y a mí me gustaría felicitar al menos a un escorpio. El 16 de noviembre cumplió 85 años el afamado pintor eslovaco Rudolf Krivoš. Así pues, feliz cumpleaños! Pero cedamos la palabra al maestro:
"Mi vida sigue teniendo el mismo ritmo. No hay descansos. Me levanto, voy a mi taller a trabajar, tomo un café y sigo trabajando. Por la tarde dibujo. Soy un trabajador duro. No espero a las musas, a mi modo de ver es un sin sentido. Hay que trabajar con disciplina, es lo que da resultados. Como ha dicho Paul Gauguin, hay que pintar sin cesar, para que el buen rato, en el colmo de la onda de nuestro biorritmo, nos pille trabajando".
El pintor Rudo Krivoš, originario de Tisovec, siguió su tentación de dedicarse a la pintura a pesar del desacuerdo de sus padres. Lo tenía claro ya a sus 17 años. En su obra destaca la figura, figura deformada, que después del año 1968 es aún más pesimista, se convierte casi en una columna. Rudo Krivoš fue en al año 1972 expulsado de la Unión de Artistas Plásticos, por lo cual la tristeza en sus pinturas de los años 70 y 80 resulta ser hasta palpable. Como dicen los teóricos del arte - Krivoš es gris y marrón.
"Yo como persona no soy pesimista. Yo diría que soy optimista de un nivel avanzado. Pienso que hay que advertir ante el mal, hay que mostrar lo duro de la vida, para que podamos concentrarnos en superarlo. Suceden tantas cosas malas, que no podemos cerrar los ojos frente a ello. Haciéndolo visible, tal vez también ayude", afirma el pintor.
Pero Usted pintaba figuras deformadas a edad muy joven. ¿Así que el mundo no cambia?
"No cambia nada, ni el mundo, ni el ser humano. Lo que cambia es sólo la superficie no fundamental. Aquel que fue un hombre bueno durante el pasado régimen, lo sigue siendo y al revés, aquel que fue un gánster, seguirá robando. Y yo también sigo siendo el mismo Rudo Krivoš".