El 20 de enero de este aňo murió Claudio Abbado, director de orquesta italiano, considerado uno de los grandes del podio orquestal y lírico de la posguerra. Su relación con Eslovaquia se empezó a formar en el aňo 1965, cuando dirigió por primera vez la Filarmónica Eslovaca y el Coro Filarmónico Eslovaco. Fue entonces cuando se hizo amigo con su cólega eslovaco Ľudovít Rajter.
Y a partir de aquella fecha Abbado colaboró muchas veces con los músicos eslovacos. Hay que resaltar sobre todo la escenificación de Othello en el festival de Salzburg o las grabaciones de Musorgskij y Schönberg para la Deutsche Grammophone. En el aňo 1966 el seňor Abbado se estrenó en Bratislava y volvió a nuestra capital en 1986 con su Orquesta Juvenil Gustav Mahler. El musicólogo Adrián Rajter lo recuerda: ”Me acuerdo muy bien de aquel concierto. No pasa a menudo que un concierto cree una atmósfera tan fuerte. En su proyecto unió a los músicos de la Europa Occidental y la Oriental, y a mi modo de ver contribuyó así a la caída del telón de acero. Abbado amaba las condiciones acústicas de Reduta, la sede de Filarmónica Eslovaca. Fue también una de las razones por la que aceptó participar en un concierto extraordinario en el aňo 2004. Desafortundamente fue ya su última actuación en Bratislava.”