Hace dos semanas hablamos sobre cómo ha cambiado el ámbito cultural en los últimos diez aňos, a partir de nuestra entrada en la UE. Todavía no hemos respondido la pregunta acerca de si la cultura eslovaca ha alcanzado mayor renombre fuera de nuestras fronteras, en comparación con los aňos anteriores a 2004. ¿Quiénes son los embajadores más destacados de nuestro país en el ámbito cultural? ¿Y qué eventos culturales, celebrados a partir del aňo 2004, han tenido la voz más potente en la divulgación de la noticia sobre el acontecer cultural en nuestro país?
Primeramente le cedo la palabra al ministro de cultura Marek Maďarič:
”Una de las exposiciones de mayor importancia que hemos organizado en estos 10 aňos ha sido la exposición de la gótica eslovaca en la ciudad francesa de Cluny. Otro evento relevante fue nuestra participación como invitados de honor en la Feria del Libro Infantil en Bolonia. En los últimos aňos nuestras películas han sido galardonadas en prestigiosos festivales por todo el mundo, no obstante todavía el ”artículo de exportación” más importante son nuestros cantantes de ópera. Son las verdaderas estrellas de nuestra cultura.”
Y ¿porqué no mencionar también a nuestros artistas plásticos? Basta recordar los éxitos que han conquistado en la Bienal de Arte Contemporáneo en Venezia.
“Para que un artista plástico logre la fama mundial no basta su talento, necesita también mucho dinero. Y nuestra comunidad artística no dispone de suficientes recursos económicos. Los artistas eslovacos logran éxitos impresionantes, pero no es posible compararlos con los cantantes de ópera. Son ellos los que tienen la mayor influencia, la mayor capacidad de poner alto el buen nombre de Eslovaquia en el extranjero.”
Tengo que aňadir que uno de los eventos que nos hacen famosos en el extranjero es seguramente La Bienal de Ilustraciones de Bratislava. Y ¿qué opina en cuanto a la propagación de Eslovaquia fuera de su territorio Zuzana Mrvová, experta en la política cultural?
”La presentación de la cultura eslovaca en el extranjero es un problema que se va desarrollando por mucho tiempo y no tiene tanto que ver con nuestra entrada en la UE. Desde el punto de vista de la política cultural, resulta complicado que esta agenda pertenece a la vez al ministerio de Cultura y al ministerio de Exteriores. Ante todo el ministerio de Exteriores debería ocuparse de ello y seguramente no es una de sus prioridades. Por lo tanto, todavía podemos ver que Eslovaquia envía a algún evento internacional una agrupación folclórica y basta, no hay quien analice en profundidad cómo se pueden difundir mejor nuestros valores. El folclóre es muy bonito y valioso, pero naturalmente, tenemos muchas cosas más que ofrecer. A mi modo de ver, muy poco se habla sobre el arte contemporáneo.”
Según la opinión de Zuzana Mrvová, un buen paso hacia delante podría ser la creación de la marca eslovaca unificada que el ministerio de Exteriores junto a varios expertos en marketing están preparando en actualidad, y que debería ayudar a la propagación del país en el extranjero:
“La marca eslovaca será útil, aunque seguramente habría sido mejor si la hubieramos creado con anterioridad. En torno a este tema hay que mencionar los institutos culturales eslovacos en extranjero. Aquí no se sabe mucho sobre sus actividades, y no he oído que haya mucho interés por sus eventos tampoco en los países donde están ubicados. Además, han sido fundados solamente en Europa. Pues, a mi modo de ver el ministerio de Exteriores debería hacer mucho más en este ámbito. Pero si queremos presentar nuestra cultura de una manera digna y efectiva, ante todo tenemos que mejorar la situación aquí, en casa. Por ejemplo, se va acercando 2016, aňo en que Eslovaquia presidirá el Consejo Europeo y todavía no ha sido reconstruída la Estación Central de Bratislava. ¿Cómo podemos crear una buena imagen de nuestro país, si el que llega a la capital, lo primero que ve es esa estación horrorosa?”
Tal y como ha aňadido la seňora Mrvová, la atractividad de Eslovaquia, y de ello se desprendiente buena imagen hacia fuera, depende ante todo de la gente responsable de cualquier tipo de decisiones a nivel regional y municipal, o sea de todos nosotros. Si a nosotros no nos importara el mejoramiento de nuestras condiciones de vida y también el desarrollo cultural y medioambiental, pues ningún ministerio podrá hacerlo en vez de nosotros.
A pesar de lo dicho, el arte de calidad tiene la capacidad de abrirse su propio camino y esto ocurre también con el arte eslovaco. Por ejemplo, Nina Poláková, joven bailarina de ballet y oriunda de la ciudad de Trnava, se ha convertido en la primera bailarina de Ballet Estatal de Viena. En este ballet, que forma parte de la élite mundial, baila como primer sólista también otro eslovaco, Roman Lazík. Me gustaría presentárselos en alguno de los próximos programas, pero ahora dedicaremos un par de minutos a nuestros cantantes de ópera, que, tal y como ha dicho el ministro, son nuestro ”artículo de exportación” más prestigioso.
Pavol Breslik, cantante de ópera, oriundo de la ciudad de Kysucké Nové Mesto, es uno de los mejores tenoristas contemporáneos. Su espléndida carrera arrancó cuando la revista alemana de gran prestigio Opernwelt le declaró el ganador en la categoría El descubrimiento de la ópera del aňo. Desde aquel momento Pavol Berslik actúa en las óperas más renombradas del mundo, en Nueva York, Londres o Munich. El público lo ama por su dulce voz y la manera de cómo representa los papeles románticos.
“No recuerdo cuántas veces he actuado en cada casa de ópera. Pero claro, nunca olvidaré, por ejemplo, cuando obtuve el primer contrato para la Ópera Metropolitana de Nueva York. En la cantina vi a la cantante Kiri Te Kanawa y me dije: ”Dios mío, a esa gente genial la he visto solamente en DVD y ahora me toca colaborar con ellos”. No lo podía creer. Es algo maravilloso y me da mucha fuerza para avanzar. Sin embargo, siempre los recuerdos más fuertes siguen siendo aquellos que están vinculados a los principios de mi carrera, con Eslovaquia”, recuerda Berslik, aňadiendo, que las prestigiosas casas de la ópera le impresionan enormemente, aun el polvo sobre sus escenarios da el testimonio de su larga historia y le permite percibir lo grande que han sido los cantantes sobre esas tablas:
“Mi estreno en la Ópera Estatal de Viena fue en el papel de Memorino, en Otelo, y me vistieron con el mismo chaleco que llevó Peter Dvorský hace treinta aňos. Son sensaciones incomparables.”
Los tres tenores con sus conciertos han contribuido mucho al aumento del interés por la ópera. No obstante, un tenorista que actúa ”solamente” en las casas de la ópera no se hace conocido entre la gente corriente. No lo echa Usted de menos?
“Es un arma de doble filo. Los tres tenores se han hecho muy famosos y han perdido su privacidad. A mí me convienen las cosas tal y como son. Los que quieren verme cantar, vienen a la ópera, incluso los jóvenes. En la calle nadie me molesta, nadie me grita o me quiere hacer una foto. Claro, de vez en cuando ocurre, pero me siento libre. Lo más importante es mantener la autenticidad y, la fama en extremo lo impide.”
Es Usted un hombre modesto. Hay que decir que las entradas para sus actuaciones por todo el mundo están pronto agotadas. Además, recientemente ha bautizado su primer solo albúm, dedicado a la obra del compositor Mikuláš Schneider Trnavský.
“Les revelaré que durante mayo estoy grabando otro disco, con las arias de Mozart.”
Después de todo lo dicho me queda preguntarle si Usted se considera un embajador de la cultura eslovaca.
“Sí, realmente sí. Yo crecí en Checoslovaquia y sigo manteniendo la sensación de pertenencer a Checoslovaquia, pero estoy orgulloso de ser eslovaco y me encanta representar a mi país en el extranjero. Es que nuestro país es maravilloso y la gente es bondadosa, así que no siento otra cosa que orgullo por mi patria. Esa sensación aumenta cuando nos encontramos varios eslovacos encima de algún escenario mundial. Por ejemplo con Edita Grúberová actúe en La traviata, con Adriana Kučerová en Don Giovanni, en Los Angeles, o en El elixir del amor en Munich. En ocasiones como esas me siento como en una fiesta eslovaca.”
La misma pregunta ha respondido también la mencionada Adriana Kučerová, soprano exquisita, la que ha representado varios papeles exigentes por todo el mundo:
“Me encantaría si la gente lo percibiera así- que sea una embajadora de nuestro país. Para mí es un honor representar mi pequeňa y linda tierra en el extranjero, lo considero una de las mejores maneras de hacernos visibles. El arte es uno de los mejores medios mediante los cuales un país puede conseguir que los demás conozcan sus valores. Y nosotros tenemos mucho que mostrar y compartir.”