Marek Brezovský, pianista y uno de los compositores eslovacos más talentosos, nació en abril del aňo 1974 y murió el 22 de junio de 1994. Así que el próximo domingo festejaría 40 aňos. Los aňos 90, en los países recientemente liberados del socialismo, fueron de verdad salvajes y a muchos les cogieron sin estar preparados para el capitalismo intransingente. Muchos jóvenes, casi exclusivamente de Bratislava, cayeron en la trampa de las drogas, sin saber de qué iba. Y uno de ellos fue también Marek Brezovský.
Así que su música nos da testimonio no sólo de su gran talento, sino también de aquella época enmaraňada. A pesar de que murió a los 20 aňos por sobredosis de heroína, nos ha dejado varias partituras y canciones. Se dedicaba a diferentes estilos musicales. Ya durante sus estudios en el conservatorio fundó la Agrupación de Música Contemporánea, dentro de la que se dedicaba a la música clásica contemporánea. Además de ésta, fundó otras dos bandas: Art M Trio, agrupación musical del rock progresivo, y Avanavany, banda que tocaba en estilo punk. Algunas de sus composiciones fueron editadas después de su muerte en los discos Hrana (El borde) y Komorná hudba (Música de cámara). Como hemos dicho, su extraordinario talento se nota en todas sus obras, las que son además características por la gran profundidad y madurez. Resulta hasta chocante que las compusiese un chico joven. Habla su mejor amigo Oskar Rózsa, excelente bajista eslovaco:
“Cuando vinimos al conservatorio, un profesor nuestro dijo que un talento como el de Marek hacía veinte aňos que no aparecía, y tampoco nacerá en las próximas dos décadas. Fue Marek quien influyó de una manera fundamental en mi desarrollo musical, lo considero como mi mayor inspiración artística. No quiero ofender a otros compositores que he conocido, pero raramente me he encontrado con alguien parecido a Marek. No tenía que empeňarse en componer algo. Simplemente se sentaba al piano y tocaba dos, tres horas, componiendo así in medias res, sin pensar y creando música profunda y llena de verdaderas emociones. Fue genial, mágico e incomparable. Marek utilizaba tantos motivos para una sonata de piano, que otros se los hubieran ahorrado para una ópera entera.”
Considero como la inevitable decisión de Dios, que un músico de tanto talento, viviese sus aňos jóvenes en Bratislava de la primera mitad de los aňos 90, tan peligrosa para cada alma delicada. Cedo la palabra a Patrik Lančarič, otro de sus amigos y testigos de aquella época. Aňado que Lančarič es director del documental sobre la vida y la muerte de Marek Brezovský El Borde, que fue sido estrenado en marzo de este aňo:
“Marek forma parte de la vida de mi generación y aun más, se convirtió en un símbolo de aquella época. Por ello he querido desde hace varios aňos rodar un documental sobre su vida. Con Oskar Rózsa decidimos esperar el momento oportuno y cuando sintimos que ese vino, nos enfrascamos en el trabajo. Naturalmente con la música de Marek me vincula una relación especial, suelo decir, que la tengo tatuada en mi alma. Me recuerda aquellos turbulentos aňos después de la revolución, durante los que madurabamos.”
Él propio Marek Brezovský seňaló aquella época como la nada, como el período de ausencia de una atmósfera especial, la que fuera posible caracterizar de alguna manera.
“Me parece natural, que una persona tan dotada de empatía, de sensibilidad, que es capaz de percibir claramente muchos matices de este mundo y sabe expresarlo mediante el arte, es más frágil y reacciona de una manera más sensitiva ante diferentes defectos morales. Sin embargo, hay que decir que la música de Marek Brezovský contiene también mucha hermosura. Él no componía su música sacando tonos de algún éter, sino que mediante la melodía expresaba todo lo que vivía, lo que le rodeaba. Cuando uno sabe qué experiencias tenía en el momento de la composición de alguna canción, puede escuchar su música como los apuntes diarios”, aňade Lančarič.
A decir de Oskar Rózsa, a pesar de que la juventud de Marek Brezovský estaba vinculada con la heroína, las drogas no tienen nada que ver con la fuerza de su música. ”Cuando uno tiene la música grabada en las células, lo que hace en su vida privada es ya secundario”, aňadió. Patrik Lančarič lo comenta:
“Todos a los que hemos entrevistado en el documental coinciden en que Marek componía su genial música gracias a su talento natural, no gracias a las drogas. Al revés, las drogas fueron vinculadas con algo de su vida privada, con unas coincidencias, las que resulta difícil captar. Y fue precisamente la heroína, la que le impidió continuar en su creación artística. Según sus padres, Marek a menudo decía que las drogas le quemaron un agujero negro en la cabeza. Y de verdad, en los últimos meses de su vida no componía mucho, si tomamos en cuenta qué fructífero había sido antes.”
El director Patrik Lančarič aprecia el trabajo de Oskar Rózsa que ha hecho para salvar y popularizar la música de Marek:
“Rózsa editó la música de Marek en 1999, pero en aquel entonces no se hizo popular. El disco El Borde logró la fama hasta con la llegada de redes sociales, mediante las que se divulgó la noticia sobre esta música. Así que, gracias a Oskar Rózsa, Marek Brezovský se hizo famoso 20 aňos después de su muerte.”