El espléndido director eslovaco Juraj Herz festejó el 4 de septiembre los redondos 80 cumpleaňos del. Herz logró la fama mundial sobre todo gracias a la película El incinerador de cadáveres, rodada en el aňo 1968.Es conocido por su afición a los temas y la escenificación oscuros, por lo cual sus obras a menudo rayan con horrores. Le cedo la palabra al maestro Herz: ”Si pudiera, me dedicaría exclusivamente a temas mórbidos. Sin embargo, después del estreno del Incinerador de cadáveres me lo prohibieron. Quise grabar otras tres películas sobre esta temática. Como no pude, por lo menos introduje diferentes elementos escalofriantes en cuentos para niňos, que rodé sucesivamente. Es que nunca quise rodar películas de tema político.”
Usted sigue siendo el artista apolítico, a pesar de ello con sus primeras películas cosechó gran críticas por parte de los censuradores.
“Sí, pero no se debió a las razones políticas. Les molestaban las escenas eróticas. Durante los aňos del Socialismo tropecé con esto todo el tiempo.”
A usted siempre más le ha interesado el lado oscuro del carácter humano...
“Sin lugar a dudas tiene que ver con mi experiencia de la guerra. La oscuridad se anidó en mí desde la infancia y no la puedo quitar. Mis padres y yo fuimos deportados el último aňo de la guerra a un campo de concentración, pero paradójicamente fueron los mismos alemanes los que luego me ofrecían escondite en Eslovaquia. Sobreviví aquella experiencia gracias a mi humor negro. Tal vez sea por ello, que todavía sigo deseando rodar una comedia negra del ambiente del campo de concentración.”
