El Teatro Nacional Eslovaco ha entrado este septiembre en la temporada número 95. ¿Qué nos espera en los próximos dos trimestres en “el nacional“? Espero que no solamente los silbatos y gritos del público cuando reconozcan a algúno de los actores de su serie televisiva predilecta.
El Jefe del Grupo Dramático del Teatro Roman Polák asegura que el visitante del teatro encontrará allí, sobre todo, calidad:
”Considero los estrenos de esta temporada como una mirada hacia atrás, a nuestro pasado, porque a mi juicio resulta importante darse cuenta de hasta dónde ha llegado nuestra nación y qué pérdidas y qué victorias ha registrado durante su camino.”
Su repertorio abarcará un período histórico demasiado largo, desde El Imperio de la Gran Moravia hasta la mitad del siglo XX.
“El sentido de esta temporada no será tomar parte en la creación de una imagen folclórica sobre el pasado de nuestra nación, la que a menudo sigue siendo aceptada sin la investigación más profunda, pero tampoco se tratará del escarnio de nuestra historia. A nosotros nos interesa suscitar un debate público y evaluar desde el punto de vista actual, quién y cuándo perpetró un error a lo largo de nuestra historia, y quiénes fueron los verdaderos héroes. De lo dicho se desprende que la temporada actual estará dedicada sobre todo a las obras dramáticas eslovacas, la podríamos titular “la temporada eslovaca“.
Tengo que explicarles cómo es la estructura de Teatro Nacional Eslovaco. Bajo su techo el grupo dramático, el ballet y también la ópera desarrollan sus actividades. Debido a ello, hablando sobre la temporada 95 tenemos que mencionar las dos demás secciones del “nacional“. Slavomír Jakubek, jefe de la programación de la ópera, nos dirá más sobre los planes de ésta:
“Arrancamos esta temporada con Salome de Richard Strauss, con ocasión del 150 aniversario del nacimiento de este ilustre compositor. Es un llamamiento para cada casa de la ópera en el mundo. También estamos preparando El país de las sonrisas, opereta del taller de Franz Lehár, conocido particularmente por sus bellas operetas. Recuerdo que Lehár nació en la ciudad de Komárno, que se halla actualmente en el territorio eslovaco. Considero este proyecto como algo especial, dado que será dirigido por Jakub Nvota, director dramático y cinematográfico, quien por primera vez se ocupará de escenficar un género diferente de lo que está acostumbrado. Le deseo mucha suerte, porque me encantaría tener en el Teatro Nacional Eslovaco otro director de ópera. En Eslovaquia no hay muchos...“
La ópera prepara para esta temporada cinco estrenos, ampliando así su actual repertorio que consiste en 30 obras. Para acabar este tema, hay que aňadir que también el ballet tiene preparadas un par de sorpresas para su público. En tres días se celebrará el estreno de la primera escenificación del primer ballet eslovaco, compuesto por Eugen Suchoň, uno de los compositores sustanciales de nuestro país y fundador de la música moderna eslovaca. Suchoň compuso esta obra, titulada Angélica (Angelika), a los 17 aňos y ha sido descubierta en la herencia del compositor. El estreno mundial del ballet Angélica se celebrará el próximo sábado, el 27 de septiembre, en marco de las Fiestas de Música Bratislavenses, conocidas aquí como BHS.
