Según sus misivas es obvio que las nuevas QSL´s con las imagenes de bordados tradicionales eslovacos, no checos como alguien nos ha escrito, les gustan mucho. No es una sorpresa. La belleza del arte popular asombra. Una serie de estas QSL´s está dedicada en particular al “modrotlač“- técnica de impresión, típica de Eslovaquia, basada en la reproducción manual de una imagen grabada en una placa de madera sobre un tejido de algodón, que posteriormente se introduce en un líquido que le impregna el color azul. Sin embargo, decirlo así sería una gran simplificación, dado que el proceso de producir “modrotlač“ es más bien una alquimia.
Convertir una tela blanca en ”modrotlač”, o sea la tradicional tela azul, adornada con diferentes motivos es todo un proceso químico. Primeramente hay que lavarla en una solución de alumbre, luego en un baňo de color azul y finalmente en la solución impregnante ferrosa. Desgraciadamente, hoy en día ya no funciona ninguno de los talleres tradicionales, ni tampoco ha sido fundado ninguno nuevo. Por ello ÚĽUV- el Centro de Artesanía Tradicional se dedica durante todo el aňo 2014 a la promoción e investigación del ”modrotlač”. Una de sus actividades a este respecto es la actual exposición de ”modrotlač” en su sede bratislavense. Más nos dirá su comisaria Libuša Jaďuďová:
“En el mapa de los talleres de “modrotlač” es posible ver que esta técnica se usaba en todo el territorio del país, a partir del siglo XVII. Nació en un ambiente urbano y fue después cuando se desarrolló también en el campo. Aquí podemos ver las formas de madera, en las que están grabadas diferentes motivos florales o abstractos. Con estas placas se hacían a mano las telas de “modrotlač”. Esta técnica no se usaba solamente para fabricar vestidos, sino también juegos de sábanas para cama, manteles, decoraciones, etc.”
En la exposición titulada Colorido en tonos azules es posible ver los frutos de la investigación sistemática de “modrotlač”, realizada por el Centro de Artesanía Tradicional a partir de los aňo 50 del siglo pasado hasta el aňo 1988. Una de las joyas de entre los artefactos expuestos es por ejemplo la colección de tres muestrarios de Ján Mudrončík, tintorero de la ciudad de Ružomberok, que provienen de las postrimerías del siglo XIX.
“En la exposición podemos ver también la obra de Linda Brassington, especialista en telas y en sus diferentas maneras de coloración y adorno. Llegó a nuestro país en los aňos 80 y 90 del siglo pasado para realizar en la entonces Checoslovaquia la investigación del “modrotlač”. En aquella ocasión se entrevistó también con uno de los maestros de ”modrotlač” más célebres, con Stanislav Trnka, que en la ciudad de Púchov llevaba uno de los talleres más importantes del país. Con base a sus conocimientos preparó la exposición de “modrotlač” a la eslovaca en Gran Bretaňa”, aňade Libuša Jaďuďová.
Stanislav Trnka fue a la vez el último tintorero de “modrotlač” en nuestro país. Su nieto Peter Trnka sigue las huellas de su abuelo y aprovecha esta técnica en su diseňo. Aunque, tal y como hemos dicho, en Eslovaquia no existe un taller especializado en modrotlač, hay varios diseňadores que han reconocido la belleza y originalidad de estas particulares telas de color índigo y las utilizan en su trabajo, como son por ejemplo Matej Rabada, Dominika Kubičková o Ján Jánoš. Linda Brassington aňade:
“Empecé a interesarme en el “modrotlač” siendo todavía una estudiante. Me enseňaron varios especialistas que se dedicaban en particular a esta técnica. Y también el tintorero de Púchov Stanislav Trnka me transmitió muchos conocimientos acerca de esta técnica. Me encanta que me hayan invitado a participar en la exposición, dado que se ha centrado aquí la verdadera riqueza de telas impregnadas de esta manera, a partir del siglo XIX hasta los comienzos del siglo pasado. Además, una de las actividades de ÚĽUV respecto a este tema fue la organización de la conferencia internacional, en la que se hablaba sobre el sentido y el futuro del “modrotlač”.”
Una de las preguntas de la conferencia fue si valía la pena esforzarse en la inscripción del “modrotlač” en el listado del patrimonio cultural de la UNESCO. Así pues, el futuro será el mejor juez.