La Fortaleza de Leopoldov fue construida por el emperador Leopoldo I de Habsburgo y data del aňo 1669. Tiene la forma de una estrella y forma parte de las prisiones más importantes del país. Y gracias a una exposición historica es la única cárcel en Eslovaquia en la que pueden entrar los visitantes no condenados ni empleados en ella. Por supuesto, necesitan un permiso especial.
Leopoldov es un pueblito situado a unos 70 km al norte de Bratislava. Su carcel actualmente atrae a los turistas por acoger la exposición sobre la historia de la encarcelación en la que pueden encontrar varios utensilios producidos o traficados por los encarcelados, que son, por ejemplo varios tipos de cinceles, cuchillos o hachas...
Realmente se trata de una exposición reanimada, su renovación duró 6 meses. Sin embargo una gran parte de los artefactos expuestos representan las herramientas de tortura, como es, por ejemplo, el famoso violín de tortura o el coche-celda que servía para transportar a los prisioneros extremadamente peligrosos. Entrevistamos a la jefa del archivo del cuerpo de la guardia penitenciaria, Andrea Kristová.
La celda móvil se fijaba en una camioneta o en un autobús. En un vehículo se podían instalar también más celdas, según la necesidad.
En la exposición se encuentran todos tipos de rejas, jaulas, escaleras que formaban parte de galerías secretas o puertas de las celdas que en comparación con las de acero usadas hoy, en el pasado se producían de madera. Los prisioneros eran muy ingeniosos, de un bolígrafo sabían construir el dispositivo de tatuaje o contrabandeaban las limas horneadas dentro del pan, como solemos ver en varias películas.
El contrabando de utensilios de corte, limas, cinceles, cuchillos, hachas u otros era posible puesto que varios encarcelados trabajaban dentro de la carcel, desempeňando varios papeles operativos en la cocina, en la lavandería, en la sala de calderas etc. Allí se apropiaban de materiales, allí se las trabajaban y luego se las pasaban a escondidas en sus celdas.
Una parte de la exposición está dedicada a los objetos que fueron quirurgicamente quitados de los intestinos de los reclusos, es decir, cosas que los encarcelados fueron capaces de comer para poder salir fuera de las murallas de la carcel.
Esta forma de autodeterioro significaba para los encarcelados la esperanza de salir un día fuera de la carcel y llegar a ser internado en un hospital civil.
Tampoco la moda de la carcel quedó omitida por los autores de la exposición. Con el tiempo cambiaban tanto los trajes de los reclusos como los uniformes de los miembros de la guardia penitenciaria.
Las mujeres continúan llevando una blusa, falda, medias de nailon, zapatos de tacón y una chaqueta. Eventualmente pueden sustituir la blusa con una camiceta y la falda con los pantalones.
Delante de la carcel de Leopoldov se halla un monumento conmemorativo a 5 miembros de la guardia penitenciaria fallecidos durante una rebelión ocurrida en el aňo 1991.
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