Visitamos la empresa vinatera del pueblo de Rúbaň

Visitamos la empresa vinatera del pueblo de Rúbaň

Cuando hablamos de la zona viti vinícola de Eslovaquia del Sur, pensamos en los pueblos de Strekov, Rúbaň, Búč, Belá y otros tantos. Es una región que a pesar de tener muchos viñedos desde siglos, no se le ha hecho mucha publicidad. Hay que admitir que el resto de las rutas vinícolas de Eslovaquia son mucho más conocidas y mucho más visitadas por los turistas. Hoy cerraremos nuestra serie de charlas con los viticultores y vinateros de esta región visitando la moderna empresa vinatera del pueblo de Rúbaň. Como primero entrevistamos a su vinatero jefe, señor Ladislav Ďorď.

El vino cultivado y producido en la zona vinícola de Eslovaquia del Sur tiene sus especificidades como son, sobre todo, la alta cantidad de días cálidos y soleados, la cantidad óptima de agua y un gran mérito lo tiene la composición del suelo. La presencia de sol y de arcilla garantiza la formación de los ácidos que representan la base, el esqueleto de cada vino. Y cuando disponemos de materiales tan buenos no es más tan difícil producir vinos grandes y harmoniosos.

Ustedes se dedican más a la producción del vino que al cultivo de las viñas. ¿No se preocupan ustedes de no tener un día la cantidad de la uva suficiente para su producción?

Desde este punto de vista hemos tenido mucha suerte. Hasta un 95% de la uva de la cual producimos el vino proviene de nuestro pueblo y el resto del pueblo vecino. Es decir, la distancia que tiene que atravesar la uva para llegar a nosotros es de 7 km, como máximo. Además, la vendimia de la uva se realiza aquí de manera manual y las relaciones entre nosotros y los viticultores son muy familiares.

El equipamiento de su empresa, así como las tecnologías que emplean, son muy modernas. ¿No se encuentran ustedes en dificultad combinando los procedimientos tradicionales de los viticultores con el mundo moderno? ¿Lo viejo y lo nuevo es compatible en este sector?

Nosotros nos consideramos una empresa vinatera moderna. Sin embargo, sin los barriles viejos no podríamos existir. Creo que hemos optado por un camino intermedio. Las nuevas tecnologías nos ayudan a resaltar las singularidades de las variedades de uva mientras que en el ámbito del cultivo tenemos que adaptarnos a los viticultores que prefieren emplear modalidades antiguas. Siempre logramos ponernos de acuerdo, obviamente.

¿Cuánto amplia es su oferta del vino?

Producimos vino de 10 variedades de uva y debo decir que somos grandes promotores de nuevos cruzados eslovacos o incluso locales. En Rúbaň tenemos al señor Korpáš que se ha convertido en un experto en el cultivo de los cruzados.

¿Según usted, tiene esta región un potencial de agroturismo?

Dado que somos una región pequeña el agroturismo aquí aún se encuentra en sus comienzos. Bastan 3 días para visitar todas las bodegas y las atracciones turísticas. Sin embargo, en este sector las relaciones entre nuestros viticultores y vinateros no son competitivas, sino de amistad y colaboración. Si uno busca un tipo de vino que yo no tengo, lo mando al vinatero que lo tiene. O si me piden un producto o servicio que yo no les puedo ofrecer, les aconsejo donde los pueden encontrar. De verdad, colaboramos bien. Nos damos cuenta de que tenemos un objetivo en común y es el de promover nuestra región.

Ustedes producen el vino y los viticultores cultivan los viñedos. ¿Les ayudan ustedes alguna vez de alguna manera?

Por supuesto, nos empeñamos en ayudar a nuestros viticultores en cualquier fase del cultivo. Incluso, cuando el año pasado tuvieron una excesiva producción de uva, nosotros los ayudamos a depositarla, a venderla o a elaborarla de manera alternativa. Y ellos luego, para premiar nuestra disponibilidad, suelen pedirnos consejos cuando plantan vides nuevas. Nos preguntan cómo plantarlas o qué variedades plantar para que cumplan nuestras expectativas. Es realmente una relación de simbiosis entre nosotros y los viticultores.

La vida de los viticultores locales mejoró con la llegada de esta empresa en 2013, o mejor dicho cuando en 2011 los nuevos dueños compraron el viejo castillo con el terreno adyacente… Nos dirigimos a la propietaria de la empresa, señora Vladimíra Olé, para que nos contara su historia.

Se dice que las coincidencias no existen. Sin embargo, nosotros descubrimos el terreno de Rúbaň a finales del año 2011, lo hicimos por pura coincidencia. Y lo encontramos en el momento en que estaba en venta. Cuando vinimos a verlo, nos encantó muchísimo. Nos pareció un lugar mágico y también una buena inversión. Hay que decir que el área del castillo se encontraba en un estado desolador. Lo primero que se nos ocurrió fue construir aquí una empresa vinatera. Sabíamos que en la zona vitícola de Eslovaquia del Sur, gracias a la gran cantidad de días soleados, se cultivaba la mejor uva del país. Y paradójicamente, quizás por alguna razón que radicaba aún en el régimen socialista, en esta región no había ninguna empresa vinatera. Claro, había muchísimos viticultores y también varios pequeños vinateros, pero no había una mayor empresa que produciría el vino. Creando nuestra empresa quisimos ayudar a la región a superar esta carencia - a promover el vino local, a fortalecer sus marcas, a crear infraestructuras para atraer a los turistas y finalmente a promover las bellezas, la naturaleza y la gastronomía de esta región. Es muy importante que la uva que se cultiva aquí se elabore, se trabaje aquí, sin que sea transportada a otras regiones.

¿Ustedes son viticultores o vinateros? ¿O disponían de alguna experiencia profesional del pasado?

Ni yo ni mi marido disponemos de conocimientos de vinicultura. Ambos somos empresarios. Pero tuvimos la suerte de habernos rodeado de expertos en vinicultura y personas muy listas.

Supongo que siendo nuevos y forasteros, ustedes tuvieron que empeñarse mucho para conquistar la confianza y la simpatía de la gente local…

Si, debo admitir que al comienzo era así. Pero ahora ya han entendido todos que se vive mucho mejor colaborando y ayudándonos mutuamente. Hemos construido aquí un laboratorio moderno, en el que nuestro vinatero analiza las muestras de vino. Este servicio se lo ofrecemos a todos. Luego, como en esta región aún faltan infraestructuras turísticas, hemos construido un hotel al cual los vinateros pueden mandar a sus huéspedes. Y sobre todo, cada año compramos la mayor parte de la producción de la uva de los viticultores locales, ellos tienen en nosotros una garantía de que no se quedarán con nada.

¿Y desde el punto de vista vinatero, cuales son los objetivos de su empresa?

Una de las prioridades de nuestra producción es la promoción de nuevos cruzados, tres variedades del todo locales - Milia, Noria, Svoj sen - Su sueño, las tres son variedades blancas, así como otros cruzados eslovacos, como son Devín (vino blanco) y Dunaj (vino tinto). La idea de los cruzados nos parece ideal porque nos permiten evidenciar las especificidades y las características del terreno y del microclima local. Nos empeñamos en promover estos cruzados, estas nuevas variedades de vino, tanto en el país como en el extranjero.

¿Hay también alguna variedad tradicional, verdad?

Por supuesto, producimos también vino de variedades tradicionales, típicas de esta región, como son: Veltliner Verde (Veltlínske zelené), el Riesling del Rin (Rizling rýnsky) o Frankovka Azul (Frankovka Modrá).

Los aficionados al vino pueden dar vuelta por numerosas bodegas esparcidas por los pueblos de Rúbaň, Strekov o Belá. ¿Qué más ofrece esta región a su visitante?

Entre las ciudades que merecen ser visitadas podría mencionar Komárno, Štúrovo o la ciudad húngara de Esztergom. En nuestros alrededores también hay balnearios y fuentes termales, los aficionados a la pesca pueden pescar en el Danubio o en algunos de nuestros estanques, los deportistas pueden aprovechar nuestras rutas ciclistas o el campo de golf.

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Ladislava Hudzovičová

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