En el listado de los oficios tradicionales o profesiones antiguas eslovacos destacan los famosos alambreros o latoneros, que eran hombres que iban de casa en casa arreglando utensilios y herramientas de hojalata, tales como ollas o cazuelas. En eslovaco se llamaban "drotári", de la palabra drôt que significa alambre. Durante la segunda mitad del siglo pasado este oficio desapareció por completo. Sin embargo, en el siglo 19 y en la primera mitad del siglo 20, deambulaban por el territorio eslovaco más de 10 mil alambreros. La mayoría de ellos provenía de la región de Kysuce. En la espalda los drotári llevaban colgado el típico canasto o "krošňa". Mientras que en el pasado nuestros latoneros eran famosos por todo el mundo, viajaron hasta América o China, en la actualidad existen solo como artesanos artísticos. Para conocer más detalles de la historia de esta profesión, es decir, de los latoneros o alambreros en nuestro país, la redactora Katarína Kovačechová visitó recientemente el Museo de los alambreros y latoneros del pueblo de Dlhé Pole y entrevistó a Dagmar Cingelová, empleada del museo,
Yo suelo acompañar grupos de visitantes, incluidos los grupos de estudiantes. En esta pared hemos expuesto documentos y objetos que documentan la historia del pueblo de Dlhé Pole, es decir, las primeras fuentes históricas, las profesiones y artesanías que a lo largo de los siglos estuvieron presentes en nuestro pueblo y, por supuesto, no podíamos dejar de presentar a las personalidades importantes de la vida social, cultural y política, que de alguna manera tuvieron una relación con nuestro pueblo, incluidos los párrocos y capellanes. Aprovechamos el momento también para conmemorar al Doctor Martin Mičura, abogado y primer presidente de la Corte Superior de Eslovaquia que mandó a construir esta escuela, en la que está situado el museo. En la pared opuesta se exponen objetos de una exposición de latonería o alambrería en Eslovaquia que organizamos en el año 2008. Aquí pueden ver una obra, un cuenco producido por Jožko Polka, uno de los alambreros más famosos de nuestro pueblo. Y aquí presentamos a la dinastía alambrera de los Baklovský, cuyo miembro más joven continúa dedicándose a esta actividad.
Hemos entrado en una sala donde están expuestos los productos de los famosos alambreros y latoneros de Dlhé Pole. Aparte de las bandejas, ollas y otros utensilios de cocina hay también férulas de alambre producidas por Vincent Korček para el ejército ruso, macetas, tamices, varios juguetes, un cochecito de niños, etc. En la otra sala hay una replica de un taller alambrero y una pared dedicada a otro gran alambrero, Jozef Holánik Bakeľ, que incluso tenía un taller en Varsovia.
Esta es la mesa de trabajo del maestro Holánik en la que elaboró sus obras. Con estas bobinas enrollaba alambres de diferente diámetro. Aquí tenemos un violín de hojalata. La imitación de la madera es tan perfecta que nadie puede creer que es de una hoja de metal. Exponemos también su escritorio con varios documentos interesantes, diplomas y certificados de reconocimiento que le han sido otorgados por sus obras. Hay también algunas medallas, una de ellas es la que obtuvo en la competición Grand Prix en Roma. El resto de sus medallas está expuesto en el museo del castillo de Budatín.
Estamos admirando un modelo minimizado de hojalata, alambre y madera de un barco militar que está minuciosamente elaborado hasta el último detalle, incluso puede navegar sobre el agua. Es perfecto, maravilloso. Su autor es Valent Mičura.
Este barco realmente funciona. Yo recuerdo, cuando lo presentaron por primera vez en el balneario del río local, le añadieron un mecanismo de motor y el barco navegaba.
Los latoneros de Dlhé Pole eran hábiles y sabios.
Realmente exponemos tres barcos de hojalata construidos por tres latoneros, todos ellos pasaron cierto período de su vida en la ex Yugoslavia… Allí mirando los barcos tomaron la inspiración.
La historia de los alambreros eslovacos tiene más de 500 años. Ellos surgieron de forma de un oficio, un servicio que cubría una verdadera necesidad y poco a poco muchos de ellos emigraron y fueron creando talleres en diversos rincones esparcidos por todos los continentes. También hay muchos testimonios de la época de decadencia, cuando después de la Primera Guerra Mundial deambulaban por el país, de casa en casa, arreglando cazuelas y ollas de lata o fabricando ratoneras, cestas, canastas, perchas, ganchos, colgadores y utensilios y herramientas de cocina. En el museo de Dlhé Pole hemos descubierto otra vitrina con varios objetos de hojalata y de alambre. Aquí vemos una "Krošňa" que es una mochila o un canasto con estructura de metal antiguo, típico de los latoneros y alambreros. En ello llevaban sus herramientas, las ollas, bandejas, etc.
Los alambreros y latoneros portaban dos tipos de mochila. Una pequeña, en la que llevaban pequeñas herramientas y utensilios, alambres, tenazas, martillos y pequeños artículos de arreglar y una grande, en la que llevaban las chapas de hojalata y artículos de mayor tamaňo. Estas "Krošňas" son el símbolo más típico que caracteriza el oficio ambulante de los alambreros y latoneros. Fue un oficio fatigoso, que obligaba a sus protagonistas de salir de su pueblo, a menudo abandonar el hogar, recorrer el país e incluso viajar al extranjero. Fue un oficio que nació de la pobreza. Hay que destacar que en el pasado los alambreros y latoneros no se dedicaban tanto a las actividades artísticas, exclusivamente producían o arreglaban herramientas y utensilios domésticos. Cuando un latonero llegaba al pueblo, las amas de casa revisaban inmediatamente todos los accesorios de cocina o del baño y le daban a este todo lo que debía ser reparado. Y en la parte final de nuestra exposición los visitantes pueden ver chapitas pequeñitas de hojalata con las que se arreglaban los agujeros en las ollas.
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