Bratislava, Pozsony, Pressburg, Wilsonov

Bratislava, Pozsony, Pressburg, Wilsonov

Los asesinatos han despertado la ciudad de Wilsonov de la letargia. La policía no ha afrontado hasta ahora una serie de crímenes parecida. Menos mal que llega ayuda de los EE UU, en forma de un detective del FBI. ¿No entienden en qué tiempo y espacio nos encontramos? Nos situamos en la novela del escritor de Bratislava Michal Hvorecký, adaptada luego como película de producción checa, titulada Wilsonov. ¿Por qué estoy subrayando que Michal Hvorecký es de nuestra capital? Pues, porque Bratislava tiene mucho que ver con Wilsonov. ¡Que nos lo explique el mismo autor!

"Wilsonov es uno de los nombres históricos de nuestra capital, usado durante un período de tiempo muy corto, después de la caída de la Monarquía Austrohúngara. Exactamente desde otoño del año 1918 hasta enero de 1919. La razón es que cuando surgió la Primera República Checoslovaca, de hecho Bratislava no formaba parte de ella. En aquel entonces residían en Bratislava húngaros y alemanes que junto a los judíos formaban alrededor de un 80% de la ciudadanía. No había más de un 10% de eslovacos. Bratislava era realmente una metrópoli multiétnica y multilingüística y sus habitantes no se mostraron especialmente ilusionados cuando recibieron la noticia de que su ciudad formaría parte de Checoslovaquia. Buscaron apoyo en las ideas del presidente norteamericano Woodrow Wilson, que imponía la formación de estados nacionales, en vez de imperios grandes".

De ello que Bratislava adquiriese el nombre de la Ciudad de Wilson, o sea Wilsonov durante un corto tiempo. A pesar de que la novela de Michal Hvorecký está basada verdaderamente en datos históricos, entramos con ella en el seductor campo de la fantasía, dado que ya se escribe el año 1923 y Wilsonov todavía existe. El hecho de que la novela no esté traducida al castellano y como veo muy improbable que puedan ver la película, además con subtítulos, hablemos ahora sobre la realidad. Sobre Wilsonov de las postrimerías del año 1919.

"En enero de 1919 Bratislava pasaba por unas semanas turbulentas, dado que los soldados de las legiones checoslovacas estaban volviendo de Rusia y los habitantes de la ciudad empezaban a comprender que su vida iba a cambiar. El presidente Tomáš Garrigue Masaryk explicaba que Bratislava no podía ser una población independiente, porque el recién creado estado checoslovaco la necesitaba, ante todo como punto de acceso al río Danubio", cuenta Hvorecký.

Sin embargo, una atmósfera apocalíptica como la de su novela, no era seguramente la que reinaba en nuestra tranquila ciudad...

"El año 1919 fue realmente un año de muchos disturbios. Europa Occidental temía la propagación hacia el oeste de la revolución bolchevique y nosotros nos encontrábamos en la zona fronteriza. Los territorios del anterior Imperio Húngaro estaban considerados como un lugar de posible conflicto. Además, la República Soviética de Hungría se expandía hacia Eslovaquia. La gente sufría por la falta de alimentos, la corrupción, mucha pobreza, y manifestaciones, ya que el Estado no funcionaba normalmente".

Estoy convencida de que la mayoría de los eslovacos, incluida yo, nunca había escuchado sobre el nombre Wilsonov, o lo conocen ahora gracias a la película, pensando, sin embargo, que se trata de una ficción....

"Yo encontré información sobre Wilsonov por pura casualidad e inmediatamente despertó mi curiosidad. Me sumí en el estudio de las fuentes históricas e inspiré posteriormente a otros historiadores a dedicarse a este olvidado tema. Wilsonov habría podido ser una ciudad multiétnica, al menos yo me la imagino así. Como bien sabemos, el brutal siglo XX acabó con esta diversidad étnica de Wilsonov, o sea Presburgo, o Bratislava del siglo XIX. Los alemanes y los húngaros fueron expulsados, los judíos exterminados. Menos mal que hoy, desde mi punto de vista, esta variedad de idiomas y etnias va volviendo a mi ciudad", relata el autor.

Sobre Bratislava Wilsonov, período que duró apenas tres meses, sabemos muy poco, básicamente gracias a sellos de correo y cartas postales. Qué pena, si nos damos cuenta de lo interesante qué era aquella época! Después de la Primera Guerra Mundial se estuvo formando nuestro futuro. No se sabía exactamente cómo iba a terminar todo aquel caos. Otra curiosidad de aquellos años ha despertado la fantasía del escritor Michal Hvorecký:

"Estoy escribiendo un libro que llevará el título Tahití. Es una novela utópica que busca respuestas a la pregunta de qué hubiera pasado, si Eslovaquia no hubiera existido nunca. Imagínense conmigo que estamos en 1918 y esté a punto de ser creada tan sólo la República Checa. Y que Eslovaquia no exista nunca. Porque…, y ahora me refiero a los hechos históricos, en aquel entonces se valoró esta posibilidad, siendo tomado como un tema muy serio, dado que Eslovaquia nunca antes había sido un estado o un reino como Chequia. Así que se dudaba sobre el derecho de los eslovacos a formar un estado. En mi novela nace Chequia y los eslovacos migran de manera masiva a Tahití. Todo ello también tiene un cierto halo de realidad, ya que Milan Rastislav Štefánik compró terrenos en aquella isla de Polinesia con la idea de fundar allí la Nueva Eslovaquia. Le ayudaron los eslovacos residentes en los EE UU que disponían de recursos económicos. Štefánik realmente tenía mucho miedo de que la nación eslovaca, y su idioma, desaparecieran".

Mária Mangová

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