El 21 de enero de 1892, en una familia de judíos ortodoxos bratislavenses, una niňa fue invitada a la vida. Sus padres le dieron el nombre de Gisela Genendel Fischerová.
Antes de enfrascarnos en la inquieta vida de Gisi Fleischmann, les brindo una corta ennumeración de sus esfuerzos y méritos; un par de palabras detrás de las que se esconde una fuerte historia humana. Gisi Fleischmann se hizo funcionaria de la Organización Sionista Internacional de Mujeres (WIZO), siendo la jefa de su sucursal eslovaca. A partir del aňo 1933, cuando Hitler consiguió la mayoría parlamentaria, se puso al servicio de la comunidad judía y aceleró mucho más sus actividades después del surgimiento del primer Estado Eslovaco en marzo del aňo 1939. Gisi Fleischmann decidió dedicar todas sus fuerzas y aprovechar todos sus contactos para el rescate de la comunidad judía. Se empleó en la Central Judía, organización fundada y controlada por el Estado, y en el aňo 1941 se convirtió en la jefa del llamado Grupo Laboral, o también El Gobierno en la Sombra, el cual ejercía ilegalmente dentro de la Central Judía. Se encargó de la coordinación de la emigración, ayudando a los judíos refugiados de Polonia y Hungría, del Protectorado de Chequia y Moravia y de Austria. Cooperaba con las instituciones internacionales, buscando todas las vías posibles de obtener recursos financieros para las acciones de rescate. Y la verdad es que consiguió muchos caudales, mientras que ella tenía ingresos muy modestos. Su sobrina Sonia Bachner, que vive en Tel Aviv, recuerda claramente aquellos tiempos enmaraňdos:
“Gisi tenía los ojos y el cabello negros, no era ni alta, ni baja y siempre iba perfectamente arreglada, tip top, como se dice... A los judíos nos echaron de nuestros cómodos pisos y tuvimos que vivir en la calle de Vydrica, conocida por todos los bratislavenses como la calle de las prostitutas. Sólo el piso de mi familia tenía baňo y recuerdo que Gisi siempre venía una vez a la semana para baňarse en nuestra casa. No le importaban todas aquellas incomodidades, sólo se interesaba por su trabajo para la WIZO, para los demás. Y sé que mi padre le ayudaba con dinero, dado que carecía de los recursos financieros necesarios.”
Gisi Fleischmann fomentaba la fundación de campos de trabajo en Eslovaquia, pensando que era mucho mejor ubicar a los judíos allí que deportarlos a los campos de concentración. Habla el historiador israelí Yeshayahu A. Jelinek:
“Una parte de la filosofía sionista trata sobre la creación de un nuevo ser humano, el cual sería independiente, audaz, consciente y capaz de luchar por su existencia. A mi modo de ver, éstos fueron los ideales que influyeron en las actividades del Grupo Laboral. No pedían limosna, sino que buscaban maneras para solucionar activamente la situación judía. Por ello, por ejemplo, fundaron una gran carpintería en la ciudad de Sereď, donde los miembros de la comunidad pudieron trabajar. Se suponía que así el Estado Eslovaco, gracias a las ganancias de este taller, y de otros similares, no enviaría a los judíos a los campos de concentración.”
Gisi Fleischmann se comportaba según la famosa frase de Maquiavelo: el fin justifica los medios. Y colaboraba con falsificadores, con gente involucrada en el tráfico ilegal de personas, etc. A pesar de que se sometía a tanto riesgo para ayudar a sus compatriotas a huir de Europa y llegar a Palestina, los judíos se quejaban a menudo, ya fuera de la mala comida, o de que durante la huída no habían podido celebrar sus fiestas, etc. Gisi Fleischamann tuvo que afrontar toda su vida mucha ingratitud y, además, mucha aversión de parte de sus cólegas masculinos. Es que fue la primera mujer que alcanzó una posición tan alta en la comunidad judía. Incluso los rabinos la obedecían. Cedámosle la palabra a Gila Fatranová, historiadora de Tel Aviv, que escribió una monografía sobre el Grupo Laboral:
“El Grupo Laboral fue establecido por el impulso del rabino Weissmandel, uno de los más ortodoxos y que, además, era yerno de Ungar, el rabino aun más ortodoxo y a la vez la cabeza extraoficial de los judíos eslovacos. A pesar de ello, Weissmandel propuso el cargo del líder del grupo a una mujer, a Fleischmann. Hay que tener en cuenta que los judíos no están abiertos a colaboración con mujeres ni siquiera hoy, asi pues, ¡cómo debía de ser entonces, en aquella época y en el seno de la comunidad ortodoxa! Pienso que los judíos entendieron que iban a necesitar mucho, pero mucho dinero, y Gisi Fleischmann tenía contactos internacionales y era respetada por las personalidades más influyentes de Bratislava. Su mayor ventaja fue que era capaz de unir a gente totalmente diversa. Weissmandel escribió en sus memorias que cuando la escogió le asaltó una duda: la envidia de los hombres hacia ella, por ser una mujer. No lo puedo comprender, en un momento tan cruel de la historia, cuando, además, todos temían ocupar un cargo de tanta responsabilidad.”
No cabe ninguna duda de que Gisi Fleischmann fue el verdadero líder del grupo y la iniciadora de sus actividades. Lo acerta la caricatura del Grupo Laboral ubicada en el Monumento Conmemorativo del Holocausto Jad Vašem. Gisi Fleischmann está dibujada como Juana de Arco sobre el caballo y con una gran cabeza, y debajo de ella están los demás miembros del grupo, incluídos los dos rabinos. El Grupo Laboral se convirtió, gracias a ella, en una extraordinaria asociación de gente muy diversa, y eso incluso en el contexto mundial. Allí colaboraban juntos un rabino ortodoxo, un judío secular, un sionista o un judío asimilado. El historiador y experto en el holocausto Eduard Nižňanský habla sobre la actuación del grupo:
“El grupo tenía metas muy nobles, pero para lograrlas utilizaba los métodos más bajos, sobre todo los sobornos. Sin embargo, ellos realmente pudieron estar convencidos de que era la única manera de salvar a los judíos. En julio de 1942 terminó una ola de deportaciones, que antes de esa fecha se habían realizado semanalmente. Entonces no es de sorprender que los miembros del grupo creyeran que su quehacer tenía sentido. Ahora nosotros sabemos que se equivocaron. Las deportaciones fueron interrumpidas por razones muy diferentes al reconocimiento de las exigencias de los judíos. Pero, ¿quién pudo entender la situación en ese momento? Gisi Fleischmann incluso quería sobornar a Wisliceny, asesor del Gobierno Eslovaco para el asunto judío. Tenía la convición de que así podía ayudar. Pero, claro, fue una pura ilusión.“
Hablando sobre Gisi Fleischmann, no podemos decir así, exactamente, que salvara a alrededor de 1.200 judíos, como se dice, por ejemplo, sobre Schindler. A pesar de ello, gracias a sus esfuerzos y su disposición de ensuciarse salvó miles de vidas. Lo más frustrante tuvo que ser ver como fracasaron varias de sus acciones. Y a menudo sólo por la escasez de los recursos financieros. Uno de los eventos más traumáticos fue el fracaso de la acción de rescate de 1.200 niňos judíos. En el aňo 1943 el Grupo Laboral se esforzó en que los niňos fueran deportados de Bialystok a Terezín, campo de concentración que en aquel momento era considerado uno de los que reunían mejores condiciones. De allí debieron ser transportados a Suiza y, sucesivamente, a Palestina. No obstante, los niňos fueron transportados a Birkenau, donde fueron asesinados.
Entre las actividades de Gisi Flesichmann y el Grupo Laboral se puede citar también el envío de los llamados "paquetes de amor a los campos" de concentración. EStos paquetes contenían alimentos, ropa, dinero o cartas de familiares. Resulta interesante que en una situación tan tremenda como la Guerra, el Grupo Laboral no se interesaba sólo en los judíos de Eslovaquia, sino que estaba preparando un Plan Europeo. Tal y como decía Gisi, todos piensan sólo en su propia gente, no obstante, hay que colaborar, sólo así conseguiremos más. ¿Era demasiado ingenua? ¿No comprendió lo monstruoso que era el régimen nazi y que no era posible deliberar con ellos? Es una pregunta difícil de responder. Habla Yeshayahu A. Jelinek:
“Cuando leo los apuntes de Fleischmann sobre sus encuentros con Wisliceny, asesor del Gobierno Eslovaco en el asunto judío, tengo la impresión de que confiara realmente en él. La prueba más evidente de su ingenuidad es el martirio de su propia muerte. Parece que confiaba también en Alois Brunner, responsable de la deportación y el exterminio de 13.500 judíos eslovacos. Fleischmann le permitió que la detuviera y enviara a Auschwitz. Ella tuvo que saber lo que significaba.”
Gisi Fleischmann fue deportada a Auschwitz el 17 de octubre de 1944. No hay más noticias sobre ella. Sus dos hijas se fueron a Palestina a principios de la guerra y no tuvieron hijos. Gisi Fleischmann vivió los últimos aňos de la vida con su madre enferma, Jetty.