Andrea Ena – un sardo a quien le gusta Eslovaquia

Andrea Ena – un sardo a quien le gusta Eslovaquia

Otro personaje que les voy a presentar en el marco del tema de las relaciones entre Eslovaquia e Italia es el sardo Andrea Ena, propietario de los restaurantes Da Andrea y Sapori italiani de Bratislava que ya lleva 22 años viviendo en Eslovaquia y, además, continúa declarando que le gusta vivir nuestro país y que durante los próximos 15 años no piensa en volver a vivir en su patria. Yo lo visité en su restaurante para que me contara la historia de su presencia en la tierra eslovaca.

Vivo en Eslovaquia desde el año 2003. Sin embargo, por primera vez llegué a este país en 2002, acompañado de mi ex novia. Me acuerdo muy bien de aquel viaje. Salimos de Lago di Garda e hicimos una larga travesía hasta llegar a Ružomberok, ciudad de la cual provenía mi novia. Era junio y pasamos allí una semana. Eslovaquia en aquel entonces aún no formaba parte de la UE. Tengo que revelar que viví un pequeño shock, puesto que era mi primera experiencia de la Europa del Este. Hasta aquel entonces disponía exclusivamente de información de experiencias indirectas contadas por mis padres y abuelos que me explicaban la diversidad entre el Este y Occidente. Recuerdo que, al llegar a Eslovaquia, percibía todo como muy nuevo. En todo caso califico este recuerdo de muy positivo. Este tipo de viajes siempre nos enseñan algo nuevo que se graba en la memoria para toda la vida. Y puesto que vivo aquí desde hace 22 años, he sido testigo de varios cambios y transformaciones, así puedo comparar la vida actual con otras etapas de la historia del país. Por ejemplo, para la culminación de la autopista hasta Ružomberok queda un tramo, pero el viaje ya es mucho más cómodo. Gracias a la bellísima naturaleza que rodea el trayecto se pueden contemplar paisajes maravillosos. La naturaleza de Eslovaquia de verdad es hermosísima.

Usted vive desde varios años en Bratislava. Pero sus primeras experiencias las había adquirido en el norte del país, en la región de Liptov.

Viví los primeros 17 años en Ružomberok, donde tuve mi primer restaurante. Luego me mudé a Bratislava. Pasar de una ciudad de 30.000 habitantes a la capital de 450.000, fue un gran cambio para mí. Necesitaba algo de coraje. Es cierto que cuando llegue a Ružomberok con la idea de abrir un restaurante también necesitaba coraje, pero en aquel entonces tenía solo 22 años, era muy joven y no tomaba en consideración todos los riesgos, peligros y eventuales complicaciones. Los jóvenes siempre se atreven a realizar muchas más cosas que los mayores. Con los años la persona es más prudente a la hora de tomar grandes decisiones. Cuando la gente me preguntaba, porque empecé a emprender en Ružomberok, les respondía que cualquiera puede tener éxito en Bratislava, pero en Ružomberok lo logran solo algunos. Tengo que decir que para mí Ružomberok representó una gran escuela de la vida, de la cual conservo sólo gratos recuerdos. Sí, funcionó como antipasto, es decir, una entrada después de la cual uno decide si quedarse en ese restaurante para comer el resto del almuerzo o irse. Y yo me quedé.

Me parece que usted ha pasado en Eslovaquia justamente la mitad de su vida… ¿no se siente ya como un eslovaco?

En Eslovaquia yo siempre seré un extranjero, con corazón italiano al 100%. Siempre respetaré la cultura y la mentalidad eslovaca. Sin embargo, como buen italiano, quiero contribuir a la gastronomía eslovaca con un pedacito de Italia. Me empeño en difundir entre los eslovacos las costumbres de la gastronomía italiana, enseñándoles cuando es conveniente tener el almuerzo, qué es mejor comer en el desayuno, cuando está bien tomarse un cappuccino, etc. Es decir, enseñarles a comer de la mejor manera.

La gastronomía italiana se impone en todas partes del mundo y lo hace exitosamente. Igualmente, como en Eslovaquia.

Mi padre proviene de Cerdeña, mi madre de Sicilia, y se conocieron en Suiza, país al que se fueron a trabajar. Por ello, mi hermano y una gran parte de mi familia viven en Suiza, pero tengo familiares también en Bélgica, Francia y Holanda. A todos lados donde llegamos nos empeñamos en traer un pedacito de Italia.

Andrea Ena continúa declarando que se siente bien en Eslovaquia, pero le gustaría ser más activo en la vida pública.

Un inconveniente para mí es que yo, como italiano, pago impuestos en Eslovaquia, pero, por ejemplo, no puedo votar en las elecciones parlamentarias. Soy una persona que vive en Eslovaquia y debería tener derecho a expresar mi opinión y emitir mi voto en los comicios parlamentarios. Pago todos mis seguros en Eslovaquia, la sanidad, la seguridad social, impuestos, tengo 60 empleados… produzco mucho y pago impuestos elevados, respeto todas las leyes, pero no puedo votar. Y, al contrario, siendo un ciudadano italiano, regularmente recibo invitación para participar en las elecciones italianas. Pero debo decir que después de tomar la decisión de quedarme a vivir en Eslovaquia considero poco justo votar en Italia y elegir a los partidos y políticos italianos. Que los elijan ellos, mis padres, o mis hermanos. Yo no siento el derecho moral de hacerlo. Igualmente, me parece injusto, si en las elecciones eslovacas influyen los votos de muchos eslovacos que han decidido vivir en EEUU o Canadá, allí pagan impuestos y algunos ni siquiera han visitado Eslovaquia en toda su vida. Y repito, yo que vivo aquí, doy empleo a la gente, pago elevados impuestos, vivo de manera regular, correcta y no puedo votar. Es algo irracional.

Usted, aparte de los dos restaurantes gestiona también una tienda de alimentos italianos. Está claro que usted promueve la gastronomía italiana en Eslovaquia con una gran pasión. Quizás también por recibir una buena respuesta de parte de los eslovacos.

En Eslovaquia me siento muy bien, de otra manera no me hubiera quedado aquí por así mucho tiempo. Y debo decir también que mi empresa recientemente representó Eslovaquia en nivel internacional y ganó éxitos. Creo también que muchos eslovacos, nuestros clientes, están contentos de nuestro trabajo y sienten orgullo cuando ganamos éxitos difundiendo el buen renombre de Eslovaquia en el extranjero. En 2023 el restaurante Sapori italiani logró formar parte de la selección Fifty top pizza en Europa, como único restaurante – pizzería de Eslovaquia. Es una gran publicidad para Eslovaquia. Esta selección es algo como la marca Michelin para los restaurantes, solo que esta designación vale exclusivamente para la pizza. En base a ella estamos invitados a venir próximamente a Barcelona. Es decir, este no es solo un éxito nuestro, sino una buena representación de Eslovaquia.

Entonces, ¿no se le ocurre, de vez en cuando, volver a Italia?

Repito, yo me siento muy bien en Eslovaquia, no tengo planes de volver a Italia, solo viajo allí de vacaciones. Y debo decir que las vacaciones en Italia las necesito mucho, el corazón las necesita, me lo exige. Y dado que ya tengo 45 años, creo que como mínimo los próximos 15 años permaneceré en Eslovaquia.

Como que usted es un gran experto en gastronomía, antes de terminar la entrevista tengo que formularle una pregunta obligatoria: entre los platos eslovacos, ¿cuál es su preferido, tiene algún plato predilecto?

Entre mis predilectos tengo más de uno. Puesto que viví 17 años en la región de Liptov, aprendí a comer los Bryndzové halušky. Me tomó un año aprender a apreciar su sabor. Pero, cuando están bien hechos y, sobre todo, de manera casera, los adoro. Allí también solía comer el codillo de cerdo asado, pero luego engordé 10 kilos en un solo año. También adoro los Šúľance con nueces y los Pirohy. Ya he mencionado cuatro cosas.

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Ladislava Hudzovičová

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