Rumbo a China ha partido el primer tren cargado exclusivamente de mercancía eslovaca. El tren salió recientemente de Dunajská Streda y va cargado de agua especial para bebés, que con este primer suministro intentará penetrar en el mercado chino. El suministro es extraordinario tanto desde el punto de vista del tipo de mercancía, como por realizarse de una manera más respetuosa con el medio ambiente que es el ferrocarril. Es decir, el agua eslovaca podría conquistar el mercado chino dejando detrás de sí una mínima huella de carbono. Si esta iniciativa terminará exitosamente, se pondrán en marcha otros proyectos de exportación.
Los40 vagones con las 736 toneladas de agua embotellada deberían llegar a la ciudad china de Xian en 25 días. El tren recorrerá 10 mil kilómetros atravesando Polonia, Bielorrusia, Rusia y Kazajstán. Cómo nació la idea de exportar el agua eslovaca a China nos lo explica Peter Križan, director comercial de la empresa productora de bebidas no alcohólicas.
El primer contacto que puso en marcha este suministro ocurrió de manera tradicional en una feria, donde se encontraron la demanda y la oferta.
Las botellas parten de Eslovaquia con etiquetas originales imprimidas en idioma chino, es decir, listas para la venta. En los vagones han sido instalados los dispositivos GPS, gracias a los cuales los chinos podrán saber la ubicación y las sacudidas del tren, así como la temperatura del agua. Dado que el agua viaja durante casi un mes, pasando por varios cambios del clima, la carga está embalada en unos sacos térmicos herméticamente cerrados. Ladislav Balogh, director ejecutivo de la empresa de logística, sumó los aspectos positivos de este suministro.
A diferencia de la más tradicional y usada modalidad de transporte, que es el transporte marítimo, el ferrocarril representa un menor costo, mayor rapidez y, sobre todo, una menor huella de carbono.
Jaroslav Kmeť, el secretario del estado de la cartera de Transporte y Construcción, añadió que:
Este acontecimiento podría demostrarles a los comerciantes chinos que Eslovaquia forma parte de la red ferroviaria mundial. Podría ser una prueba de que Eslovaquia es capaz de ofrecer productos a buenos precios y que su ferrocarril y sus terminales de transbordo merecen formar parte del “Camino de la seda” entre China y Europa.
La importancia de China como socio comercial de Eslovaquia continúa creciendo. Si en el año 2010 exportamos a ese país productos por 1.000 millones de euros, en 2020 esa cifra fue dos veces mayor. Sin embargo, como lo constató el experto en la política exterior, Jozef Hrabina, para los eslovacos el mercado chino continúa siendo exótico.
El comercio por ferrocarril entre Eslovaquia y China podría generar muchos puestos de trabajo, sobre todo, en la logística. También las inversiones chinas en Eslovaquia podrían aumentar creando numerosas oportunidades empresariales. Por ejemplo, un voluminoso pedido de la parte china podría representar para una empresa eslovaca el trabajo garantizado para los próximos 10 años.
Ahora les toca a los consumidores chinos decidir si desean o no el agua eslovaca y si vale la pena seguir comprándola. En base al interés de los consumidores chinos se prepararán otros trenes, que según las estimaciones, podrían ser cinco en un año.
El agua eslovaca conquista el mercado chino
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