El hombre no vive sólo del amor que recibe, sino sobre todo del que da. Este conocido dicho es también la directriz de los organizadores del tradicional Autobús de la Buena Voluntad, que cada año recorre Eslovaquia para repartir alegría. Lo mismo ocurrió este año, cuando los folcloristas del conjunto Ragačinka partieron de Hrušov, situado en Hont, para cantar villancicos en el norte de Eslovaquia. Habla el iniciador de esta actividad, Ján Brloš.
La idea nació de una antigua tradición de las mujeres de Hrušov que durante el Adviento visitaban a los niños en los orfanatos. Nuestro grupo folclórico decidió perfeccionar esta costumbre involucrando a nuestros hijos para que vean una realidad diferente, para que entiendan que tener familia no es una algo corriente. Al mismo tiempo queremos compartir con las personas que están obligadas a vivir en estas instituciones, nuestro estilo de vida, nuestra alegría, nuestra cultura… y llevarles ilusión a través de nuestras canciones y villancicos.
Un círculo simbólico alrededor de Eslovaquia fue trazado por el recorrido de un insólito autobús que, desde hace 26 años, reparte alegría en el periodo prenavideño a las personas un poco menos afortunadas. Los residentes de orfanatos y residencias de ancianos carecen por desgracia de lo que deberían tener, un ambiente familiar pacífico. Aunque el personal de las instituciones intenta compensarlo todo, no pueden sustituir el calor humano de la familia. Los niños echan de menos a sus padres y los ancianos humedecen los ojos al ver a niños extraños que intentan sustituir la presencia de sus propios hijos, hijas y nietos. Los organizadores el Centro cultural de Hont, Matica slovenská, la Escuela Primaria y la alcaldía de Hrušov a través del grupo folclórico infantil Ragačinka también esta vez entregaron a las personas abandonadas un paquete de momentos agradables en forma de canciones y bailes, regalos, material escolar y deportivo, comida, pasteles, pero, sobre todo, buena voluntad con sentido de pertenencia.
Es algo maravilloso. Le agradecemos a todo el personal que está con nosotros y que nos ha permitido pasar estos momentos magníficos su excelente cuidado, de verdad estamos muy felices, la actuación ha sido estupenda.
Las canciones me recordaron la Navidad. Creo que podré pasarla en mi casa, lo que más deseo de todo es la posibilidad de pasarla con mi familia.
Son dos las cosas que deseo más de todas: recibir los regalos de Navidad y pasar las fiestas con mi familia.
El Autobús de la Buena Voluntad deja detrás de sí muchas sonrisas, ojos radiantes, alegría y buen humor. Ojalá tengan un largo plazo de expiración.
La base de nuestra misión es llevar la buena voluntad – la que tenemos en el nombre de la iniciativa – a sus casas e institutos. Aparte de ella, queremos llevarles por lo menos un poco de la felicidad. Queremos que compartan con los jóvenes su sensación de mutualidad y que sepan que el mundo de los demás no es indiferente hacia ellos. Les solemos desear mucha salud, ya que en la mayoría de ellos la salud está ya bastante debilitada. Si bien, no les debería faltar nada en las residencias de ancianos, queremos recordar a sus familias que tienen a abuelos o tíos que merecen su atención.
Autobús de la Buena Voluntad
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