Los eslovacos decidirán en el último momento si salen de vacaciones

Según explicaba, Marek Harbuľák, presidente de la Asociación Eslovaca de Turismo, la temporada de verano de este año será diferente a la del anterior, ya que por ahora los eslovacos están esperando hasta el último minuto para hacer sus reservas de vacaciones, viendo qué medidas se aplicarán. Por ello, afirmaba, es probable que el número final de pernoctaciones sea inferior al de años anteriores. Por otra parte, expresaba sus dudas sobre el número de turistas extranjeros que vengan a nuestro país, dado el mal nombre que tiene ahora Eslovaquia por su pésima gestión de la segunda ola de la pandemia. Ello se refiere sobre todo a los países vecinos, tradicionalmente los que más visitan nuestro país. Según Harbuľák, tras la primera ola la gente tuvo más ganas de viajar. Sin embargo, las medidas y restricciones a las que nos enfrentamos entre octubre y mayo han tenido un impacto peor, modificando el comportamiento del consumidor. Por otra parte, cree que la tendencia sea a acortar las vacaciones, dado que, a pesar de que la situación paulatinamente mejora, todavía hay más medidas y restricciones que el año pasado, lo que reduce el interés por los servicios turísticos. Según él, los hoteles están listos para la temporada y están preparados para brindar todos los servicios en las condiciones establecidas en las medidas y reglamentos. Explicó que las reservas están aumentando gradualmente, pero los turistas están llegando literalmente de acuerdo a cómo se anuncia o actualiza el mapa COVID en Eslovaquia. Con todo, afirmaba, se esperan más y paulatinas mejoras, por lo que recomendaba planificar las vacaciones con anticipación. Harbuľák, hacía hincapié en el hecho de que la situación general en Eslovaquia y en los países vecinos todavía debería mejorar, afirmando que no supone que aumenten ya las medidas. Con todo, afirmaba que los turistas que más se beneficiaran de la nueva situación serán aquellos que ya estén vacunados, hayan superado la enfermedad o dispongan de una prueba negativa. De hecho, este último podría ser a su entender uno de los problemas ya que algunos servicios estarán disponibles únicamente a aquellos que dispongan de su prueba negativa, lo que significará una mayor demanda de éstas. Sin embargo, por ahora, afirmaba, no podemos responder a la pregunta sobre dónde hacerse estas pruebas a partir del primero de julio y a qué precio. A su parecer, si la capacidad de respuesta a estos temas no es suficiente, ello podría provocar una disminución significativa del interés por disfrutar de unas vacaciones.