La policía se ve obligada a disolver la protesta de los antivacunas

Aunque los órganos policiales de la República Eslovaca, según sus propias declaraciones, no registraron violaciones graves del orden público, después de unas ocho horas, se vieron obligados a disolver la protesta protagonizada por el movimiento antivacunas de nuestro país. Tal y como destaca Róbert Bozalka, vicepresidente del Cuerpo Nacional de Policía de la República Eslovaca, a la protesta no permitida, organizada ayer delante del Palacio Presidencial en la capital eslovaca, Bratislava, asisiteron unas 1500 personas. Bozalka señaló que toda la jornada había sido grabada y que la Policía está preparada para presentar unas posibles denuncias contra todos los protagonistas de delitos que atentan contra el orden público. En un momento, algunos de los manifestantes decidieron empezar a bloquear las principales vías que rodean el Palacio Presidencial en la Plaza de Hodžovo, amenazando a varios conductores de coches y provocando problemas y atascos en nuestra capital. Según palabras de Bozalka, la Policía no pudo actuar inmediatamente, ya que no fue capaz de identificar quién era un manifestante pacífico, quién se solidarizó con los manifestantes o quién se encontraba allí solo como turista, por ejemplo. Varios centenares de personas se reunieron ayer delante del Palacio Presidencial en nuestra capital, Bratislava, para expresar su descontento con las medidas anti pandémicas, con la vacunación, con la presidenta Zuzana Čaputová y con los miembros del Gobierno y del Parlamento. Martin Klus, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Europeos y vicepresidente de SaS, uno de los partidos políticos que conforman la actual coalición gubernamental, destaca que si uno de los resultados de esta protesta son carreteras bloqueadas y miedo entre nuestros ciudadanos, el Ministerio del Interior debería explicar toda la situación. Peter Dojčan, miembro del equipo mediático de la principal fuerza de la actual coalición gubernamental OĽaNO, destaca que la situación ocurrida ayer es una de las consecuencias del comportamiento irresponsable de la actual oposición parlamentaria, que se aprovecha de la complicada situación pandémica para sacar provecho político, sacrificando la salud y las vidas de muchas personas. El Ayuntamiento de nuestra capital Bratislava, según su propio comunicado, apoya todas las actividades orientadas para superar la tercera ola de la pandemia de covid-19, pero destaca que la protesta de ayer no tuvo nada que ver con este objetivo.