Surge una amenaza real de cierre de plantas de procesamiento de alimentos

Surge una amenaza real de cierre de plantas de procesamiento de alimentos

”Ni el grano crudo, ni los animales vivos alimentarán a la nación”, así lo afirmó Jana Venhartová, directora de la Cámara Eslovaca de Alimentación. Subrayó que el Gobierno eslovaco no ha presentado un plan claro y rápido para la economía, ni siquiera después de los serios llamamientos de la industria para abordar la situación de los precios de la energía. Los delegados de la asamblea general de la susodicha cámara, celebrada la semana pasada en Turčianske Teplice, coincidieron en que ya "ha pasado la hora de las doce" para las empresas del sector alimentario. En Eslovaquia, según Venhartová, existe una amenaza real de cierre de plantas de procesamiento de alimentos y, por tanto, de interrupción de la producción primaria si no hay nadie que procese las costosas materias primas agrícolas. Mantener en funcionamiento la industria de transformación de alimentos, que ya tiene pérdidas, es esencial para que los alimentos lleguen a la mesa del consumidor. Venhartová señaló que muchas plantas de procesamiento de alimentos se ven obligadas actualmente a comprar gas y electricidad a precios al contado. Por ejemplo, hace un año el gas costaba 36 euros por megavatio hora (MWh); hoy el precio al contado es de 300 euros, es decir, 8 veces más. Para las pequeñas y medianas empresas, este aumento es inasequible. Es imposible repercutir ese aumento de costes en los precios de los alimentos, ya que no se podrán vender en los estantes. Las empresas alimentarias ya se enfrentan a unos costes energéticos elevados y, si no se introducen sin demora medidas compensatorias eficaces, existe un riesgo real de su cierre. Esto también provocaría el colapso de la producción agrícola primaria, ya que no habrá nadie que procese sus productos. Necesitamos una industria alimentaria que funcione para que siempre tengamos alimentos frescos, de alta calidad y seguros en los estantes. Por tanto, es necesario que el Gobierno adopte medidas de apoyo de emergencia para la industria alimentaria, similares a las ayudas por la sequía que aprobó la semana pasada para la producción primaria", declaró el presidente de la Cámara Eslovaca de Alimentación, Daniel Poturnay. La situación actual del gas y la electricidad, dijo, demuestra el valor de la autosuficiencia en estos momentos. Es extremadamente irresponsable depender de la importación de alimentos, incluso los más básicos, de otros Estados miembros en tiempos de crisis. "Lo que estamos viendo ahora es que el mercado único europeo está fallando. Es inconcebible que en un Estado miembro de la UE estemos pagando 400 euros por MWh de electricidad, mientras que en otro los productores de alimentos la tienen por una cuarta parte del precio o incluso menos. Del mismo modo, hay países de la UE que ya cuentan con sistemas de compensación específicos. Por el contrario, la República Eslovaca, que desde hace tiempo se refiere al cumplimiento estricto y la adopción de normas y soluciones comunes europeas, está tirando del carro, y cabe preguntarse si la espera de una solución europea no supondrá el trastorno de las pequeñas y medianas empresas eslovacas, y no sólo del sector alimentario. Y esto pondría en peligro fundamentalmente la seguridad alimentaria de nuestro país, con todas sus consecuencias sociales y políticas", concluyó Poturnay.

Mária Mangová Foto: TASR

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