Los eslovacos quieren ahorrar sobre todo en productos de lujo y no en financieros

Los actuales altos precios, así como la difícil situación económica actual, incluido el aumento de los tipos de interés hipotecarios y del precio de la vivienda ha empezado a afectar duramente a los ciudadanos eslovacos. De hecho, casi dos tercios, un 63 %, consideran que su situación económica es peor que hace un año. Ello se recoge en una encuesta realizada para OVB Allfinanz Eslovaquia por la agencia 2muse, entre 500 personas a finales del año pasado, en el mes de diciembre. Así, según la encuesta, la mayor parte de la población, hasta un 51 %, pretende ahorrar durante los próximos meses en productos y servicios de lujo. Igualmente, hasta el 44 % de los ciudadanos de Eslovaquia quiere gastar menos en actividades de ocio y el 39 % piensa que es necesario ahorrar también en servicios y bienes de uso cotidiano. En cambio, solamente uno de cada tres afirma plantearse la reducción de productos y servicios financieros. Por el contrario, el 55 % de los habitantes del país no quiere modificar sus gastos en productos financieros, hasta el punto de que un 7 % pretende incluso aumentarlos. Así, el analista financiero de OVB, Marián Búlik, valoraba las mencionadas cifras afirmando que “resulta un dato positivo que algo menos de un tercio de la población piense en recortar en productos financieros y más de la mitad no tenga previsto modificar en absoluto sus gastos en servicios de esta categoría. Muchos eslovacos se han dado cuenta durante la pandemia que disponer de un seguro de calidad es una verdadera necesidad, viendo en la práctica que existe un aumento de la demanda de seguros de vida. Al mismo tiempo, la gente es mucho más consciente de que necesita un plan financiero bien establecido, y con inversiones regulares”. A su parecer, la encuesta confirma que la gente tiene las prioridades correctas a la hora de ahorrar. Los bienes y servicios de lujo son lo primero que se recorta en tiempos de austeridad. Sin embargo, subrayaba Búlik, eso no significa que haya que resignarse a la baja calidad. Lo importante es no pagar innecesariamente por una marca, sino centrarse en los ingredientes, por ejemplo, cuando se trata de alimentos. Otra forma eficaz de reducir el gasto es, por ejemplo, aprovechar las rebajas de temporada y las marcas blancas, con calidad similar.