Los millennials eslovacos son los peores de la UE a la hora de independizarse

La “generación milénica” eslovaca prefiere alojarse en la casa de sus padres, en el llamado mamá hotel. Así lo confirma una encuesta de Eurostat, según la cual los jóvenes que viven en Eslovaquia abandonan la vivienda de sus progenitores, a los treinta años de edad como media. A pesar de que se hacen cargo de su vivienda y los gastos relacionados con ella, ahorran relativamente poco de sus ingresos. Y alrededor de una quinta parte de los jóvenes no ahorra en absoluto, según la encuesta. De ello se desprende que los jóvenes eslovacos están por detrás de la media de los países de la Unión Europea en cuanto a la edad a la que dejan a sus padres. Mientras que la edad media europea de las mujeres jóvenes es de 25,5 años y la de los hombres jóvenes de 27,4 años, las mujeres eslovacas abandonan el hogar familiar por término medio a los 29,5 años y los hombres aún más tarde, a los 32 años. Así pues, la vivienda, sus gastos y, en su mayor parte, la alimentación de los jóvenes corre a cargo de los padres durante mucho tiempo después de dejar los estudios. Pero a pesar de ello, los jóvenes ahorran regularmente cantidades relativamente pequeñas, según la encuesta de 365.bank. Más de la mitad de ellos sólo son capaces de ahorrar hasta 100 euros al mes. Una quinta parte no ahorra nada a pesar de las ventajas de la vida parental en forma de menores costes de vida. Un tercio de ellos aduce como razón unos ingresos demasiado bajos y el 17% no considera importante ahorrar. Alrededor de seis de cada diez menores de 30 años tienen ahorros de hasta 5.000 euros en su cuenta. Hay varias razones por las que los jóvenes dejan a sus padres más tarde. Además de la decisión voluntaria de permanecer más tiempo con la familia, también influye el hecho de que la vivienda es actualmente menos asequible para los jóvenes que hace, por ejemplo, diez o quince años. Las hipotecas al precio íntegro de la vivienda son cosa del pasado y es necesario disponer de ahorros propios de al menos el 20% del precio del inmueble. La ausencia de viviendas públicas de alquiler social y la escasa tradición de viviendas privadas de alquiler son también razones por las que las familias abandonan más tarde el nido familiar.