Mañana recordamos el aniversario de la Revolución de Terciopelo

La caída del comunismo en Checoslovaquia se asocia principalmente a las manifestaciones que tuvieron lugar el 16 de noviembre en Bratislava y el 17 de noviembre de 1989 en Praga. Aunque estas dos primeras manifestaciones tuvieron lugar con ocasión del Día Internacional del Estudiante y, por tanto, del 50º aniversario de los asaltos nazis a las residencias universitarias de Praga, los participantes se manifestaron, tanto verbalmente, como con pancartas contra el comunismo. Tras la represión de las fuerzas de seguridad contra los estudiantes manifestantes, la conmemoración de la represión nazi desembocó simbólicamente en la caída del régimen comunista. Inmediatamente después del 17 de noviembre, se fundaron los movimientos Público contra la Violencia y Foro Cívico, que sentaron las bases del pluralismo político. Durante el mes de noviembre se celebraron concentraciones con cientos de miles de participantes. Se abolió la dirección del Partido Comunista, garantizada constitucionalmente. En diciembre se nombró el primer gobierno federal y eslovaco con mayoría de no comunistas. El presidente Gustáv Husák dimitió y Václav Havel fue elegido en su cargo. El cambio de régimen no violento con elementos de acuerdo y reforma recibió el nombre de "revolución de terciopelo". Desde 2001, el 17 de noviembre es festivo: Día de la Lucha por la Libertad y la Democracia. Para hoy y mañana las administraciones territoriales han preparados varias actividades conmemorativas. Por ejemplo, hoy en la ciudad de Nitra se ha celebrado un encuentro conmemorativo, en el cual los participantes han recordado las protestas estudiantiles de 1939 y 1989. El acto ha sido celebrado por tercera vez en un monumento conmemorativo formado por fragmentos del Muro de Berlín. Éstos fueron traídos a Nitra por un transporte militar en octubre de 2021 gracias a la cooperación de la ciudad de Nitra, el Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas Eslovacas y las Fuerzas Armadas Alemanas. El Muro de Berlín se percibe en todo el mundo como un símbolo de libertad, y Nitra es la 18ª ciudad del mundo en la que se instalaron fragmentos del mismo.