El vicepresidente del Gobierno, Tomáš Taraba, mantuvo durante una reciente visita a París una reunión con los dirigentes de la Organización Internacional de la Francofonía, entidad que reúne a 54 miembros permanentes de Estados comprometidos con el desarrollo y la promoción de la lengua y la cultura francesas. Durante su encuentro con la Directora Ejecutiva de la organización, Caroline St-Hilaire, Taraba destacó el legado de Milan Rastislav Štefánik y su vinculación con la cultura y la lengua francesas. El vicepresidente del Gobierno, Tomáš Taraba también destacaba el número de grandes inversores franceses que operan en Eslovaquia y la consiguiente disposición eslovaca a apoyar institucionalmente el desarrollo de las relaciones con los países francófonos, así como a promover la enseñanza de la lengua francesa y el intercambio cultural en las escuelas y entre países. En posterior declaración, Tomáš Taraba indicaba que “Eslovaquia tiene una rica historia ligada también a la historia francesa. La paz tras la victoria de Napoleón en la batalla de Austerlitz se firmó en Bratislava. Štefánik era general del ejército francés y París fue su refugio durante muchos años. Posteriormente, Eslovaquia se ha convertido en objetivo de importantes inversiones francesas. Personalmente, como miembro de un Gobierno que mantiene una relación positiva con la Francofonía, aprovecho la oportunidad para explorar la posibilidad de que Eslovaquia se convierta en miembro permanente de este importante club. Esto enriquecería a Eslovaquia y nos abriría nuevos horizontes y oportunidades", subrayaba Taraba. Según el vicepresidente del Gobierno eslovaco, la aprobación del ingreso de Eslovaquia en la Organización Internacional de la Francofonía iría precedida del acostumbrado proceso oficial de solicitud y valoración.
La Francofonía, escrito con F mayúscula, es un dispositivo institucional que organiza las relaciones entre los países que tienen en común la lengua francesa, tal y como reza la página del ministerio de Asuntos Exteriores francés. Fundada en 1970, su objetivo es fomentar el francés y la cooperación entre Estados y Gobiernos miembros. Este objetivo queda formalizado en la Carta de la Francofonía, adoptada en 1997 y revisada en 2005. Actualmente la Francofonía también es un marco de cooperación en retos globales, como el sector digital, la igualdad de género o las cuestiones económicas.
