Diez países de la UE han superado significativamente el límite de déficit del 3 %, otros dos están justo por encima de este umbral.
A principios de este año comenzaron a aplicarse de nuevo las normas presupuestarias europeas, suspendidas inicialmente por la pandemia y luego por la crisis energética. Si un país tiene un déficit presupuestario superior al 3 % del PIB, la Comisión Europea puede iniciar un procedimiento contra él por déficit excesivo.
Al iniciar el procedimiento, la Comisión también tiene en cuenta otros factores: en qué medida el déficit supera el límite del 3 %, si se trata de un fenómeno temporal o permanente, si el déficit no se ha visto incrementado por circunstancias extraordinarias (por ejemplo, una recesión económica) y cuál es la deuda del país (el límite se aplica al 60 % del PIB, sin embargo, es importante la evolución general de la deuda).
Una deuda por debajo del umbral del 60 % habla a favor de Eslovaquia, al igual que de Malta y Polonia. El problema es la trayectoria de evolución de las finanzas públicas: el déficit también será elevado este año y disminuirá sólo levemente el próximo, todavía muy por encima del límite del 3 %, por lo que no es un problema temporal. Sin una consolidación significativa, la deuda puede exceder el límite del 60 %. Cuando la Comisión tuvo en cuenta los factores adicionales, llegó a la conclusión de que empeoraban la situación general. Por eso, propone incluir a Eslovaquia en el procedimiento de déficit excesivo.
Por otro lado, la Comisión también evalúa los desequilibrios macroeconómicos (factores que pueden amenazar la economía). Clasifica a los países en tres categorías, atendiendo a si enfrentan desequilibrios graves, desequilibrios o ningún desequilibrio. Eslovaquia pasó de la tercera categoría (sin desequilibrios) a la segunda. Las debilidades del nuestro país siguen siendo los problemas con la competitividad de los precios, los desequilibrios externos, el mercado inmobiliario y el endeudamiento de los hogares, así como la falta de políticas adecuadas.
Una vez que se ponga en marcha de manera formal el procedimiento de déficit excesivo, el Gobierno eslovaco tendrá que preparar un plan presupuestario a mediano plazo para septiembre. La Comisión Europea lo evaluará en noviembre y recomendará al gobierno el ritmo de reducción del déficit. Si no cumplimos con nuestras obligaciones o no seguimos el plan (como país miembro de la eurozona), nos expondríamos al pago de una multa del 0,2 % del PIB.
Sin embargo, la Comisión está más preocupada por el estado de las finanzas públicas en dos grandes economías: Italia y Francia. Ambos países tienen déficits elevados y una deuda que supera con creces el 60 % del PIB.
Italia tiene por ahora un gobierno estable. La cuestión es si hay voluntad para revertir algunas de las promesas preelectorales y empezar a ahorrar.
Francia se prepara para unas elecciones parlamentarias anticipadas. Por lo tanto, la consolidación presupuestaria será preparada y ejecutada fundamentalmente por el próximo gobierno. Si este estuviera integrado por la Frente Nacional de extrema derecha, en lugar de revisar las promesas preelectorales, podría optar por un enfrentamiento con la UE. Algunos partidos del bloque de izquierda, que van a las elecciones en coalición, también tienen promesas similares, muy difíciles de conciliar con la consolidación presupuestaria.
