La sociedad eslovaca todavía tiende a percibir el Levantamiento Nacional Eslovaco a través del prisma de la historiografía marxista. Así lo señala Martin Pekár, jefe de la Cátedra de Historia de la Facultad de Letras de la Universidad Pavol Jozef Šafárik de Košice.
“Todavía no se destaca lo suficiente el hecho de que el componente principal de ese levantamiento fue el ejército del entonces Estado eslovaco, que dominaba en número y en cuyo entorno se creó el plan de resistencia contra el régimen popular parafascista”, señaló Pekar con ocasión de los 80 años del Levantamiento Nacional.
Sus comentarios fueron ofrecidos a TASR por Marián Gladiš, de la mencionada facultad.
Según el historiador, tampoco se acentúa suficientemente la importancia política del levantamiento, que consiste en su referencia a la pluralidad. "En condiciones difíciles, en ocasiones existenciales, el Levantamiento Nacional Eslovaco logró unir a una gran parte de la sociedad, independientemente de su religión, nacionalidad o afiliación política. Los insurgentes y las personas que los ayudaron, a pesar del riesgo decidieron en aras de un objetivo superior tomar en sus propias manos el destino del país y, al menos temporalmente, lograron construir un modelo funcional de Estado en el territorio insurgente", afirmó.
Desde el punto de vista militar, asegura Pekár, el levantamiento fue importante principalmente porque inmovilizó a una parte de las fuerzas militares del ejército alemán y complicó la tarea de suministro al ejército. "Sin embargo, cuando se piensa en la importancia del levantamiento, no es correcto limitarse sólo a su aspecto militar; se puede decir que tuvo el mismo significado, o tal vez incluso mayor, desde el punto de vista político", añadió.
El historiador percibe en el Levantamiento Nacional Eslovaco un legado para el actual escenario político en Eslovaquia. "Si tuviera que elegir una idea y traerla al momento actual, esta idea sería la de la devoción a la patria, que no se materializa en palabras vacías e insultos a los demás, sino en la voluntad de sacrificar la propia vida junto con otros por una visión de un país que se base en los principios de la democracia, el humanismo, el respeto mutuo y un futuro mejor. Es cierto que los insurgentes no fueron a la batalla con el conocimiento de todas estas nobles palabras, pero sus pequeñas acciones y sacrificios llenaron estas palabras de contenido concreto y real", concluyó Pekár.