La ofensiva de los Cárpatos Orientales es un ejemplo de inquebrantable orgullo nacional y determinación en la lucha contra la opresión nazi. Así lo expresó el presidente eslovaco, Peter Pellegrini, en su discurso con motivo del 80 aniversario de esta operación militar. A los actos oficiales celebrados el domingo en el Memorial al Cuerpo de Ejército Checoslovaco, en el paso de Dukla, y en Svidnik, población muy cercana, asistieron el presidente eslovaco y otros altos representantes del Estado. También estuvieron presentes veteranos de la guerra.
Además de los actos conmemorativos y exhibiciones de las fuerzas armadas y de la policía militar, hubo un variado programa cultural.
El jefe de Estado, al referirse al paso de Dukla, dijo que set rata de un sitio memorable e histórico, que hace 80 años había sido testigo de un heroísmo incuestionable, pero también de un sufrimiento inmenso.
Recordó el gran número de personas que murieron en esta operación militar, tanto del primer cuerpo de ejército checoslovaco como del Ejército Rojo, y que en la vecina Ucrania se está librando una guerra con cientos de miles de víctimas.
En opinión de Pellegrini, es un deber urgente de los líderes mundiales encontrar medios eficaces para detener el genocidio humano. "No sólo en Ucrania, sino también en Gaza, el Líbano y en todas partes donde la gente ha sucumbido a la creencia errónea y muy peligrosa de que resolverán sus desacuerdos con la muerte de sus oponentes. La guerra es la encarnación del mal - y siempre afecta a los más inocentes ", añadió Pellegrini.
En la ceremonia oficial también intervino el primer ministro Robert Fico, que recordó que en ese lugar junto a los soldados del primer cuerpo de ejército checoslovaco luchó el Ejército Rojo.
El premier eslovaco destacó además el papel que desempeño la Unión Soviética en la derrota del fascismo durante la Segunda Guerra Mundial y dijo que, si tiene la oportunidad y recibe una invitación para participar en los festejos del próximo aňo por el 80 aniversario de la victoria sobre el fascismo y el fin de la Segunda Guerra Mundial, no dudará en viajar a Moscú. “La libertad llegó a Eslovaquia desde el Este y esta es una verdad que no se puede cambiar en absoluto", acotó.
