El homicidio del que se acusa a un policía abre preguntas sobre cómo prevenir tales tragedias

Un policía de Košice acusado de un delito especialmente grave de homicidio será procesado en prisión preventiva. Así lo decidió un juez del Tribunal Municipal de Košice a petición del fiscal. El policía está acusado de haber infligido múltiples heridas a un hombre detenido por robo mientras estaba de servicio el 5 de noviembre, a consecuencia de las cuales falleció en el hospital al día siguiente. Fue acusado el 12 de noviembre por un investigador de la Oficina de Servicios de Inspección y se enfrenta a una pena de 12 a 15 años de prisión. El Ministerio del Interior analizará dónde se ha producido el problema. “Si se ha producido un error por parte de un individuo o un superior suyo, cuenten con que tendrá que responsabilizarse de ello”, declaró el ministro del Interior, Matúš Šutaj Eštok. Afirma que la Oficina de Servicios de Inspección actuó con rapidez en el caso. “Todos los mecanismos de control, tanto en la Policía como en las direcciones regionales y de distrito, que se han establecido, funcionaron como debían”, afirmó el ministro, añadiendo: “Las pruebas psicológicas para el reclutamiento en el Cuerpo Policial tienen un nivel suficiente y están estrictamente establecidas. No podemos quitar mérito al rigor de las pruebas psicológicas. Son un criterio de cualificación suficiente para que una persona entre o no en el cuerpo. Pero se puede pensar en realizar pruebas aleatorias durante la permanencia de un agente en el cuerpo”. El opositor Movimiento Eslovaquia ha pedido a Eštok, que prosiga en sus esfuerzos por garantizar la realización de grabaciones de vídeo de las intervenciones policiales a través de cámaras corporales. El experto en seguridad Martin Královič afirma que tanto los policías como los civiles se muestran más “comedidos” gracias a las cámaras corporales, de las que el Servicio de Policía eslovaco aún no dispone. El partido de oposición Eslovaquia Progresista pide la dimisión del ministro del Interior de su cargo. A decir de su líder, Michal Šimečka, el titular de Interior debería haber dimitido por su cuenta, pero si no lo hace, debería ser destituido por el primer ministro. Si sigue en su puesto, Eslovaquia Progresista iniciará el proceso para su destitución en el Parlamento. El politólogo, Eduard Chmelár, dice a este respecto: “El martirio de Karol Sendrei en 2001, las agresiones masivas a personas en Moldava nad Bodvou (2013), Vrbnice (2015), Zborov (2017), Milhosti (2019) hasta el último caso del asesinato de un indigente que debería haber sido multado por robar una botella de alcohol, pero en ningún caso matado a golpes. Hay muchos casos de brutalidad policial en Eslovaquia y no me hago ilusiones al respecto. Pero sin duda separaría la necesidad de eliminar esta violencia de la necesidad de responsabilizar políticamente al ministro”.