Los topillos llevan seis años seguidos destruyendo las cosechas en los campos eslovacos. Este aňo los agricultores incluso hablan de una explosión de topillos, sobre todo en el suroeste de Eslovaquia, donde se han comido durante la cosecha al menos 13 millones de euros en cereales, colza y otros cultivos. Se dice que en realidad los daños aún son mayores. Los roedores han perdido su timidez y han salido a rastras de sus madrigueras durante una reunión al aire libre de la Comisión Agrícola en la que los agricultores exigían cambios en la política agraria verde. Se trata de un hecho sin precedentes en la Unión Europea. Uno de los agricultores más afectados, Robert Kovács, de Hronovce, pueblo situado en el distrito de Levice, dijo con que no eran los topillos campesinos sino los híbridos los que estaban superpoblando los campos eslovacos. Puede que haya exagerado al decir que crecen hasta 20 centímetros, pero la realidad es que los campos de cereales han sido devorados casi hasta la última espiga. Sólo en los campos de Kovács, que cultiva 1 600 hectáreas en el fértil cauce del río Hron, los topillos se han comido grano por valor de 70 000 euros. Han «segado» uno de los campos de cebada y han consumido hasta el último tallo y grano de cebada, por lo que no tenía sentido enviar allí una cosechadora. En otro, el rendimiento por hectárea bajó a una tonelada, en otro el trigo sólo dio tres toneladas y media de grano, aunque al otro lado del río Hron se alcanzaba una media de siete toneladas por hectárea. El agricultor no ocultaba su exasperación ni su enfado por lo lejos que había llegado la política verde, que supuestamente debía conducir a la ecologización de la agricultura. Es decir, que la división de los campos en las llamadas biofranjas y barbechos crearía oasis en las laderas con plantas que proporcionarían más alimento a abejas e insectos, lugares de anidamiento para las aves, en definitiva, un espacio natural para que viviera todo lo que pertenece a los campos. Bienintencionado, pero aplicado, como ya ha demostrado la experiencia del segundo «nuevo verano verde», con consecuencias desastrosas para los agricultores. La superpoblación de topillos no sólo afecta al distrito de Levice, sino también a las regiones de Nitra y Trnava. Los topillos ya se han introducido en los cultivos de girasol, remolacha azucarera, maíz y patata. En Želiezovce, se han comido la cosecha de patatas del agricultor Ľudovít Kiss, de siete hectáreas. Los topillos se han convertido en símbolos de criaturas que, cuanta más comida se les ofrece, más comen. No es casualidad que la administración agraria organizara por ello una rueda de prensa en el campo para mostrar la devastación de cultivos y naturaleza que se está produciendo. La Cámara Eslovaca de Agricultura y Alimentación está convencida de que el biopastoreo y el barbecho han contribuido a la importante superpoblación de roedores. La Cámara insiste en que ya es hora de cambiar las normas que se dictaron al sector hace dos o tres años y no se acordaron con él en un debate razonable.
19. 7. 2024 | 13:18