En la región de Kopanice se halla una gigantesca obra arquitectónica que lleva la marca del Patrimonio Europeo. El monumento fue construido en honor a Milan Rastislav Štefánik y yergue en un lugar panorámico de la colina de Bradlo. En eslovaco lleva el nombre de Mohyla. Esta palabra representa el monumento y la tumba al mismo tiempo, porque en realidad se trata también de la tumba en la que, junto a Štefánik, están enterradas otras 3 personas. La obra fue inaugurada en 1928. Es decir que este año cumple 90 años.
Milan Rastislav Štefánik es uno de los personajes más importantes de la historia eslovaca. Nació en 1880 en el pueblo de Košariská. Como miembro del gobierno provisional desempeñó un papel particularmente importante en la fundación de la República Checoslovaca en 1918 y junto a Tomáš Garrigue Masaryk y Edvard Beneš fue uno de los firmantes en París de la Declaración de Washington o Declaración de Independencia Checoslovaca, documento fundamental para la creación de una Checoslovaquia independiente. Štefánik falleció en 1919 en un accidente aéreo cerca del aeropuerto de Ivánka pri Dunaji, cuando se trasladaba de la ciudad italiana de Udine a Bratislava. En el avión, un Caproni CA 33 pilotado por él mismo, también se encontraban a bordo 2 pilotos italianos y un mecánico. Todos los miembros de la tripulación fallecieron.
La Mohyla de Bradlo representa para los eslovacos un símbolo de su independencia e identidad nacional. El lugar de la tumba y al mismo tiempo del monumento erguido a Milan Rastislav Štefánik no fue elegido por casualidad. Nos lo explicó el historiador local, Matúš Valihora.
El arquitecto Dušan Jurkovič, cuando se enterró de la muerte trágica de Milan Rastislav Štefánik, estaba convencido de que, al tratarse de un personaje excepcional, había que construir un lugar excepcional de descanso eterno. Fue justamente Jurkovič quien eligió para este fin la colina de Bradlo, que se yergue de manera majestuosa por encima de la tierra natal de Štefánik. En realidad se buscaba un lugar para la tumba de cuatro personas, puesto que junto a Štefánik fallecieron 3 aviadores italianos.
La fase preparatoria de la construcción, así como la recolecta pública de recursos financieros, duró varios años. Sin embargo, la obra fue ejecutada en un período increíblemente corto. Continúa el historiador Peter Uhlík.
La construcción de la Mohyla duró solo 280 días laborales. Un solo camión transportó desde la estación de trenes de Brezová pod Bradlom los 240 vagones de piedra que sirvieron de material de construcción principal. Las piedras provenían de la región de Spišské Vlachy. Descargando las piedras en Bradlo no había más problemas. Estaba muy bien definido donde se colocaría cada piedra, puesto que cada una tenía un número. Había que colocarlas de la misma manera en que suelen ensamblar los juegos de construcción para niños. De verdad, la preparación era perfecta.
De esta manera nació una obra única, no solo en Eslovaquia sino en toda Europa central. Sus dimensiones, así como su ubicación en la cima de Bradlo continúan fascinando a sus visitantes hasta hoy día. Continúa Matúš Valihora.
La base del complejo monumental tiene 96 metros de longitud y 70 metros de ancho. Es una construcción de travertino que se yergue de manera majestuosa y sugestiva por encima de una colina de 543 metros sobre el nivel del mar. El arquitecto Jurkovič quiso recordar el fallecimiento de cuatro personas con 4 obeliscos colocados en los vértices del rectángulo. Y en los 4 rincones de la terraza superior hay 4 hogueras. Cada año, para celebrar la vigilia del aniversario del fallecimiento de Štefánik, estas hogueras suelen ser encendidas. Esta tradición no se interrumpió nunca. Ni durante el gobierno del Estado Eslovaco de la segunda guerra mundial y tampoco durante el régimen socialista.
Esta obra espectacular fue inaugurada el 23 de septiembre de 1928. Y después de 90 años de existencia no ha perdido nada de su encanto, ni de su valor testimonial, arquitectónico e histórico.
La idea del arquitecto Jurkovič era expresarse en símbolos que nunca envejecieran. Y podemos constatar que ha mantenido el carácter intemporal hasta hoy día.
¿Y qué dicen los visitantes de este lugar maravilloso?
Sabemos muy poco de Štefánik y es una vergüenza. Pero precisamente porque somos conscientes de esa falta de conocimiento hemos decidido visitar el monumento Mohyla. Estoy sorprendida de que es un lugar de verdad muy lindo y ameno. Es un monumento espectacular.
Ha sido una idea fenomenal construir este tipo de monumento como una tumba de alguien. A decir verdad, no se me ocurre otra persona que tendría una tumba tan linda como la tiene Milan Rastislav Štefánik.
En la actualidad la ciudad de Brezová pod Bradlom está solucionando como completar el área de Mohyla y, al mismo tiempo, ofrecer más servicios a los visitantes.
Mohyla de M.R.Štefánik
Máte problém s prehrávaním? Nahláste nám chybu v prehrávači.