En el palacio de Chateau Béla, situado en la población de Belá, en el sureste de Eslovaquia, se celebró recientemente la séptima edición del concurso Danube Wine Challenge - o Reto de los vinos del Danubio, del cual les informamos ya en nuestra entrevista con la destacada enóloga y embajadora de los vinos eslovacos en el extranjero, Edita Ďurčová. Puesto que la señora Ďurčová suele formar parte del jurado en los más prestigiosos concursos de vino europeos, tiene numerosas ocasiones para promover la vinicultura eslovaca ante los más reconocidos expertos de vino a nivel internacional. Y esta vez decidió llamarles a Eslovaquia para que viniesen a degustar los vinos eslovacos en el contexto local, regional y gastronómico. El número de las medallas que ganaron los vinos eslovacos obviamente fue enorme pero dado que la mayoría de las muestras provenía de nuestro país, la cifra exacta no tiene importancia. Lo más importante es que el interés que suscitaron las muestras eslovacas en los catadores fue profundo y sincero. Valérie Peynaud, miembro del jurado y destacada catadora francesa tampoco escondió su entusiasmo.
A Igor Štumpf, presidente del concurso, le preguntamos para que nos explicara cómo se difiere la edición de este año de las anteriores.
La edición de este año difiere de las anteriores por su importancia y por su afinidad al nivel de los más prestigiosos concursos mundiales. Las ediciones anteriores, por supuesto, también tuvieron su fundamento. A pesar de que dieron bases a las siguientes ediciones, servían de competiciones clasificatorias para el Salón Nacional de los Vinos. La idea de convertir este concurso en un evento internacional de prestigio se nos ocurrió durante la sexta edición. Y la organización de la edición actual la debemos mucho a la señora Edita Ďurčová gracias a la cual tenemos aquí los más renombrados catadores del mundo. Y son justamente ellos los que dan importancia a un concurso de vinos.
Los protagonistas del evento son catadores o jurados y los vinos. Y los vinos eslovacos, para ser reconocidos por expertos internacionales, hasta ahora tenían dar vuelta al mundo…
Uno de los objetivos principales de esta edición del concurso es justamente ofrecer la oportunidad de competir también a los pequeños vinateros eslovacos, para los cuales participar en un concurso internacional y enviar las muestras al extranjero es casi imposible. Esta es para ellos una gran oportunidad.
¿Cree usted que los viti y vinicultores eslovacos, así como los administradores de las rutas vinateras eslovacas ya están listos para acoger al turista aficionado al vino que está acostumbrado a ciertos estándares internacionales?
Inequívocamente. Yo mismo suelo acompañar grupos de turistas aficionados al vino que en su mayoría provienen de la República Checa. Con ellos visitamos, tanto a los vinateros más conocidos como a los pequeños, que también son buenos pero menos conocidos. Sí la infraestructura aún no es tan desarrollada en las regiones, pero el vino es de calidad superior y el espectro de variedades es extremadamente amplio.
Y finalmente cedemos la palabra a uno de los catadores más importantes del jurado, a Fernando Gurucharri, presidente de la Unión Española de Catadores.
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