El mes de octubre tuvimos la oportunidad de asistir al concurso internacional de vinos Danube Wine Challenge (Reto de los vinos del Danubio), que se celebró en el Palacio de Chateau Béla, situado en la población de Belá. Hoy concluiremos la serie de las entrevistas grabadas en esta ocasión con los más destacados expertos enólogos y catadores de vino provenientes de varios países del mundo. Todos expresaron un gran reconocimiento a la calidad de los vinos eslovacos al evaluarlos.
Hoy entrevistaremos al vinatero y viticultor Miroslav Petrech, que cultiva uvas y produce vino directamente en el palacio de Chateau Belá, situado en la ruta del vino de Eslovaquia del Sur. Tengo que revelarles que este señor ha ganado varias medallas importantes en el más reciente concurso Catad'Or World Wine Awards de Chile, que es la competición internacional de vinos de mayor relevancia en América Latina. El vino Breslava 2019 de la botega de Chateau Béla cultivado y producido por Miroslav Petrech ganó el Gran Oro al mejor vino extranjero en la categoría de los blancos. Y ahora pasamos a la entrevista.
¿Nos podría comentar sus estimaciones de la producción de este año?
Estamos a finales de octubre y ya les puedo decir, estimando la producción en un 90%, que este año los blancos serán particularmente elegantes con un sabor y aroma bien evidentes y con ácidos agradablemente frescos. Por otro lado, en los tintos los vinateros tendrán que trabajar un poco más, dado que durante el verano tuvimos temperaturas altas y pocas precipitaciones. En lo que se refiere al volumen de la producción, en comparación con el año anterior este debería ser menor en un 20%. Y puesto que a todos nos han quedado aún las reservas del año pasado, este hecho no debería asustar a ningún vinatero. O por lo menos no a los que solían suministrar vino a restaurantes y hoteles. Pero no hay que lamentarse mucho, el vino no es la uva ni el pan, cuanto más viejo es – tanto mejor.
Entonces, si tenemos aún tantas reservas del año pasado, ¿cómo podría caracterizar también la producción pasada? ¿O mejor dicho, qué calidad tiene el vino que se encuentra ya embotellado en las bodegas?
En general, les puedo decir que el año 2020 no fue particularmente excepcional. Tanto los blancos como los tintos son de calidad media. Quizás porque el otoño fue muy frío… Sin embargo, nosotros estamos acostumbrados a una calidad demasiado alta. Entonces, no se asusten, se los puedo recomendar también, no son vinos para nada malos.
La pandemia del coronavirus es indudablemente una gran desgracia para todos. Pero, ¿se podría encontrar alguna ventaja o algún lado positivo que ha traído al mundo de la viticultura y vinicultura?
La pandemia ha causado un exceso de producción de vino. Por esta razón quisiera pedir a la gente que ayudara a los vinateros y comprara, probara, catara más vinos…
¿Piensa usted que este concurso realmente podría ayudar a los vinos eslovacos a expandirse más en el mercado internacional?
Del vino que se vende en Eslovaquia un 70% lo representa el vino importado. Este concurso promueve el vino eslovaco y su alta calidad presentándola a varios importantes enólogos extranjeros. Pero hay que tomar en consideración el volumen de nuestra producción. Yo estuve en una feria internacional y hablé con un comerciante chino. Él me dibujó una botella escribiendo bajo ella 2€. Yo le dibujé dos gotas en lugar de la botella. El chino igualmente me pidió ciento cincuenta mil botellas que obviamente son demasiadas. Con ello quiero decir que el objetivo de este concurso no es el de aumentar la exportación; más bien es una presentación del país y de la alta calidad del vino que sabemos producir. Las medallas y premios ganados por nuestros vinos durante los últimos años en los más prestigiosos concursos internacionales confirman que el mundo de la enología ya ha captado esta información. Solo que la producción es tan pequeña que no podemos satisfacer la demanda suscitada por su gran reconocimiento.
¿Podría presentarnos usted su producción? Es decir, de la bodega de Chateau Béla…
Nosotros de las 60 mil botellas que producimos al año, un 80% las exportamos al extranjero. Es una pequeña producción. Pero mi credo es: producir poco y vender caro. Esta filosofía tiene una condición que es la de mantener una calidad alta y estable. Si usted quiere vender por precios altos, tiene que mantener una alta calidad año tras año. Si una vez falla, no lo vende más. Es como en el matrimonio, si traiciono a mi esposa una vez, no me creerá más.
Usted se lleva dedicando a la viticultura y vinicultura desde hace 50 años. Quizás para usted es más una misión que un trabajo, porque un viticultor se encuentra por una gran parte en manos de Dios… cada año tiene que aceptar lo que le concede la naturaleza y años buenos se alternan con malos o menos buenos. ¿Recuerda usted algún año particularmente difícil, cuando incluso pensaba en dejar su oficio?
Sí, yo vine aquí en el año 1970 tras haber finalizado mis estudios en el instituto vinícola en la ciudad morava de Lednice. Durante 50 años cuatro veces hubo un año en el que incluso lloré en la viña y pensé en dejar de dedicarme a la viticultura. Pero siempre me levanté al día siguiente convencido de querer continuar, a pesar de las adversidades, del tiempo, etc. El primer año que recuerdo así fue el año 1973 cuando las largas y abundantes lluvias dañaron una gran parte de la producción. En 1977 deterioró la producción un fuerte granizo y luego fueron años desastrosos 1983 y 2005. Pero hasta hoy en día nada me ha empujado al abandono de la viticultura. Quizás porque siempre he estado acostumbrado a superar cualquier tipo de obstáculos desde el principio. En los años 70, cuando empecé, en los viñedos trabajaban solo jubilados, gente anciana y la mayoría de ellos hablaba solo húngaro. Así que tuve que aprender también algo de húngaro, para poder comunicarme con ellos.
DWCH_Miroslav Petrech
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