En el brazo del Danubio que se llama Malý Dunaj o Pequeño Danubio se han conservado hasta hoy en día cinco molinos de agua que están situados en los pueblos Jelka, Jahodná, Tomášikovo, Dunajský Klátov y Kolárovo. Nosotros ahora nos encontramos dentro de uno de ellos, considerado monumento historico de caracter tecnologico que es el molino de agua de Jelka. Este monumento nacional ofrece a sus visitantes, a parte de la exposición de museo, también la exhibición del mismo funcionamiento, gracias a la cual los visitantes por un instante pueden regresar al pasado. Nos acompaňa Izabela Danterová, empleada del museo etnografico de Galanta.
En la parte de la exposición los visitantes pueden ver varias herramientas y utensilios que se usaban en los molinos antiguos, así como la documentación sobre la misma construcción y sobre las formas que tenía nuestro molino durante los 2 siglos desde el aňo 1893. También están documentados su forma y su estado antes de la reconstrucción que empezó a llevarse a cabo en el aňo 1980.
En el pasado los molinos representaban uno de los oficios más predilectos y más populares. En la parte sur de nuestro país los molinos de agua se encontraban en cada pueblo. Paseando por el area adyacente al molino del molinero Németh en Jelka hablamos también con Jozef Kepert, director del museo etnografico de Galanta.
Casi todo lo que podemos encontrar tanto dentro como fuera del molino, lo hemos recibido de coleccionistas de nuestra region que empezaron a traernos la mayoría de objetos durante los aňos 80, mientras se realizaba la reconstrucción. Varios tipos de las maquinas agrarias, carruajes o carrozas, todos estos son originales pero no son tan viejos, puesto que aún se usaban en los aňos 50 del siglo anterior.
El desarrollo de la navegación por el Pequeňo Danubio y por el ramo principal del Danubio paulatinamente eliminaba los molinos de agua. Desaparecían uno detrás de otro, junto a las casas de los molineros. Aquí en Jelka también vemos una casita que recuerda la casa del molinero.
La casa del dueňo del molino se situaba originalmente detrás de la carretera. Fue derribada 10 aňos atrás por encontrarse ya en una situación desastrosa. Sin embargo, esta casita es una buena reproducción. A su lado se encuentran el palomar, las colmenas de abejas, el cerco de madera y de las ramas de los arboles. Mientras se instalaba esta casita se creó entre la gente local un espíritu entusiasta para conservar el recuerdo del molino y de la casa del molinero. Lo hicimos con mucha sensibilidad y meticulosidad y todos quisieron ayudarnos. Debo destacar que una gran parte de los objetos nos fueron ofrecidos por el ayuntamiento de Jelka.
De las herramientas hay de verdad muchas. Parece que no todas se usaban exclusivamente para moler harina.
Aquí se encuentra la mesa de carpintero. Dado que en los molinos una gran parte del equipamiento estaba hecha de madera, cada buen molinero tenía que ser también un buen carpintero. Algunos molinos, incluso, tenían que desmontarse antes de cada invierno, para que el agua helada o el mismo hielo no les deteriorara. El molinero también era un agricultor. Aquí pueden ver varios arados, trilladores o el antecesor de la cosechadora traída por un tractor. Recuerdo, cuando era niňo, mi padre usaba una así y a veces me dejaba subir y dar una vuelta con él.
Sabemos que ustedes, habitantes de la llamada isla de Centeno, es decir la zona sur de Eslovaquia, logicamente se oponen a todos los planes constructores que preven eliminar sus campos, sus labrantíos.
Hay que tomar en consideración el hecho de que en esta zona se encuentra el labrantío más fecundo, más prospero del país. Entonces, cuando vemos construir aquí esos enormes parques industriales, es natural que nos dé mucha pena ver desaparecer lo que nos daba pan y sentido a nuestra vida, en general. Estoy convencido de que la generación de jovenes debería conocer esta realidad, esta situación. Ellos han aprendido a conocerlo todo a través del ordenador. Sin embargo, en este caso es más que insuficiente.