En los anales de Svätý Jur encontramos el decálogo del vino: La primera copa como la miel, si te bebes la segunda inmediatamente, no te quedará tiempo suficiente para alabar la tercera, con la cuarta no saciarás todavía la sed. La quinta te despierta el apetito, la sexta no la puedes resistir, con la séptima ya confundes los ases, la octava te dará dolor de cabeza, la novena ojo a la piedra y la décima ¡amén!
Puesto que la historia y la tradición vitivinícola de este pueblo realmente merecen la atención, nació la idea de crear aquí un museo especial de la viticultura. La idea de crear un museo al aire abierto o escansen en los viňedos de Svätý Jur, data ya de algunos aňos atrás. Su promotor principal fue un experto en viti y vinicultura, Rudolf Dočolomanský. El escansen fue localizado en una parte de los viňedos que los colonizadores alemanes que vinieron en el siglo XIII nombraron como Goldecke - rincón de oro, puesto que ese lugar lo consideraban el mejor. El seňor Dočolomanský empezó a crear este museo instalando allí varias piedras, formando de ellas las piramides y renovando los viejos canales de desagüe. Este seňor desafortunadamente falleció y el proyecto quedó abandonado. Recientemente decidió continuar en él la Asociación de los viti y vinicultores de Svätý Jur. Habla la historiadora Beata Vlasáková.
Las viňas desde siempre han pertenecido a este lugar. En las fuentes historicas encontramos testimonios que datan de la época del Imperio Romano, cuando llegaron aquí los soldados de las legiones romanas. Mientras vigilaban los confines del imperio plantaron numerosas vides y así surgieron los primeros viňedos. Especialmente nosotros, en Svätý Jur, tenemos los viňedos dispuestos en forma de escalones, en la ladera bastante empinada de una montaña que forma parte de los Pequeňos Cárpatos. En el pasado la gente aprovechaba cada pedacito del suelo, así pues, en algunos rincones hay escalones reforzados donde se hallan solo 2 o 3 vides.
Como recuerda el viticultor, Adolf Švancer, los vinos de Svätý Jur eran famosos por estar presentes en las mesas de las personas importantes de Viena.
También se les llamaban vinos de fuego, puesto que la tierra de esta localidad contenía mucho azufre. Las laderas de las colinas de los Pequeňos Cárpatos tienen el suelo arenoso y pedregoso y así, desde hace siglos la gente labrando y excabando estas tierras encontraba muchas piedras. Las sacaban del suelo, y formaban de ellas las llamadas "rúny". Una parte de estas piedras se utilizaba también para crear canales de desagüe integrados en un sistema de riego. Con éste sistema inteligente el agua de algunos sitios era desviada a los lugares donde ésta escaceaba. Algunos tramos de este sistema parcialmente subterráneo se han conservado hasta hoy día.
La Asociación de los viti y vinicultores de Svätý Jur junto a la Academia Istropolitana Nova y a la alcaldía de Svätý Jur empezaron a reanimar la idea del escansen. Habla su presidente, Miloš Grančič.
Estamos hablando de un area de cerca de 2000m2 en el que han sido conservadas las obras de piedra - los canales y las rúny - construidas durante siglos por los viticultores que labraban esta tierra y sacaban de ella estas piedras sobrantes. También estamos preparando la reconstrucción de la Vinohradnícka búda - una especie de la bodega vitícola que se halla directamente en el viňedo. También queremos limpiar todos los pozos antiguos que están esparcidos por los viňedos, plantar las vides de las variedades originales de este lugar y al final, empleando las tecnologías y los procedimientos antiguos, quisieramos producir el vino de esta uva.
La historiadora Beata Vlasáková considera fantastica la idea y la apoya plenamente.
Creo que es importante conservar las variedades típicas de esta región, incluídas las maneras y las costumbres vitícolas antiguas durante su cultivo e igualmente durante la producción del vino. Así los visitantes del museo podrán ver y entender el duro trabajo de nuestros antepasados, que hacían todos el trabajo de forma manual. Además del trabajo, en este terreno empinado todo tenía que cargarse a cuestas, no había mecanismos, maquinas o coches como hoy en día. De verdad sería muy bonito poder enseňar a la gente de hoy que significaba dedicarse a la viticultura en el pasado.
Escansen Svätý Jur
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