Se dice que el Camino de Santiago es para parados y separados. Que el Camino es mágico. Que se producen pequeños milagros si uno está abierto a ellos… Ya me lo decía yo. Si la gente camina tantos kilómetros, tiene que ser por algo. Además, los peregrinos vienen de todos los rincones del mundo y acaban atravesando la Península Ibérica. Se trata de un camino vivo al que van sumándose otros itinerarios que los nuevos peregrinos van moldeando cada año, aprovechando los trazados históricos a los que añaden nuevas rutas. Una de ellas, supuestamente, atraviesa el territorio eslovaco. Me quedé con la incógnita de averiguarlo.
Camino de Santiago en Eslovaquia
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Eva Kopecká Foto: Dana Bubaková