20 años de Eslovaquia en la UE -Lituania

20 años de Eslovaquia en la UE -Lituania

Las ciudades de Vilnius y Kaunas, la Colina de las Cruces o las dunas del Istmo de Curlandia son algunos de los sitios que debe visitar todo aquel que viaje a Lituania, el más grande de los tres países bálticos. Con una superficie de 65.300 kilómetros cuadrados, Lituania es un poco más grande que Eslovaquia, pero tiene alrededor de la mitad de la población de nuestro país, 2.857.000 habitantes para ser exactos.

Es curioso que, de la misma manera en que los eslovacos a veces confunden a Letonia con Lituania, los lituanos también confunden a Eslovaquia con Eslovenia. Entonces en esto creo que somos muy similares.

Afirma el baloncestista lituano Tomas Zdanavicius, quien ya lleva algún tiempo asentado en Bratislava. En el último Informe Mundial sobre la Felicidad, publicado por la ONU, Lituania ocupó el puesto 19, mientras que Eslovaquia apareció en el 45. Acorde con el informe, los jóvenes son el grupo poblacional que se muestra más satisfecho con la vida en el país. Los menores de 30 años, colocaron al país en lo más alto del ranking. "Esto tiene que ver con la entrada de Lituania en la Unión Europea", opina el embajador de Eslovaquia en Lituania, Branislav Pavlovič:

Está relacionado con lo que ha conseguido la generación joven, es decir, la oportunidad de viajar, estudiar, trabajar y ganar dinero en el extranjero. Pero al mismo tiempo, y esto es algo muy importante, los jóvenes lituanos tienen una relación muy bonita y fuerte con su país. A través de los viajes al extranjero, han visto que otros países están pasando por las mismas dificultades que ellos tienen en casa. Ven lo que tienen en casa y todo lo que podrían aportar al desarrollo del país.

Lituania se unió a la Unión Europea, junto con Eslovaquia y otros ocho países, hace ya 20 años. "La mayoría de los lituanos percibieron este acontecimiento histórico como un gran beneficio para el país", afirma la lituana Auksė Bruverienė, quien reside en Vilnius.

Fue más bien nuestro regreso al mundo occidental, después de un largo período, en el que la ocupación soviética nos lo impedía. Más del 91 % de los votantes que participaron en el referéndum sobre la adhesión votaron a favor de la membresía de Lituania en la Unión Europea. Hoy, después de dos décadas de pertenencia a la EU, los lituanos siguen siendo muy proeuropeos. La gente comprende que la membresía en la UE les brinda muchas oportunidades. El país se beneficia de las inversiones europeas en infraestructuras locales, las personas pueden viajar, estudiar o trabajar libremente en otros países de la Unión. Por supuesto, estas libertades también tienen algunas consecuencias negativas, como es por ejemplo la emigración o la falta de mano de obra calificada. Es importante señalar que la membresía en la Unión Europea debe evaluarse de manera conjunta con la membresía en la OTAN, organización a la que Lituania se unió el mismo año. El tema de la seguridad juega un papel muy significativo, especialmente, en el contexto de la brutal guerra en Ucrania. Muchos lituanos son conscientes de que su país podría haber corrido la misma suerte que Ucrania si no se hubiera subido al "tren occidental" en 2004.

Lituania es un país prácticamente llano. Su punto más elevado se encuentra en la Colina Aukstojas, a 294 metros sobre el nivel del mar. “Por eso, los lituanos que practican el esquí, viajan a los Tatras eslovacos”, asevera Auksė Bruverienė.

La lituana Juste Stupuraite llegó a Eslovaquia hace doce años gracias a un joven eslovaco, del que se enamoró durante el programa estudiantil Erasmus en Francia. Hoy, admite entre risas que su corazón pertenece a otra persona, pero que su amor por Eslovaquia aún persiste.

Dado que tenemos montañas, me gustaba hacer largas caminatas. Por eso, me quedé aquí. Y no me refiero sólo a los Tatras. Me encantan Malá Fatra, Veľká Fatra, en fin, montañas pequeñas. Esto es un milagro para mí. Cuando mi familia me visita, intentamos hacer senderismo, porque para ellos también es algo valioso. Por otro lado, nosotros tenemos mar y eso es algo que extraño. También me gusta que ustedes tienen estaciones del año mucho más agradables. En Lituania hace mucho frío. Cuando estuve allí en invierno hacía -22 grados. Ustedes tienen estaciones muy variadas. Tienen un invierno maravilloso. Si podemos, viajamos a la montaña. Hay hielo y nieve por todas partes. El verano eslovaco es caluroso y esto es algo que me encanta. En Lituania, el verano es más corto y, desde octubre hasta marzo, cuando se produce el cambio de hora, hay mucha oscuridad en la calle que aquí.

Juste Stupuraite también le echa de menos al plato típico lituano.

Es una sopa que aquí nadie conoce, se llama Šaltibaršči, que se traduce como borsch frío. Esta es una sopa de verano, de color rosa. Se elabora con kéfir, remolacha, pepino y eneldo. Se sirve con patatas cocidas y huevos duros.

Si bien el hockey es el deporte más popular en Eslovaquia, en Lituania el deporte favorito es el baloncesto. La selección lituana puede presumir de medallas de oro en Campeonatos de Europa y preseas de bronce en Juegos Olímpicos. Varios jugadores lituanos han dejado su huella en la NBA estadounidense. El club de baloncesto eslovaco Inter Bratislava también cuenta con refuerzos de Lituania. Tomas Zdanavicius, representa los colores del mencionado club.

El baloncesto “me da de comer”. Por supuesto, es una experiencia increíble, pero definitivamente hay una gran diferencia entre ser jugador de baloncesto en Eslovaquia y Lituania, porque en Lituania, como decimos los lituanos, el baloncesto es nuestra segunda religión. Todo el mundo sigue a los jugadores de baloncesto y, por eso, son tan populares. Ésa es la diferencia, en Eslovaquia la gente no nos reconoce en absoluto en la calle. Pero eso no quiere decir que no me guste. Ciertamente, uno tiene mucha más privacidad aquí y puede comportarse más libremente en su tiempo libre. Nadie lo persigue, ni le pide una foto... Esto sólo sucede cuando jugamos un partido.

Juste Stupuraite a veces tiene la impresión de que los lituanos son más tolerantes y abiertos a otras naciones y a otras formas de pensar que los eslovacos. Gracias al gran apoyo de la gente que la rodeaba, aprendió rápidamente el idioma eslovaco. Dice que cuando una persona conoce la lengua del país en el que reside, la vida se torna más fácil. Tomas Zdanavicius también tiene esta experiencia. En su opinión, en Eslovaquia la gente es amable, pero no muchas personas hablan inglés. Añade que esto no sería un gran problema, siempre y cuando no tuviera que ir al hospital con su bebé. Si eso sucede, el traductor de Google es su gran ayudante. Cuando una persona está lejos de sus seres queridos, sabe agradecer el apoyo de su empleador y de las personas que le rodean.

Por ejemplo, cuando celebramos el primer cumpleaños de mi hija, estaba mi esposa, mi hija, yo y todo el equipo de baloncesto. Pasamos un rato agradable. A la pequeña le encantó la celebración.

El baloncestista lituano también recuerda entre risas la primera vez que acudió a una sauna pública en Eslovaquia.

Me puse el bañador y no comprendía porque todos me miraban enojados. Me dijeron que en la sauna como regla había que ingresar desnudo. No voy a mentir, para mí fue bastante incómodo al principio, pero la persona lo afronta y simplemente se adapta a estas diferencias culturales o no sé cómo llamarlo.

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Autor: Marika Antašová, con la colaboración de Jana Hrbeková y Jozef Bohunický

José Portuondo Foto: TASR

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