Eslovaquia es estado miembro de la Unión Europea desde el 1 de mayo de 2004. El Tratado de Adhesión se firmó en 2003, en plena conformidad con los deseos de la ciudadanía, ya que en el referéndum una clara mayoría, casi el 94%, votó a favor de la adhesión al grupo comunitario. Sin embargo, el camino de entrada fue difícil. Comenzó en los años 90 con el acuerdo de asociación de 1993, pero Alemania en particular se opuso a nuestro ingreso. Los desacuerdos entre el ex canciller alemán Helmut Kohl y el gobernante eslovaco Vladimír Mečiar se hicieron evidentes desde el inicio de las negociaciones en torno a la división de Checoslovaquia. El canciller alemán abogó incansablemente por la integración de los países de Europa Central y Oriental en la UE, pero tenía problemas con el gobierno de Mečiar, sobre todo, por su violación de los procesos democráticos.
Sólo después de las elecciones celebradas en 1998 y la llegada al poder del nuevo gobierno de Mikuláš Dzurinda, las negociaciones con la UE avanzaron a ritmo acelerado. Desde entonces, las relaciones con Alemania han mejorado significativamente y los siguientes gobiernos hasta 2023 (bajo el liderazgo de Fico, Radičová, Pellegrini, Matovič, Heger y Ódor) han sido catalogados por Alemania de “proeuropeos”. En 2022, la presidenta de la Comisión Europea, la política alemana Ursula von der Leyen, visitó la República Eslovaca y al intervenir en el foro de seguridad GLOBSEC en Bratislava decía esto:
Me gustaría agradecer a este país, Eslovaquia, su extraordinaria generosidad y solidaridad con los refugiados ucranianos, de los cuales han aceptado casi 700.000. Habéis abierto vuestros corazones, habéis abierto vuestras mentes. La historia nunca olvidará este brillante ejemplo.
La Unión de Estados europeos también es ventajosa desde el punto de vista económico. La participación de empresas alemanas como Volkswagen ha contribuido de manera significativa al crecimiento de la economía eslovaca. No es casualidad que nuestro país sea actualmente el mayor productor de automóviles del mundo en términos de volumen per cápita. Además de los intercambios políticos y económicos, en los últimos años también se han desarrollado positivamente las relaciones científicas y culturales con Alemania y otros países de la UE, afirma Zuzana Megová, directora del Instituto Eslovaco en Berlín, una institución del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Eslovaca:
La cooperación entre Eslovaquia y Alemania en el ámbito cultural y artístico es excelente. Esto se percibe en numerosas colaboraciones con instituciones donde se han presentado nuestros artistas: Staatsoper, Deutsche Oper Berlín o el proyecto de la obra de teatro Bludička de Dušan Jamrich y Emilie Vášariová, estrenada y presentada en el Deutsche Theater Berlín. También a través de la exposición individual de Anton Cepka en el Pinakothék der Moderne de Múnich o las actuales colaboraciones artísticas, donde presentamos películas y libros eslovacos premiados, organizamos exposiciones de arte contemporáneo y presentamos al público alemán e internacional, tanto la cultura tradicional como las tendencias artísticas modernas de Eslovaquia, ya que este enfoque también refleja el carácter de nuestro país. Por un lado, somos un país que alberga importantes monumentos inscritos en la lista del patrimonio cultural de la UNESCO y, por el otro, un país innovador, de empresas start-up e ideas avanzadas.
Un número sorprendente de eslovacos habla alemán, pero esto no es así a la inversa. El conocido escritor y traductor literario eslovaco Marián Hatala lo explica de la siguiente manera:
Es complicado con la lengua alemana. En Eslovaquia, sí, hay muchas personas a mi alrededor que hablan, entienden y escriben en alemán, e incluso viven con alemanes. Sin embargo, al revés es bastante raro. El eslovaco es un idioma complejo, con muchas excepciones y reglas, al igual que el alemán por supuesto, pero es un idioma difícil para los extranjeros, sobre todo para los de habla alemana. Además, los alemanes, austriacos y suizos que hablan alemán no necesitan dominar el eslovaco con tanta urgencia como ocurre a veces con los eslovacos que quiere trabajar en Volkswagen o viajar y encontrar empleo en Austria, Suiza o Alemania. Es diferente. Entonces la motivación es diferente. Si comparamos ambos idiomas, vemos que los dos son difíciles. El alemán para los eslovacos y el eslovaco para los alemanes.
Tampoco olvidemos a la minoría alemana en Eslovaquia, cuya lengua dejó sus huellas, por ejemplo, en el eslovaco, y no sólo en Spiš. Según datos de la Oficina de Estadística, en el censo de población de 2021 declararon tener la nacionalidad alemana un total de 8.573 personas. Barbara Wolf, embajadora de la República Federal de Alemania en Eslovaquia, nos habló del estado actual de las relaciones entre los dos países:
En primer lugar, hay que decir que 20 años después de la entrada de la República Eslovaca en la Unión Europea, nos encontramos en una situación política y de seguridad extremadamente difícil, por supuesto debido a la guerra ofensiva que Rusia está librando contra Ucrania, país que colinda con Eslovaquia. Naturalmente, esta situación afecta también a nuestras relaciones bilaterales. Por eso, en los últimos años hemos desarrollado con especial fuerza la cooperación en el ámbito de la seguridad. En la embajada contribuimos de manera importante a la presencia del ejército federal Bundeswehr en Eslovaquia, pero también prestamos atención a otros temas. Además, yo diría que las relaciones entre Alemania y Eslovaquia se basan en pilares muy sólidos: esto incluye el idioma, la economía, el entrelazamiento realmente estrecho de las economías, pero también innumerables relaciones humanas y contactos entre las sociedades civiles. Creo que es importante tanto para nosotros como para Eslovaquia que ambos países formen parte de la Unión Europea y de la OTAN: esto nos une. También nos une por los compromisos comunes de seguridad.
Por último, citaremos algunos datos que muestran lo importante que es una buena cooperación en el ámbito político para mantener la paridad y tal vez hasta el derecho de veto, porque en términos de tamaño poblacional estamos ante actores diferentes: de los 448 millones de habitantes que tiene la UE, 84 millones viven en Alemania, el país más poblado de la UE. Eslovaquia, con sus 5,4 millones de habitantes, ocupa el puesto 18 entre 27 países miembros de la Unión. Para que el proyecto europeo tenga éxito y sobreviva, estos 27 países deben poder actuar como iguales.
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