Este año se cumple el vigésimo aniversario de la pertenencia de Eslovaquia a la UE. Por esta razón les hemos preparado una serie de piezas radiofónicas en las que visitamos todos y cada uno de los países que nos acompañan en este club europeo. Club, la Unión europea, que actualmente forman 27 Estados miembros, con una población total de unos 500 millones de habitantes, siendo de esta manera el tercer territorio del mundo en población después de China y la India. La mayor ampliación tuvo lugar en 2004, cuando Eslovaquia y otros nueve países entraron en la Unión. Sin embargo, ha habido otras ampliaciones, anteriores y posteriores. El país que visitamos hoy, de la mano de Martin Haraj, nuestro compañero de la sección eslovaca de RSI entró pocos años después, en 2007. Nos estamos refiriendo a Rumanía...
Rumanía es, en lo referente a su territorio, el duodécimo país más grande de Europa y, con más de 19 millones de habitantes, el séptimo miembro más poblado de la Unión Europea. Rumanía está situada en el sureste de Europa, en la península de los Balcanes. Se convirtió en Estado miembro el 1 de enero de 2007. Forma parte del espacio Schengen, de momento bajo un régimen de supresión de controles en las fronteras aéreas y marítimas. Según Jana Páleníková académica especializada en rumanística, del Departamento de Estudios Románicos de la Facultad de Letras de la Universidad de Comenius, Eslovaquia tiene mucho más en común con este país balcánico que no solo el río Danubio o los Cárpatos:
Se olvida que estuvimos junto con Rumanía, o con una de sus provincias, Transilvania, en un Estado común, en el llamado Reino de Hungría, entonces parte del Imperio Austrohúngaro. Tras la creación de Checoslovaquia, o la Gran Rumanía, nos unió la llamada Pequeña Entente, y ahora estamos de nuevo codo con codo dentro de la Unión Europea. Rumanía está formada por tres provincias históricas, cada una con sus peculiaridades. En Transilvania se encuentran localidades como las que hay sobre todo en el centro de Eslovaquia; por lo que un eslovaco no llega a tener la sensación de estar en un país extranjero a menos que oiga la lengua rumana. Moldavia está y se siente mucho más cercana al este del continente y a Rusia. Y la parte sur de Rumanía - Valaquia - es también balcánica y oriental.
Con todo, si nos remontamos en la historia, salta a la vista un hecho “amable” desde el lado rumano. Durante la invasión de Checoslovaquia, realizadas por las tropas del Pacto de Varsovia del 20 al 21 de agosto de 1968, Rumanía fue el único país de dicho pacto que no participó en la ocupación.
Rumanía sorprenderá al visitante tanto por su cultura tradicional como por su moderna y vibrante vida urbana. El empresario eslovaco Marian Gebhardt ha visitado este país en varias ocasiones: en el pasado, cuando formaba parte del bloque socialista, y más recientemente, entre los años 2023 y 2024, cuando, entre otras cosas, le sorprendió agradablemente el nivel de la gastronomía del país:
El nivel es increíblemente alto, por supuesto tienen mar, tienen montañas, es decir, la gama gastronómica de especialidades es terriblemente grande, me sorprendieron mucho, por ejemplo, las lenguas ahumadas, las diferentes formas de preparar los callos, las carnes estofadas, los corazones encebollados y, por supuesto, todo tipo de mariscos que hay en el Mar Negro. No fuimos a ningún restaurante en el que dijera que algo no me gustó. Los eslovacos y los rumanos tienen muchos platos parecidos, creo que también se debe al hecho de que durante los períodos de las grandes migraciones de la Edad Media o después de las invasiones tártaras llegaron colonos de Valaquia, que trajeron a Eslovaquia, por ejemplo, la cría de ovejas y la bryndza, así quede todo ello aparecieron algunas similitudes.
Según la consultora Crystal Call, el 30% de la población rumana trabaja en la agricultura, pero este sector sólo genera el 4,3% del PIB del país. En la industria, los empleadores más importantes son la empresa informática Bitdefender, la compañía automovilística Dacia y la fábrica química Rompetrol. El sector rumano más importante en términos de Producto Interior Bruto es el de los servicios. Dan empleo a cerca del 51% de la población y producen hasta el 55% del PIB del país. El turismo es un segmento muy prometedor. Nos lo acaba de explicar la rumanista Jana Páleníková, del Departamento de Estudios Románicos de la Facultad de Letras de la Universidad de Comenius.
Rumanía es un destino turístico muy popular, sobre todo para los amantes de las montañas. Los Cárpatos aún ofrecen muchos rincones por descubrir. Rumanía tiene mar y tiene el hermoso Delta del Danubio. El país dispone también de una hermosa estepa, lo que la hace ideal para conservar un modo de vida arcaico. De todos los países románicos, es el único en el que predomina la religión ortodoxa, por lo que la cultura rumana también está ligada a la influencia eslavo-bizantina.
El delta del Danubio es Patrimonio Mundial de la UNESCO y reserva de la biosfera. Rumanía cuenta con 13 parques nacionales y alberga un tercio de las fuentes minerales y termales de Europa. Sus ciudades balneario son conocidas por sus tratamientos terapéuticos desde los tiempos de la antigua Roma. Los monasterios pintados de Bucovina, en el noreste de Rumanía, por ejemplo, forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Peles, en la ciudad de Sinaia, está considerado uno de los castillos más bellos de Europa. Lo ha visitado el empresario y ávido excursionista Marian Gebhardt:
Fue construido en el siglo XIX por el rey Carlos I en estilo renacentista alemán. Cuenta con piezas de museo, colecciones de las guerras contra los turcos y revestimientos murales bellamente tallados, hay unas 800 ventanas vitrales, muchos cuadros y muebles de gran valor, por lo que realmente es uno de los destinos favoritos para los turistas y visitantes. En la ciudad de Sinaia también existe una línea de ferrocarril por la que pasaba el Orient Express hacia Estambul. En esta línea se rodó parte de la novela policíaca “Asesinato en el Orient Express”, que protagonizaba Hércules Poirot.
En Rumanía vive una activa comunidad de eslovacos. Y, además, Eslovaquia mantiene contactos culturales con este país balcánico, sobre todo en el campo de la literatura y el teatro. Personalidades eslovacas como el poeta Ivan Krasko, cuya pasión artística de toda la vida se inspiró en la poesía rumana, y el conocido político y estadista eslovaco Milan Hodža estudiaron en Rumanía. El compositor Ján Levoslav Bella también trabajó aquí durante algún tiempo. Maria Corman nació en el condado rumano de Bihor, cerca de la frontera húngara. Se encuentra en Eslovaquia desde 1999, por lo que es en este país donde vivió la adhesión de Rumanía a la UE.
Por supuesto que me alegré de ello. Estaba claro que traería éxitos para el país, para su progreso general, sobre todo en lo referente a la obtención de fondos de la UE y la reparación de carreteras. Todavía tengo allí a mi madre, mis primos y mis amigos, aunque ya no quedan muchos dado que nuestra generación se ha repartido bastante por el mundo. Voy a menudo, pero echo de menos cosas de casa, como el “sarmale”, que es una hoja de col rellena, sémola de maíz cocida en agua y un poco sazonada, o el čevabčiči, un plato que suelen hacer en las barbacoas. Lástima que a mis hijos ya no les gusten mucho estos platos. A mi hijo le gusta volver a Rumanía siempre que tiene ocasión, tiene amigos allí, le llevábamos de vacaciones, lo ve como un entorno familiar.
El empresario Marián Gebhardt ha visitado Rumanía varias veces y le gusta la mentalidad de los rumanos, lo que confirman sus palabras:
Los rumanos son muy simpáticos, muy amables, hablan muchos idiomas, es fácil que encontremos a alguien que nos pueda comprender en inglés o alemán, ya que muchos rumanos trabajan en el extranjero, en Europa Occidental. Los rumanos me parecen más europeos que balcánicos o turcos. Son cultos, ello se nota en su forma de entretenerse, de comer, de tratarse a sí mismos o a sus invitados.
Jana Páleníková, que en 2004 fue condecorada con la Orden al Mérito Cultural por el Presidente rumano en agradecimiento a la difusión y promoción de la lengua y la literatura rumanas en Eslovaquia, resumía en qué podríamos inspirarnos en los rumanos y en qué deberían inspirarse ellos en nosotros
Comparten una gran ligereza de espíritu. Los rumanos no se toman a sí mismos demasiado en serio, tienen sentido del humor, son irónicos, y sobre todo saben serlo consigo mismos. Las circunstancias históricas les han enseñado que, en tiempos de necesidad, a veces hay que agacharse. Hay un dicho rumano que dice que en cabeza agachada el sable no golpea. Además, luego saben levantarse y seguir adelante. Tienen la capacidad de hacerse valer en el mundo y, al mismo tiempo, de ayudar a su país desde el extranjero. ¿Y qué podrían aprender de nosotros? Quizá introducir más disciplina y orden en el caos que tienen a veces. El orden les es un poco ajeno, pero si lo adoptaran, les iría mejor, serían casi perfectos…
Y, por último, un saludo en rumano de Maria Corman, rumana residente en Eslovaquia, para los oyentes de RSI
La visita que les acabamos de ofrecer a de Rumanía ha sido preparada por Martin Haraj, de la redacción eslovaca de RSI, que ha contado con la ayuda de Kristina Hanáková, de la redacción francesa de RSI.
20 años de Eslovaquia en la UE - RUMANÍA
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