20 años de Eslovaquia en la UE - Austria

20 años de Eslovaquia en la UE - Austria

Austria, país situado en el corazón de Europa, limita con la República Checa y Alemania al norte, Eslovaquia y Hungría al Este, Eslovenia e Italia al sur y Suiza y Liechtenstein al oeste. Esta república alpina se ha dado a conocer en el mundo por el vals vienés, el escalope, la tarta Sacher y el Prater. La frontera entre Austria y Eslovaquia tiene unos 107 kilómetros de longitud, pero la relación entre los dos países es rica y se desarrolla en muchos ámbitos, gracias, entre otros motivos, a la pertenencia a la Unión Europea. Los eslovacos en Austria estudian, trabajan, viven, o viajan allí de compras o de ocio. Ambos países son cercanos y comparten una larga historia común. Durante casi 500 años pertenecieron a una unidad estatal común: la Monarquía de los Habsburgo. Como parte del Reino de Hungría, los eslovacos estuvieron conectados con Austria desde 1526 hasta 1918, cuando se produjo la disolución del Imperio Austrohúngaro. Muchos de los vínculos comunes provienen de este período. Como explica la historiadora del Instituto de la Memoria Histórica Beáta Katrebová Blehová:

Hubo varias personalidades eslovacas importantes que trabajaron directamente en la corte imperial de Viena, por ejemplo, Adam František Kollár, que fue asesor de Mária Terézia. Por otro lado, hay que decir que muchos artistas austriacos trabajaron en Bratislava, donde contribuyeron a la decoración artística de algunos templos e iglesias de Bratislava o a la construcción de monasterios, como es el caso del Monasterio de las Misericordiosas.

Con la creación de Checoslovaquia en 1918, pero sobre todo con la evolución de los acontecimientos tras la Segunda Guerra Mundial, los caminos de Eslovaquia y Austria divergieron por un tiempo. Se levantó el Telón de Acero, pero a pesar de las prohibiciones, se mantuvieron ciertos contactos. Un fenómeno específico fue, por ejemplo, los colaboradores clandestinos eslovacos que se dedicaban a pasar documentos e información clandestina desde Austria a Eslovaquia y viceversa.

Tenían que cruzar regularmente la frontera estatal o el Telón de Acero como se le conocía a esa línea divisoria, la cual poco a poco empezó a estar más vigilada. Es decir que, esos cruces de frontera se hicieron cada vez más complicados y difíciles.

Esta forma de resistencia anticomunista fue organizada por un grupo asociado al ex oficial eslovaco Alexander Matúš en la zona de ocupación francesa de Austria, en el Tirol. Los colaboradores clandestinos eran reclutados principalmente entre jóvenes que no estaban de acuerdo con la orientación de su país y querían participar en la lucha anticomunista. Lo triste es que 43 de ellos terminaron en la horca en la entonces Checoslovaquia.

Otro aspecto interesante de las relaciones entre Eslovaquia y Austria fue la presencia austriaca en el territorio de Eslovaquia durante el período de la Guerra Fría:

Cabe señalar que de todos los consulados o misiones diplomáticas occidentales que había en Eslovaquia, sólo el consulado de Austria en Bratislava permaneció activo. En ese primer período, fue a través del Consulado General de Austria que se difundió información relevante sobre el inicio de duras persecuciones contra la Iglesia católica, sobre el inicio de juicios políticos y luego acerca del monstruoso proceso contra tres obispos eslovacos. Esta información llegó al Consulado General de Austria, en el que trabajaba por aquel entonces Karl Rajnoch, como agregado de prensa.

A través de él, la información de la entonces Checoslovaquia llegaba a Austria y luego al resto del mundo. Además, Austria era el primer punto de acogida para muchos refugiados y desde su territorio transmitía "Legión Blanca", el primer transmisor de noticias anticomunistas. Por otro lado, entre todos los servicios secretos comunistas que operaban en Austria, el servicio de inteligencia checoslovaco era el más activo. En Austria tenía su mayor número de agentes, incluso infiltrados entre los ciudadanos del país.

Gracias a la Revolución de Terciopelo de 1989, las barreras entre los dos países comenzaron a desmoronarse hasta que llegó el momento de crear nuevas relaciones. Cuando Austria se unió a la Unión Europea en 1995, los ciudadanos eslovacos pudieron observar de cerca los cambios que conlleva la membresía en la Unión. Desde 2004, este camino es compartido por ambos países, lo que ha permitido un acercamiento mutuo aún mayor. La República de Austria tiene alrededor de 9,2 millones de habitantes, de los cuales casi dos millones son ciudadanos de otros estados federados. Los eslovacos han sido reconocidos como un grupo étnico separado en Austria desde 1992, que es el más pequeño entre los otros grupos reconocidos de eslovenos, croatas, húngaros, romaníes y checos. Los eslovacos viven en Austria principalmente en Viena, pero también en las ciudades fronterizas de Baja Austria y Burgenland. El pueblo de Kittsee, ubicado a sólo 10 minutos en coche de Bratislava, pronto podría convertirse en el primer pueblo de Austria donde la proporción de residentes eslovacos será mayor que la de austriacos. El alcalde de Kittsee, Johannes Hornek, nos habla de los cambios que supuso para Kittsee el ingreso de Eslovaquia en la UE:

En los últimos quince años, sobre todo, ha aumentado la cifra de nuevos residentes en Kittsee. Para mí, los nuevos residentes tienen los mismos derechos que los viejos habitantes del pueblo. Es como en todas partes cuando tienes nuevos vecinos. Primero hay cierto roce con esos nuevos vecinos antes de empezar a tener buenas relaciones con ellos. Sin embargo, ahora tengo que reconocer que la convivencia es buena.

En los últimos diez años, el número de habitantes de este pueblo se ha duplicado, porque gracias a la pertenencia a la Unión Europea, los ciudadanos eslovacos pueden vivir y trabajar en Austria. Al principio, mucha gente en Austria estaba algo preocupada por lo que implicaría la adhesión de nuevos países. ¿Cómo percibe Johannes Hornek los cambios ocurridos tras el ingreso de Eslovaquia en la UE?

Nosotros simplemente cogíamos la bici y nos dirigíamos a Bratislava. Lo mismo pasaba en sentido contrario. Nos acostumbramos muy rápido. En realidad, no hubo grandes sorpresas. ¿Por qué? No hay que olvidar que después de 1990 era completamente normal ir a Bratislava y viceversa. La diferencia única es que antes teníamos que esperar "un poco" a la hora de cruzar la frontera. Así que, no hubo ninguna gran sorpresa.

El alcalde Johannes Hornek está contento con los nuevos residentes. No sólo viven en el pueblo y pagan impuestos, sino que también se han integrado en asociaciones deportivas, musicales y eclesiásticas locales, y sus hijos asisten a la guardería y la escuela locales:

El jardín de infancia y la escuela me hacen muy feliz. Al fin y al cabo, ¿qué podría ser mejor para un alcalde que recorrer el pueblo y tener una gran cantidad de niños? Sin embargo, donde veo un pequeño problema, pero el municipio no puede hacer nada, es en las habilidades lingüísticas. Esta es mi opinión personal. Sin embargo, no es fácil para los niños que llegan, aprender un idioma extranjero y, al mismo tiempo, estar al día en los estudios. Eso no es fácil."

Una de las razones por las que a los niños de la escuela local les resulta más difícil aprender alemán puede ser que alrededor de 200 de los 260 que asisten a la escuela sólo hablan eslovaco en casa. En la escuela se supone que deben hablar alemán incluso durante los recreos, pero es difícil lograr que sea realmente así. Por eso, la asociación escolar SOVA, donde trabaja Jarmila Roser, una eslovaca que encontró su segundo hogar en Austria hace dieciséis años, también ayuda en la enseñanza del idioma. Se dedica a la enseñanza de los idiomas eslovaco y alemán e incluso fundó una editorial que publica libros ilustrados eslovaco-alemanes para los más pequeñines, los del jardín de la infancia:

Desde hace dos años trabajo en la asociación escolar SOVA, donde los niños eslovacos aprenden el idioma eslovaco cuando no tienen la oportunidad de aprenderlo en la escuela. Y tengo que admitir que me motiva mucho. Es sorprendente cómo esta comunidad se mantiene unida y los niños realmente ponen todo su empeño en los estudios. igual si enseño eslovaco a niños austriacos o alemán a personas adultas. Se puede sentir realmente el interés por el idioma del país vecino.

Aunque el eslovaco y el alemán no pertenecen a la misma familia lingüística, en determinado momento lograron acercarse:

Hay cierta conexión basada en la historia compartida. Las veo principalmente en el hecho de que tenemos un vocabulario que tiene el mismo origen. Por ejemplo, está la palabra fazula (frijoles), en el alemán austriaco se dice fisole, en tanto que la palabra proviene del griego antiguo. Por tanto, no podemos decir que sea un término exclusivamente alemán o eslovaco. Esto se aplica a muchos alimentos, comidas y bebidas, ya sea Kukuruz (maíz), Mermelade (Mermelada) y podría seguir mencionando otras. Pero en ocasiones aparece una rareza gramatical. Por ejemplo: en eslovaco existe el verbo hrať sa (jugar), en alemán es “spielen”. Pero el alemán austriaco lo usa en forma de verbo reflexivo, es decir, “spielen sich”, - “die Kinder spielen sich”.

El turismo es uno de los sectores de la economía más importantes de Austria. Realmente tiene mucho que ofrecer: 6 parques nacionales y 48 parques naturales, 64.000 kilómetros de rutas de senderismo y 14.000 kilómetros de rutas ciclistas, 12 sitios declarados patrimonio cultural de la UNESCO, 745 museos, casi 24.000 kilómetros de pistas de esquí y unos 3.000 teleféricos. Y, por supuesto, muchas montañas, como reza el himno nacional de Austria, “Land der Berge”, la tierra de las montañas...

Al esquí, el senderismo, el wellness o los viajes tenemos que añadir la excelente gastronomía austriaca. De ella nos habla Jarmila Roser.

Tengo que reconocer que me encanta lo clásico. Y la gastronomía que disfruto aquí en Austria era similar a la teníamos en casa, gracias a mi abuela y su madre, que trabajaron en Viena hace muchos años.

Las relaciones entre Eslovaquia y Austria, tanto políticas y regionales como interpersonales, son excelentes. La Unión Europea también apoya las buenas relaciones transfronterizas. Los eslovacos, a través del programa operativo Interreg, recibieron aproximadamente 80 millones de euros para un total de 43 proyectos aprobados en el período de programación 2014-2020. Con estos recursos ambas partes financian proyectos conjuntos para la protección del medio ambiente y el patrimonio cultural, pero también proyectos de infraestructura. Zoltán Čunderlík, jefe del departamento de Turismo, Cooperación Transfronteriza y Economía Local de la Administración Territorial de Bratislava, afirma que el puente ciclista “Vysomarch” sobre el río Morava entre el pueblo eslovaco de Vysoká pri Morava y el de Marchegg, en el lado austriaco, es un ejemplo ilustrativo de cooperación transfronteriza.

Es un puente que une. Es muy interesante, una mitad fue construida por la parte austriaca y, la otra, por la parte eslovaca. Probablemente el mayor problema durante la construcción de este puente para bicicletas fueron las diferencias en la legislación de los dos países. Y de eso se trata precisamente la cooperación transfronteriza. La legislación, las normas y las leyes son completamente diferentes en Austria y en Eslovaquia. Pero realmente todos los implicados contribuyeron a que el proyecto llegara a buen puerto. Puedo decirles algo curioso: Se puede apreciar que en el lado austriaco del puente hay unas redes que tienen la función de atrapar los pájaros muertos. ¿Y por qué hay redes sólo hasta la mitad del puente? Pues, porque la legislación austriaca lo exige y la eslovaca lo prohíbe.

Es imposible comparar este proyecto con la locomotora eléctrica que conectaba las ciudades de Bratislava y Viena. Sin embargo, este puente ciclista también conecta a los pueblos. Y eso es lo más importante.

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José Portuondo Foto: TASR

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